La Gestión de Crisis en Políticas Públicas es un tema que nos afecta a todos. En este contexto, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se ha visto en el punto de mira tras lo que ha sido considerado por muchos como una gestión fallida durante uno de los desastres naturales más trágicos de la reciente historia de España. ¿Realmente está preparado para el desafío que implica liderar en una crisis de tal magnitud? Permitidme compartir un poco más sobre esta historia y sus implicaciones.

Contexto: La DANA y sus devastantes efectos

Para quienes no estén familiarizados, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) es un fenómeno meteorológico que puede desencadenar lluvias torrenciales, causando inundaciones devastadoras. Recientemente, se reportaron 215 muertos y una destrucción casi apocalíptica en varias localidades valencianas. Las imágenes de las calles inundadas y los coches arrastrados por las aguas son impactantes y devastadoras. Creo que todos hemos visto esas imágenes y, la verdad, es difícil no sentir un nudo en el estómago.

Mazón: Entre la comida y la crisis

Imagine esto: es un martes de octubre, y mientras las lluvias torrenciales azotan la comunidad, el presidente Mazón se encuentra en un elegante restaurante disfrutando de una comida con la periodista Maribel Vilaplana. Sí, lo leyeron bien. En medio de la catástrofe natural, él estaba negociando una oferta de trabajo para ella. Al parecer, su atención estaba más en el cerdo a la parrilla que en las advertencias de Aemet y el 112. ¿En qué mundo alguien puede pensar que es prioritario ese almuerzo?

Mazón, al ser confrontado, intentó minimizar la situación, diciendo que era un «almuerzo de trabajo». Pero después de que las aguas habían comenzado a desbordarse, ¿un almuerzo sigue siendo solo una «comida privada»? No estoy aquí para juzgar las decisiones personales, pero ¡vaya que fue un pésimo momento para llevar a cabo una reunión de «networking»!

La hora más oscura: La respuesta a la tragedia

La falta de respuesta adecuada del gobierno Valenciano ante la emergencia ha sido, simplemente, inaceptable. El comité coordinador de emergencias comenzó dos horas y media antes de que Mazón decidiera unirse. Al parecer, necesitaron ponerlo al tanto de lo que sucedía. A esta altura, las aguas ya estaban invadiendo las casas, llevándose con ellas no solo muebles, sino vidas. ¿Qué tipo de liderazgo es ese, donde no se está presente en el momento crítico?

Permítanme contarles una anécdota personal: una vez me encontraba en una situación de crisis en el trabajo y el jefe tuvo que decidir entre dos reuniones importantes. Adivinen qué, decidió estar presente en la que requería su atención inmediata. La moraleja: a veces, donde estás físicamente puede marcar la diferencia. ¿Qué les hace pensar que la gestión de emergencias es diferente?

Momento de reflexión: El poder de la responsabilidad

En el caso de la DANA, se requería un liderazgo firme y decisivo. En vez de eso, nos encontramos con un presidente que no solo llegó tarde a la reunión, sino que también intentó ocultar el hecho de que estaba ausente en un momento crítico. A veces, me pregunto: ¿están nuestros políticos realmente interesados en servir al pueblo, o simplemente están en sus cargos por los beneficios que estos les traen? Desde mi punto de vista, es fundamental que los ciudadanos vean a sus representantes involucrados y al tanto de las situaciones que afectan sus vidas.

Y no es solo Mazón. También está Salomé Pradas, la consejera de Justicia e Interior, quien se benefició al admitir que se enteró del sistema de alertas móviles solo doce minutos antes de que se enviaran los mensajes a la población. ¿Cómo es esto posible? La ineptitud de algunos funcionarios trae otra pregunta a la mesa: ¿deberíamos considerar la remoción de estas figuras en momentos de crisis?

El dilema de los políticos: ¿Su interés o nuestro bienestar?

Situaciones como esta nos llevan a cuestionar hasta qué punto nuestros líderes están comprometidos con el bienestar de sus ciudadanos. ¿Es la política un medio para alcanzar el poder o una llamada a la responsabilidad? Cada vez que un político se sienta a negociar en un restaurante mientras su comunidad necesita ayuda, se pierde un poco de la fe en la política. No debería ser así. No se trata solo de responsabilidad individual; es un tema de empoderar las instituciones que deben actuar cuando la situación lo requiere.

Una vez escuché a un político decir: “Las decisiones difíciles son las que definen a un líder”. Estoy de acuerdo, aunque no estoy seguro de cuánto lo hemos visto últimamente. Pareciera que los beneficios personales a menudo eclipsan la responsabilidad pública.

La crítica: ¿Soluciones o palabras vacías?

La respuesta no debería ser solo una crítica, sino también una búsqueda de soluciones. Muchos expertos concordaron en que la respuesta del gobierno central debería ser una declaración de emergencia nacional. Pero, claro, esto ha sido minimizado por algunos políticos con intereses propios. Es casi irónico ver cómo las palabras se desgastan en la política, mientras que las vidas y las propiedades de los ciudadanos permanecen en juego.

En este contexto, la actuación de los políticos debe ser contundente y clara. Exigimos ética y responsabilidad. Después de lo que vimos durante la DANA, es hora de preguntar: ¿de qué sirve tener líderes si no están preparados para guiar en tiempos difíciles?

La búsqueda de un cambio

Entonces, ¿qué podemos hacer como ciudadanos? La respuesta es ser vigilantes, exigir responsabilidad y no dejar que nuestras voces se pierdan en el ruido de la política diaria. Necesitamos asegurarnos de que tanto Mazón como Pradas, y cualquier otro funcionario que no esté a la altura de sus responsabilidades, rindan cuentas. A veces, un simple mensaje en redes sociales puede hacer eco. ¿Te imaginas el poder que tienen miles de ciudadanos hablando en una sola voz?

Conclusión: La importancia de la acción colectiva

En medio de esta tragedia, nos vemos obligados a recordarnos a nosotros mismos que debemos estar al tanto de nuestras instituciones y exigir a nuestros líderes un verdadero compromiso hacia el bienestar del pueblo. La historia de la DANA nos deja muchas lecciones, pero quizás la más importante es que no debemos permitir que la falta de atención y responsabilidad por parte de nuestros políticos pase desapercibida.

Así que, la próxima vez que te sientes a disfrutar de una buena comida, recuerda que, en el fondo, este mundo se sostiene sobre decisiones serias. Mientras te deleitas con cada bocado, piensa en aquellos que, en el mismo momento, podrían estar enfrentando su propia tormenta. ¿Estás con ellos? Creo que sí. Y por eso, simplemente no podemos permitir que nuestros líderes se desentiendan de sus responsabilidades cuando las cosas se ponen difíciles. Y así, con un mix de indignación y esperanza, cerramos este capítulo de crisis, esperando que haya lecciones más allá de los titulares, lecciones que puedan guiar hacia una mejor gestión en el futuro.