La situación que rodea a Desokupa y su reciente anuncio de impartir formación de autodefensa a miembros de los Mossos d’Esquadra y otros cuerpos de seguridad ha generado un aluvión de reacciones en los medios y sobre todo, en las redes sociales. ¿Es la autodefensa realmente necesaria en el contexto actual de la seguridad pública? ¿Y qué implica que una empresa como Desokupa, que ha sido acusada en diversas ocasiones de utilizar métodos cuestionables, esté involucrada en la educación de quienes deben velar por nuestra seguridad?

Seguro que muchos de ustedes se están preguntando: «¿Por qué es relevante esto para mí?» Bueno, en este artículo, ahondaremos en las distintas capas de esta controversia y evaluaremos la reacción de los sindicatos, el Ministerio de Interior, y, por supuesto, lo que esto podría significar para nuestra sociedad.

Un vistazo a Desokupa y su papel controvertido

Para poner en contexto, Desokupa es una empresa de desalojos extrajudiciales que se ha hecho un nombre (y no necesariamente uno bueno) a través de su enfoque en la desalojo forzoso. Fundada por Daniel Esteve, la compañía ha sido criticada por su relación con métodos un tanto agresivos para desalojar a inquilinos, lo que ha levantado cejas en el ámbito legal y social.

A veces me pregunto si Esteve se siente como un superhéroe en una película de acción, solo que en lugar de salvar a la gente, se dedica a, bueno, hacer lo contrario. Por cierto, ¿alguna vez has intentado desalojar a alguien? No es tan fácil como lo pintan en las películas. Eso sí, siempre es más entretenido cuando se hacen las cosas con un poco de humor, como la vez que intenté convencer a un vecino a través de una coreografía de danza moderna. No funcionó, pero al menos hizo reír a ambos.

Reacciones de los Mossos d’Esquadra: un no rotundo

Los Mossos d’Esquadra, que son la fuerza policial de Cataluña, rápidamente se distanciaran de cualquier implicación con este curso de autodefensa. «No tenemos ningún acuerdo con Desokupa», se afirmaba desde fuentes de la policía, lo que suena casi como una declaración de amor fallida. El amor entre agentes y Desokupa definitivamente está en el aire, pero no es correspondido.

La mayoría de los sindicatos de Mossos, como SAP-FEPOL, SME y USPAC, también se manifestaron en la misma línea, indicando que si algún agente de policía decidiera participar en estos cursos, lo haría de forma personal. Ahora, imaginen a un policía llegando a su casa y diciendo: «Cariño, he decidido aprender a defenderme. Me apunté a un curso proporcionado por una compañía de desalojos. ¡Va a ser divertido!» Eso definitivamente pondría un giro a la cena familiar, ¿no creen?

Un cuestionamiento desde el Gobierno

La controversia ha llegado incluso a los pasillos del Congreso de los Diputados, donde el grupo parlamentario de Sumar no ha dudado en cuestionar esta colaboración. Preguntas como: «¿Por qué un grupo de civiles, conocido por sus métodos violentos, está formando a la policía en activo?» son ahora parte de un debate más amplio sobre la seguridad y la necesidad de un enfoque más humanitario y legal.

Me gusta pensar que muchas veces las decisiones políticas se parecen a elegir una película para ver en familia: uno quiere disfrutar, pero siempre hay alguien que dice «no quiero ver una comedia». En este caso, parece que muchos no querrán ver la película de Desokupa.

¿Qué implica la formación de autodefensa?

En términos de contenido y propósito, la formación de autodefensa debería, idealmente, tener como objetivo preparar a los policías para situaciones peligrosas y ayudarles a manejar conflictos sin recurrir a la violencia. Pero, ¿es esto lo que realmente se enseñará en un curso dirigido por una empresa como Desokupa? La pregunta está en el aire, y es una pregunta válida, teniendo en cuenta el historial de la compañía en métodos de desalojo.

En una época donde la discusión sobre la violencia policial y la ética en la aplicación de la ley está más viva que nunca, la idea de que un civil, sobre todo uno con un perfil como el de Esteve, esté enseñando a la policía cómo manejar riesgos es un concepto que puede dar escalofríos. Entre el deseo de autodefensa y la línea delgada que separa la protección y la agresión, hay una gran cantidad de presión.

La respuesta del Ministerio del Interior

Entretanto, el Ministerio de Interior ha tomado cartas en el asunto y ha decidido abrir un expediente informativo para investigar si este acuerdo podría tener implicaciones en las subvenciones que recibe el sindicato que firmó el acuerdo con Desokupa. La política y el dinero nunca se llevan bien, y esto es solo otro ejemplo de cómo las decisiones pueden afectar la percepción pública sobre la seguridad.

Me imagino a los ministros sumidos en interminables discusiones, como en una escena de una telenovela donde todos gritan al mismo tiempo. ¿Por qué es tan complicado entender que ciertos acuerdos no deberían existir? La justicia y el buen juicio a veces parecen perderse en el proceso burocrático de nuestros gobiernos.

Otras voces en la controversia

El sindicato de CC OO, que mantiene un convenio de colaboración con el SUP, también se ha manifestado. Al criticar la formación de Desokupa, están hablando desde un lugar de responsabilidad y preocupación sobre la seguridad y la integridad de la democracia en España. «Este acuerdo podría ser peligroso para la democracia», se afirmó. Eso nos hace plantear, ¿qué tipo de sociedad queremos construir?

De hecho, la relación entre la policía y la ciudadanía se basa en la confianza, y cualquier indicio de que esta confianza se está fracturando puede llevar a consecuencias graves. Con el aumento de la violencia y el clima social divisivo, la forma en la que se arma a la policía debe ser considerada con el máximo cuidado.

Testimonios de la calle

Hablando con algunas personas sobre este asunto, observé una variedad de respuestas. Algunos querían mantener un enfoque sarcástico: «Bueno, al menos tendrán un buen ‘boxing’ en sus descansos». Otros eran más serios: «No sé, esto no suena bien. Yo quiero que la policía nos proteja, no que aprenda métodos de conflictos de una empresa de desalojos».

Es un buen recordatorio de que la gente ve estas decisiones desde perspectivas muy diferentes, lo que vuelve al tema de cómo nuestras instituciones navegan por los mares inciertos de la opinión pública.

Conclusión: la importancia de la formación ética

En conclusión, la situación con Desokupa y la formación de autodefensa para los Mossos d’Esquadra ha encendido un debate importante sobre quién realmente debe estar formando a nuestros agentes de seguridad. ¿Preferimos verlo en manos de una empresa con un historial cuestionable, o deberíamos buscar métodos más éticos y transparentes?

Como ciudadanos, tenemos derecho a hacer preguntas difíciles y demandar respuestas. La seguridad no es un juego y no debe ser tratada como tal. Es fundamental que los métodos de formación sean consistentes con los valores de respeto y legalidad que se espera de nuestras instituciones. Después de todo, la confianza en la policía no es solo importante; es esencial para el tejido de nuestra sociedad.

Entónces, cuando veas a algún agente salir del curso de Desokupa, ¿te sentirás más seguro o más asustado? La respuesta a esa pregunta podría definir el futuro de la seguridad pública en España.