La Segunda Guerra Mundial es un tema que, de alguna manera, parece haber dejado una huella indeleble en nuestra memoria colectiva. Pero, ¿por qué sigue siendo relevante hoy en día? ¿Por qué necesita ser contada una y otra vez? Steve McQueen, el aclamado cineasta británico, tiene una perspectiva muy clara al respecto. En sus últimas obras, incluido su nuevo filme Blitz disponible en Apple TV+, McQueen nos invita a repensar no solo el conflicto bélico, sino también las dinámicas sociales que persisten en nuestra sociedad actual. ¡Agárrense que este viaje va a ser interesante!

¿Por qué es importante contar esta historia una y otra vez?

Steve McQueen entiende que cada generación tiene la responsabilidad de abordar las lecciones de la Segunda Guerra Mundial. Después de todo, ¿no hemos visto suficientes ejemplos en la historia reciente que demuestran que la humanidad a veces parece condenada a repetir sus errores? Una simple mirada a eventos contemporáneos como el ascenso de figuras controvertidas o los conflictos bélicos en lugares como Ucrania y Gaza puede dejarnos pensando si realmente hemos aprendido algo del pasado.

Y es en este contexto donde surge Blitz, una película que, a pesar de no estar ambientada única y exclusivamente en el campo de batalla, resalta la lucha interna de su protagonista y las realidades sociales que emergen en tiempos de crisis. En esta obra, McQueen se arriesga a mirar lo que sucede en la vida cotidiana de su protagonista, un niño negro en la Londres de la Segunda Guerra Mundial, mientras los bombardeos de Hitler hacen eco en su entorno.

El enfoque innovador de McQueen: un relato desde el hogar

Quienes han visto las películas sobre la Segunda Guerra Mundial saben que, generalmente, la narrativa se centra en héroes de guerra, soldados valientes y épicas batallas. Pero, ¿qué pasa con los que quedaron en casa? ¿No hay héroes en el sufrimiento cotidiano de aquellos que enfrentaron el horror desde la penumbra de su hogar? McQueen break the mold, permitiendo que el espectador vea la vida de un niño que, a pesar de las circunstancias, sigue siendo una representación de la esperanza.

Un héroe inesperado: el niño entre el caos

La historia de Blitz gira en torno a George, un niño con una madre blanca, interpretada por la talentosa Saoirse Ronan. ¿Por qué es importante que este niño sea de color? McQueen destaca que, a lo largo de la historia, muchos miembros de la comunidad negra y árabe han sido marginados y discriminados, incluso en momentos en que la solidaridad debería haber prevalecido. La lucha de George es no solo contra las bombas que caen del cielo, sino también contra los prejuicios que lo rodean. Es una narrativa necesaria en un mundo que a menudo está dividido por el color de la piel o la clase social.

Rompiendo clichés: más allá de lo heroico

En lugar de glorificar la guerra, McQueen elige enfocarse en cómo la sociedad lidia con el conflicto. Su película no cae en la trampa del melodrama típico, sino que nos ofrece una visión más compleja: los mismos ciudadanos de Londres que intentan sobrevivir son responsables de perpetuar el racismo y el clasismo. Un relato más real que, lamentablemente, no es ajeno a nuestra sociedad actual. La pregunta que queda es: ¿Cuántas veces hemos visto esa división en nuestras propias comunidades cuando la crisis aprieta?

El papel del cineasta en tiempos de crisis

Para McQueen, su papel como cineasta va más allá del entretenimiento. Él se siente “útil como artista” en este momento crítico, donde la narración debe ser una ventana hacia la empatía y la comprensión. Aporta su talento al mundo no solo para hacer que miren hacia el pasado, sino para que reflexionen sobre el futuro.

A veces, siento que me encuentro en un coche que avanza por una carretera llena de baches, viendo cómo algunos se aferran al volante mientras otros parecen perderse en la bruma del no saber. Nuestro deber es, al menos, mirar hacia la carretera y preguntarnos a dónde queremos ir.

Esperanza entre las margaritas

Al final de Blitz, McQueen deja a su audiencia con una imagen poderosa: unas margaritas en blanco y negro. Aunque representa la nostalgia, también simboliza la esperanza por un futuro diferente. Es un guiño a todos aquellos que creen que, a pesar de lo que hemos pasado, aún hay un camino hacia la reconciliación y la paz.

Él mismo menciona en varias entrevistas que “podemos cambiar la narrativa. Podemos cambiar las cosas”. Su mensaje es claro: el optimismo debe ser la brújula en este viaje incierto. Al final del día, es ese espíritu de niñez—esa creencia naíf de que el mundo puede ser mejor—lo que debe guiarnos.

Documentar la memoria: Occupied City

Antes de Blitz, McQueen dirigió Occupied City, un documental que explora la memoria de Ámsterdam durante el conflicto bélico. Si bien puede parecer distante de la narrativa típica de la guerra, es un recordatorio de que las historias no contadas son igualmente poderosas. La memoria de las ciudades, igual que las de los individuos, demuestra la importancia de no dejar que el tiempo borre nuestra historia.

Es crucial volver a examinar esos lugares y preguntarnos qué sucedió, no solo para recordar, sino para aprender y no repetir nuevamente los errores. Como dice McQueen, «la gente no escucha». Tal vez es tiempo de darte un momento de silencio y escuchar esas historias que han sido ahogadas por las narrativas de poder.

Reflexiones finales: ¿qué podemos aprender?

Así que la próxima vez que veas una película sobre la Segunda Guerra Mundial, te invito a mirar más allá de las explosiones y los héroes. Pregúntate: ¿qué otros mensajes están ocultos en la historia? ¿Cuáles son las lecciones que aún no hemos aprendido?

Steve McQueen nos ofrece una invitación a reflexionar sobre nuestras propias realidades, a repensar cómo manejamos nuestras diferencias y a reconocer que el verdadero heroísmo puede estar en los actos de empatía cotidiana.

Siempre he creído que el cine no solo debe entretener, sino también provocar reflexión. Al igual que un buen café por la mañana, podría necesitar un poco de tiempo para extraer todo su sabor, pero al final siempre vale la pena. Blitz es una de esas películas—un verdadero espresso cinematográfico que invita a una conversación más profunda.

¡Esperemos que el futuro esté lleno de margaritas en color y de narrativas que nos unan, en lugar de dividirnos!