El continente africano se ha vuelto un escenario apasionante de democracia, donde los jóvenes están alzando la voz y tomando el control en un momento en que muchos podrían pensar que solo los mayores tienen la sabiduría para gobernar. ¿Acaso la sabiduría no podría venir también acompañada de frescura y nuevas ideas? Permíteme compartir contigo una perspectiva al respecto. A medida que nos adentramos en un momento crucial de la historia democrática de África, parece que los jóvenes están haciendo más que simplemente votar: están liderando un cambio genuino y emocionante.
El contexto actual: juventud activa y comprometida
Recientemente, hemos sido testigos de noticias alentadoras procedentes de África. ¿Te imaginas un presidente de 44 años liderando un país? Así es. Este es el caso de Bassirou Diomaye Faye, el presidente más joven en la historia de África, elegido este año en Senegal. Adicionalmente, en Namibia, un aumento notable en la participación juvenil ha llevado a que varios jóvenes asuman roles destacados en el gobierno local. Así que, la próxima vez que alguien te diga que los jóvenes no están interesados en política, puedes recordarles que en África la historia está cambiando.
La confianza en la democracia
Según un reciente informe de Afrobarómetro (noviembre de 2023), el 64% de los jóvenes africanos apoyan la democracia, frente al 59% de los adultos en América Latina y el Caribe. No obstante, aunque estadísticas como esta son motivo de celebración, hay un dato inquietante: seis de cada diez jóvenes africanos no están satisfechos con el funcionamiento de la democracia en sus países. ¿Qué está pasando? La falta de representación es, sin duda, uno de los principales factores.
¿Recuerdas cuando éramos adolescentes y la idea de tener voz y voto nos parecía casi un poder mágico? La realidad es que, para muchos jóvenes en África, esa magia aún no ha alcanzado su máximo potencial. Si bien el cambio está ocurriendo, aún falta mucho camino por recorrer.
La brecha generacional: ¿realmente importa?
¿Quién no ha escuchado alguna vez: «La juventud debería ser vista y no escuchada»? Bueno, déjame decirte que eso podría ser una de las frases más anticuadas que hemos escuchado. La brecha generacional en África es una de las razones que suscitan desconfianza hacia los líderes actuales, quienes en su mayoría tienen 55 años o más. Imagina la desconexión que puede haber entre un líder que ha vivido experiencias totalmente diferentes a las de una generación que enfrenta problemas como la independencia financiera, el empleo y el acceso a servicios básicos de salud.
Empatía y liderazgo juvenil
Hablar con honestidad sobre las luchas de la generación joven es esencial. Los líderes deben tener la habilidad de conectar con un electorado que anhela ser escuchado. No se trata solo de atraer a un público juvenil, sino de demostrar que sus preocupaciones son la prioridad en la agenda política.
Por ejemplo, en Namibia, hemos visto el impacto positivo que puede tener un liderazgo joven. Hay un viejo dicho que dice: «La juventud es el futuro». Pero este futuro dice: «¡Soy el presente!» Los jóvenes, como Emma Theofelus, Ministra de Información, Comunicación y Tecnología de Namibia, han demostrado que la innovación y creatividad pueden existir en la esfera del liderazgo.
La importancia de la educación cívica
Un aspecto crítico que muchos líderes pasan por alto es la educación cívica. Solo el 44% de los jóvenes africanos confía en el presidente de su país, lo que indica un desafío no solo de confianza, sino también de conocimiento. Los gobiernos deben priorizar la educación sobre la importancia de la democracia, asegurándose de que los jóvenes comprendan su papel no solo como votantes, sino como activos participantes en el sistema.
Recuerdo cuando, en la escuela, aprendí sobre democracia. Teníamos debates simulados y todos queríamos ser presidentes, aunque solo para un día. La verdad es que esa sensación de poder, de ser parte de algo significativo, debe transmitirse a las generaciones actuales. La democracia no es solo acerca de elecciones: es acerca de derechos y responsabilidades, y está en manos de los líderes transmitirlo efectivamente.
Tecnología y participación política: el nuevo aliado
¿Alguna vez has pensado en lo que sería la vida sin internet? En 2010, solo el 10% de la población africana tenía acceso a internet. Hoy, en 2021, esta cifra se disparó al 43%. La digitalización está transformando radicalmente la forma en que los jóvenes se involucran en política. Las redes sociales se han convertido en una plataforma esencial para la movilización y el activismo. Algunos podrían decir que todo esto es un simple «click», pero esos clics pueden generar un tsunami de cambio.
La Agenda 2063 de la Unión Africana no es solo un documento de trabajo; es un llamado a la acción. Establece objetivos específicos para avanzar en la transformación digital del continente. Pregúntate por un momento: ¿qué otros impactos podrían tener la alfabetización digital y el acceso a internet en la juventud africana?
Empoderamiento de las jóvenes: el cambio necesario
A menudo, se habla de la participación de la juventud en un contexto general, pero es esencial que no olvidemos a las jóvenes africanas. Ellas enfrentan múltiples barreras, desde la falta de oportunidades educativas hasta la dependencia económica. La violencia de género es otro obstáculo que no debe subestimarse.
Embárcate en un viaje de empatía por un instante. Imagina a una joven que quiere involucrarse en política pero enfrenta una falta de recursos o apoyo. ¿Eso no rompería cualquier ánimo? Es fundamental que trabajemos para garantizar que estas mujeres tengan acceso a las oportunidades que merecen. La política no debería ser un privilegio reservado solo para algunos.
Mirando hacia el futuro: un apelo a los jóvenes
A medida que concluimos este viaje, hago un llamado a mis compañeros jóvenes africanos: es tiempo de actuar. Este Día Internacional de la Democracia, recordemos que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar. La participación no es solo un derecho, sino un deber cívico.
Si deseas que las cosas cambien, ¡tienes que ser parte de ese cambio! La democracia no es un regalo; es algo que debemos trabajar y preservar, así como cuidar un jardín. Necesitamos cultivar nuestras voces y hacer que cada voz cuente.
Las generaciones futuras nos observarán, y nuestro compromiso hoy determinará el panorama democrático de mañana. ¿Estamos listos para asumir ese reto?
En resumen, no solo somos el futuro; somos el presente. La juventud está lista para hacer que la democracia funcione, se trata de cómo elegimos participar y representar nuestras voces. Así que, en nombre de la juventud africana, levantemos nuestras voces y hagamos que se escuchen.
Al final, me quedo con esta reflexión: si a los jóvenes no les gusta lo que tienen, ¡que se levanten y lo cambien!