El pasado agosto, la vida de Max, un niño barcelonés de solo 12 años, dio un vuelco inesperado. Tras recibir el diagnóstico de un tumor cerebral, su mundo cambió en un abrir y cerrar de ojos. Pero, lejos de rendirse, Max y su familia decidieron utilizar esta adversidad como un trampolín hacia la concienciación y el financiamiento de la investigación sobre el cáncer infantil. En este artículo, exploraremos no solo la historia conmovedora de Max, sino también la importancia de la investigación en oncología pediátrica y cómo cada uno de nosotros puede contribuir a esta causa.

La vida antes de la tormenta

Imagina que eres un niño de 12 años. Tus días giran en torno a la escuela, tus amigos, y si tienes la suerte de ser como Max, ¡también alrededor de las motos! Esta pasión por las dos ruedas no es solo un hobby para él, ya que le viene de una familia “supermotera”. Desde su bisabuelo que ya tenía una BMW clásica, hasta su tío Guillermo que cruza los Pirineos en moto para visitarle. Ahora, eso es un legado que cualquier niño desearía tener.

¿Te imaginas el orgullo de formar parte de una familia con tanto amor por las motos? Max soñaba con hacer la Transpirenaica con su tío y compartir emocionantes aventuras. Pero, de repente, la vida le lanzó una gran curva con el diagnóstico de cáncer. ¿Cómo enfrentarse a tal desafío a tan corta edad? La resiliencia de Max es digna de admirar.

Un giro inesperado: el diagnóstico

Con el diagnóstico de cáncer, Max se encontró en un oscuro sendero. Sin embargo, en lugar de dejarse vencer por la desesperación, se comprometió a luchar por sí mismo y por todos los niños que enfrentan situaciones similares. Así fue como nació el proyecto Good Max: Furia contra el cáncer infantil.

Organizar esta campaña no fue sencillo. Max y su familia contactaron a la agencia de publicidad La Despensa a través de LinkedIn. Sí, has leído bien, no fue a través de Instagram o Facebook. Esta es la magia de la era digital: a veces, tu próxima gran colaboración está solo a un mensaje de distancia.

Good Max: una película con propósito

El Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer Infantil, que se celebra cada 15 de febrero, fue el marco perfecto para lanzar este ambicioso proyecto. ¡Y qué mejor manera de hacerlo que con una película! Esta inspiradora iniciativa no solo se enfoca en recabar fondos para la investigación del cáncer infantil, sino que también busca concienciar al público sobre la importancia de la investigación en España, donde el cancer infantil recibe apenas un 4% de los fondos destinados a investigaciones oncológicas en general.

“Nos dimos cuenta de que el cáncer infantil no es una prioridad y eso debe cambiar”, comenta Max durante una de sus entrevistas. Con su cortometraje, Max se presenta como un héroe motero, en un mundo que literalmente está en llamas. A través del universo de Mad Max, busca transmitir un potente mensaje sobre la importancia de la investigación y la perseverancia.

Un rodaje lleno de adrenalina

Dicen que la cámara puede añadir diez kilos, pero también puede añadir un sinfín de experiencias emocionantes. Así lo sintió Max, quien describió su experiencia en el rodaje como “muy divertida y una pasada”. Allí estaba él, en medio de un desierto que simulaba el paisaje postapocalíptico de la famosa trilogía dirigida por George Miller. Claro, Max no había visto las películas originales (algo que su padre se apresuró a corregir mostrándole los tráilers), pero eso no detuvo su energía.

Te imaginas la adrenalina de estar rodeado de motocicletas, actores y un equipo de producción, cuando lo más que había hecho anteriormente era correr con su bici por las calles de Barcelona. Sin embargo, había un pequeño inconveniente: el día de la grabación, Max se estaba recuperando de una intervención y no tenía la energía necesaria para conducir una moto. En su lugar, el equipo le diseñó una moto enganchada a un remolque. Un detalle que no empañó la ilusión de Max.

La importancia de la investigación en cáncer infantil

Probablemente te estés preguntando ¿por qué debería importarnos tanto? La realidad es que, según las estadísticas, en España se diagnosticaron 949 casos de cáncer infantil en 2023. Estas cifras son alarmantes y nos recuerdan que se necesitan más investigadores y más fondos para combatir estas enfermedades. Según el doctor Andrés Morales, oncólogo en el Hospital Sant Joan de Déu, la investigación es fundamental, especialmente para enfermedades poco frecuentes que no reciben la atención que merecen.

Max y su familia son conscientes de que “el cáncer infantil solo se cura con más investigación”. Sin esta vital labor, nuestros pequeños héroes tendrían pocas chances de vencer al monstruo que enfrentan. ¿Qué tal si, en lugar de pensar que es un problema ajeno, nos unimos a la causa? La Fundació Sant Joan de Déu es el organismo encargado de recibir fondos y donaciones para esta lucha. El 70% del presupuesto del hospital proviene de particulares y empresas privadas. Así que, ya sabes, tu contribución podría ser la chispa que encienda una nueva fase de investigación.

La lucha sigue: ¿cómo puedes ayudar?

Si te sientes inspirado por la historia de Max y quieres unirte a su cruzada, hay varias formas en las que puedes ayudar. Primero y principal, ¡considera hacer una donación! Visitar el enlace de la campaña Good Max te permitirá contribuir de manera efectiva. Cada pequeño gesto cuenta.

El apoyo emocional también es vital. Comparte el vídeo de Max, comenta su historia en tus redes sociales, y sobre todo, habla sobre la realidad del cáncer infantil con tu círculo cercano. Cuanta más gente sepa, mayor será la conciencia colectiva. ¿Quién sabe? Tal vez un día no muy lejano, una historia como la de Max sea algo del pasado, y se puedan crear tratamientos más efectivos para estas condiciones.

Un héroe de motociclismo en la vida real

Para cerrar, me gustaría que reflexionaras sobre el verdadero significado del coraje. Max es más que un niño que enfrenta un diagnóstico aterrador. Es un héroe que utiliza su pasión por las motos no solo para superar su propia batalla, sino para inspirar a otros a hacer lo mismo. La manera en que se ha lanzado a ayudar a otros con su historia demuestra que incluso en los momentos más oscuros, hay luz y esperanza.

Así que, la próxima vez que veas una moto pasar, recuerda a Max. Recuerda que cada giro del acelerador puede ser un símbolo de lucha y esperanza. Después de todo, en la vida, como en la carretera, a veces hay que tomar riesgos para cruzar las fronteras de nuestro confort. Y a ti, ¿qué te inspira a formar parte de la lucha contra el cáncer infantil?

Recuerda, la vida puede ser una motocicleta en una montaña rusa: llena de altibajos, giros inesperados y extraordinarias vistas si nos atrevemos a mirar hacia adelante. ¡Unámonos todos a Good Max y construyamos un futuro mejor para nuestros pequeños guerreros!


Para más información y para colaborar en la causa, puedes seguir el enlace a la campaña Good Max y ser parte de algo más grande que uno mismo.