La literatura es una de esas cosas que puede transportarte a lugares y momentos que jamás pensaste visitar. Y cuando hablamos de María Oruña, una de las autoras más leídas en España, eso se convierte en una realidad tangible. Después de vender un millón de ejemplares de sus libros, Oruña regresa con una historia que no solo es un thriller cautivador, sino también un homenaje a su ciudad natal, Vigo. ¿Y quién no querría conocer un poco más sobre la conexión emocional que existe entre una autora y su obra? Descuélguense las camisas, sirvan un café bien fuerte y acompáñenme en este viaje literario.

Un viaje a través de las páginas

Imagina que decides embarcarte en un viaje a los escenarios que dieron vida a un libro. Oruña y su editorial organizaron un viaje de prensa por la Ría de Vigo y las íntimas Islas Cíes, donde ella misma navegó de niña en el barco de su padre. Ah, esos recuerdos: el olor a mar, el sonido del agua y los secretos que las olas gritan al oído de quienes saben escucharlos. Oruña recuerda que, al pisar la arena de la Isla Sur —la más remota y salvaje de las Cíes—, la isla «te absorbe». ¿Alguna vez te has sentido así en un lugar? Es curioso cómo un espacio puede dejar una huella imborrable en nuestro ser.

La Ría de Vigo no es solo un paisaje; es un personaje más en esta historia. ¿Cómo no sería así, cuando aquí se narran historias de piratas, galeones hundidos y hasta naufragios de la flota de Indias? La riqueza cultural y la historia de Vigo son más que motivos para escribir; son un llamado a la aventura.

La chispa de la inspiración

A menudo me pregunto cómo surge la chispa creativa en la mente de un autor. Oruña nos comparte que siempre tuvo en mente una historia marítima, ese «mar azul» que tantas personas de la costa necesitamos para ver el horizonte. Así que comenzó a explorar naufragios e incluso buscó hablar con cazadores de tesoros. ¿Alguna vez has sentido esa urgencia por descubrir lo desconocido? Es una mezcla de emoción y miedo, como lanzarse al agua sin saber si habrá un fondo sólido.

Durante su investigación, Oruña se topó con un párrafo pequeño en un archivo que desató su curiosidad: algo vinculado a Rande que jamás había escuchado. Y a partir de ahí, todo cobró vida. Para quienes no lo sepan, la batalla de Rande fue un enfrentamiento naval impresionante que tuvo lugar en 1702. Imaginen la escena: galeones a la deriva, naipes en la cubierta, y entre todo, un montón de tesoros arqueológicos que esperan ser descubiertos.

La estructura de ‘El albatros negro’

Oruña decidió dividir su novela en dos líneas temporales: una ambientada en el año 1700 y otra en la actualidad. Esto no solo hace que la lectura sea atrapante, sino que también permite explorar temas como el expolio y la conservación del patrimonio subacuático. ¡Menuda jugada maestra! A menudo le digo a mis amigos que la vida es como un libro: cada capítulo tiene su propio significado, y a veces, los saltos temporales son lo que hacen que la historia sea aún más rica.

Uno de los personajes centrales es Miranda de Quiroga, inspirada en la pionera entomóloga y naturalista Maria Sibylla Merian. Oruña alude a las dificultades que vivían las mujeres en el ámbito científico de siglos pasados. Como mujer, me resulta inspirador ver cómo se le da voz a personajes históricos que aportaron tanto y fueron olvidadas por la historia. ¿No creen que es fundamental recordar a esas heroínas silenciosas?

Y mientras Miranda presenta un pasado lleno de retos, en la línea moderna, la historiadora naval Lucía Pascual aparece muerta tras descubrir la pista de un tesoro legendario. Aquí es donde la trama se intensifica, y la historia se convierte en un thriller que os dejará con ganas de más.

La realidad detrás de la ficción

Más que una historia de aventuras, ‘El albatros negro’ es un homenaje a Vigo. Oruña desea que sus lectores entiendan la belleza de su ciudad, que va más allá de lo superficial. Aunque les confieso que cuando escucho la palabra “Vigo”, a veces también me viene a la mente el olor a pulpo a la gallega y los atardeceres desde el puerto. ¡Eso sí que es un deleite!

Con una prosa vibrante, Oruña nos invita a reflexionar sobre nuestros propios patrimonios, sean culturales o emocionales. La escritora lo expresa con claridad: «Los libros están aquí para generar debate y pensamiento crítico». Y es que, ¿acaso no es eso lo que todos deseamos en la vida? Un poco de cuestionamiento nunca está de más.

Un legado literario

Es imposible no mencionar que Oruña ha alcanzado cifras impresionantes con su carrera literaria: un millón de copias vendidas. Pero, más allá de los números, ella comparte con un tono humilde que no hay una fórmula mágica para el éxito. En su caso, todo se basa en el respeto al lector y la autenticidad de su trabajo. Con un mensaje tan claro, creo que hasta un pez en el océano lo entendería. A veces, lo más sencillo es lo más profundo.

En el fondo, lo que María Oruña busca en sus relatos es crear una conexión. Cuando siento que estoy viviendo una historia, a menudo me dejo llevar, y sé que muchos de ustedes harían lo mismo. Es ese poder de la narrativa: generar empatía y hacernos reflexionar.

Conclusión

Al cerrar este artículo, me doy cuenta de que ‘El albatros negro’ no es solo un thriller, sino también un testimonio de amor por una tierra y una historia que muchos ignoran. Ojalá todos nosotros podamos encontrar ese rincón especial que nos haga sentir como en casa, incluso cuando estamos lejos. María Oruña ha capturado esa esencia, y ahora nos toca a nosotros sumergirnos en su mundo literario y explorar lo que la Ría de Vigo y las Islas Cíes tienen para ofrecernos.

Así que, queridos lectores, ¿están listos para zarpar? Porque las aguas de ‘El albatros negro’ son profundas, y las historias que se esconden en ellas son infinitas.