¿Alguna vez te has preguntado por qué a veces te sientes más satisfecho con un plato de boniatos y otras veces con unas crujientes patatas fritas? Aunque ambos son tubérculos y pueden parecer intercambiables en tu plato, hay mucho más en juego. En este artículo, haremos un profundo análisis comparativo entre estos dos pesos pesados de la cocina. Compararemos su nutrición, versatilidad en la cocina y, debido a la temporada otoñal, analizaremos por qué los boniatos están tomando el escenario principal.

Así que siéntate, relájate y prepárate para un viaje lleno de sabores, nutrición y un poco de humor (prometo que no tiraré chistes de patatas ni de boniatos).


De apariencia distinta: ¿miradas del más allá?

Para empezar, hay que reconocer que la apariencia de estos tubérculos es motivo suficiente para empezar a hacer comparaciones. Tienes la patata, robusta y redonda, luciendo un tono marrón que podría recordarte a… bueno, el suelo. Y cuando miras al boniato, con su piel irregular y bultos, es como si estuvieras mirando al primo raro de tu infancia que siempre se disfrazaba de alienígena en las fiestas de Halloween. Pero nadie puede negar su encanto.

Aunque la superficie es importante, no es todo lo que hay. Mientras que el interior de la patata suele ser más claro, el boniato brilla con un hermoso tono anaranjado que parece gritar: “¡Cómeme! Soy rico en nutrientes!”. Es como si el boniato estuviera en constante competencia de belleza con la patata, pero en un mundo donde la apariencia no lo es todo, ¿verdad?

Nutrición en la dieta: ¿quién aporta más?

Hablemos de las cifras. En términos de calorías, las patatas parecen ser las ganadoras con aproximadamente 73 kcal por cada 100 gramos. Sin embargo, los boniatos juegan la carta de su cantidad de azúcares naturales, registrando 4.62 gramos de azúcar en comparación con solo 0.71 gramos en las patatas. Por supuesto, esos azúcares no vienen acompañados de un bate de béisbol “quema-calorías”, así que es importante tener en mente cómo cada uno afecta nuestro cuerpo.

Ambos tubérculos ofrecen su propia dosis de fibra, lo que, si eres como yo, te hará pensar en lo crucial que es para una digestión saludable. Sorprendentemente, el boniato tiene una mayor cantidad de fibra con 3 gramos por cada 100 gramos frente a los 2 gramos de la patata. Esto puede parecer trivial, pero ¿te imaginas una vida sin un buen tránsito intestinal? ¡Es un pequeño gran detalle que no podemos pasar por alto!

La vitamina A: un regalito a la vista

Aquí es donde el boniato realmente salta a la vista. Su color anaranjado no es solo para impresionar en Instagram; es un indicador de su rico contenido de betacaroteno, que se convierte en vitamina A en nuestro cuerpo. Si eres de los que se pasaron los años de juventud usando lentes de contacto de colores, este podría ser el momento de rectificar. ¿Por qué no intercambiar unos minutos de pantalla en Facebook por un delicioso puré de boniatos?

Para ponerlo en perspectiva, un solo boniato de aproximadamente 150 gramos puede aportar entre el 79% y el 99% de tu ingesta diaria recomendada de vitamina A. Así que, ¿por qué no hamburguesas de boniato en lugar de las convencionales? Tu vista (y tus amigos) te lo agradecerán.

Potasio y otros nutrientes: el gran duelo

Hasta ahora, parece que el boniato tiene una ventaja en ciertos aspectos, pero la historia no termina aquí. Las patatas se llevan el premio a la mayor cantidad de potasio, lo cual es esencial para la salud del corazón y los músculos. Así que si estás buscando un tubérculo que no solo guste a tu paladar, sino que también mantenga tu cuerpo en forma, considera las patatas como tu aliado.

Además, las patatas están compuestas de más vitamina C, B6, ácido fólico, fósforo y hierro.
¿Te imaginas una cena donde cada bocado no solo es delicioso, sino también un esfuerzo por pautar tu salud? ¡Eso es nutrición consciente!


Versatilidad culinaria: ¿quién puede hacer más?

Aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes. Si hiciéramos una encuesta, es probable que la mayoría de nosotros hayan escuchado más recetas que involucran patatas que boniatos. ¿Y por qué? La patata ha sido un alimento básico a nivel mundial durante siglos. Desde los clásicos purés de patatas de la abuela hasta las patatas fritas que parecen rosquillas según la serie de Netflix que acabas de ver. Cuántas veces decidiste ir a la segura y hacer una fritura de patatas en lugar de experimentar con el boniato, ¿verdad?

Pero no subestimes a los boniatos. Pueden hacer magia en la cocina. Puedes hornearlos, freírlos, hacer puré o incluso usarlo como base en un delicioso cake. ¿Alguna vez lo has probado en un brownie? ¡Es como llevar lo dulce a un nuevo nivel!

Formas de cocinarlos: punto para el boniato

Ambos tubérculos son extremadamente versátiles, cada uno brilla en sus respectivos aspectos. Las patatas pueden usarse en guisos, ensaladas y frituras. Mientras que los boniatos, con su dulzura natural, pueden asombrar en platos dulces y salados, por igual. Imagínate sorprender a tus amigos con una ensalada de boniato asado mientras ellos sólo traen una bolsa de patatas chips. ¡Toma eso, snackers!

Sin embargo, es importante recordar que lo que realmente define los aportes nutricionales de ambos es cómolos preparamos. Un feliz baño en aceite caliente y el significado de «saludable» se escapa por la ventana. La buena noticia es que hay tantas formas de cocinarlos que cualquiera de nosotros puede transformarse en un chef gourmet en nuestra propia cocina.

Preparación y consumo: la clave está en el detalle

Si has llegado hasta aquí, es probable que pienses que el boniato podría ser el campeón. Sin embargo, como mencionamos anteriormente, no importa cuán nutritivo sea un alimento si lo cocinamos de la manera equivocada. Las patatas, que tienen una larga historia de ser fritas, pueden complicar su estatus saludable. En cambio, el boniato, que encanta y fascina, puede ser igualmente problemático si lo sumerges en una piscina de mantequilla.

Así que a la hora de decidir entre la patata o el boniato, recuerda: la verdadera elección está en cómo lo preparas y lo consumes, además de la cantidad.

La conclusión: patatas y boniatos, compañeros en la cena

Entonces, ¿hay un claro ganador entre el boniato y la patata? La respuesta es un contundente «depende». Ambos son ricos en nutrientes y extremadamente versátiles en la cocina. Tal vez el mejor enfoque sea incluir ambos en nuestra dieta de manera consciente. Mientras que uno puede presentarse como el héroe visionario con su riqueza en vitamina A, el otro proporciona la estabilidad y la riqueza en potasio que también necesitamos.

Quizás, al final, nuestra mejor estrategia es no dejar que una rivalidad amistosa entre patatas y boniatos nos haga perder de vista lo que realmente importa: disfrutar de los alimentos que consumimos y hacer que nuestro paladar y nuestro cuerpo se sientan bien. Así que la próxima vez que estés en el pasillo de vegetales, no dudes en añadir un boniato junto a esa bolsa de la más que clásica patata.

¡Buen provecho!