Si estás buscando una experiencia culinaria única en Madrid, Na Num podría ser el lugar que estás buscando. Este intrigante restaurante no solo nos sorprende con sus platos, sino que también es un testimonio de una pasión desbordante, sueños cumplidos y un toque mágico de fusión. ¿Quién diría que en un pequeño rincón del vibrante barrio de Chueca, podría brotar la esencia de dos culturas tan distintas, pero tan hermosamente entrelazadas? Aquí te contaré la historia detrás de este local y lo que lo hace especial.

La cocina como sueño: el camino de Lis Ra

Como muchos de nosotros, Lis Ra, la talentosa chef detrás de Na Num, ha tenido que enfrentar su parte de desafíos. Nacida en Buenos Aires de padres inmigrantes surcoreanos, Lis siempre estuvo en el cruce de dos mundos. Imagínate lo que eso significa: entre el bullicio de un hogar latino y las tradiciones profundas de la cultura coreana. Su viaje no fue lineal; de los estudios en Psicopedagogía y Kinesiología a descubrir su verdadero amor en la cocina. ¡Hasta yo podría sentirme perdido en ese camino!

Recuerdo cuando asumir una nueva dirección en la vida parecía aterrador, pero Lis decidió saltar directamente al mundo culinario. Su primer trabajo como cocinera en un hotel de Buenos Aires fue un ejemplo brillante de cómo la vida puede sorprendernos. Ella llegó con poca experiencia, pero no pasó mucho tiempo antes de que se encontrara a la cabeza de un menú, algo que seguro encendería ese fuego dentro de cualquier chef en formación.

Después de una valiosa experiencia en el renombrado restaurante Niño Gordo, Lis se propuso un sueño: abrir su propio restaurante. Al principio le dio un giro inesperado, abriendo un local itinerante conocido como Na Num, que solo funcionaba una noche a la semana. ¿No es curioso cómo a veces las limitaciones pueden dar lugar a la creatividad más genuina?

Madrid como destino: un sueño que florece

Nos situamos en el año 2022. Lis decide visitar España, un país que siempre había estado en su mente como el lugar ideal para desplegar su talento. ¿Te imaginas esa emoción de recorrer las calles de Madrid, llenándote de inspiración y buscando el lugar perfecto para hacer realidad un sueño? A veces, la búsqueda nos lleva a rincones inesperados.

Apenas un año después, impulsada por un pariente y tras una visita a un evento gastronómico en Nueva York, Lis decidió dar el gran salto. Con el apoyo financiero, encontró un local en Chueca, y aquí es donde las cosas se pusieron serias. Después de firmar el contrato, ¡la pandemia tuvo otros planes! Pero ni siquiera el COVID pudo detener su determinación. Con ingenio, empezó a ofrecer servicios de delivery, y así Na Num se posicionó en la escena gastronómica porteña, a pesar de las circunstancias adversas.

Un menú que baila entre dos culturas

Finalmente, en febrero de 2024, Na Num Madris emerge oficialmente con un concepto que desata la creatividad: cocina coreano-argentina. En el menú, encontrarás joyas como el ceviche de vieiras, adornado con jugo de kimchi fermentado que le da una vuelta de tuerca a tradicional. ¿Quién dijo que no se podía jugar con la comida? El saengseon, un bacalao fresco que se cocina a baja temperatura con una salsa que mezcla sabores inusuales, probablemente haga que se te haga agua la boca solo con pensarlo.

Lis también le da un toque especial a los encurtidos vegetales, que cambian con la temporada. Hay una profunda sabiduría en esa filosofía: cada ingrediente tiene su tiempo y espacio en la cocina.

Y no olvidemos el concepto de compartir que Lis quiere inculcar en cada mesa. Según ella, cada individuo tiene su cuenco de arroz, pero los platos van al centro. ¡Una invitación a la comunidad y el deleite compartido!

Las joyas del menú

  1. Ceviche de vieiras: con leche de tigre y una explosión de sabores.
  2. Saengseon: bacalao a baja temperatura, una combinación de creatividad y técnica.
  3. Jangajji: pickle de coliflor marinado, ideal para quienes buscan nuevas texturas.
  4. Mollejas crujientes: porque un toque picante nunca falta.

¿Alguna vez has probado la combinación de sabores que surgen de dos culturas diferentes? Te aseguro que, al igual que en una buena canción, las notas disonantes pueden fusionarse para crear una melodía maravillosa.

El ambiente de Na Num: un refugio acogedor

Uno de los elementos que más destaca en Na Num es su ambiente. Con un número limitado de mesas y una pequeña barra, Lis ha creado un espacio íntimo donde la comida puede ser disfrutada sin las distracciones de un servicio ruidoso o abrumador. Personalmente, siempre he preferido esos pequeños lugares que ofrecen una experiencia más acogedora y personal. Además, hay algo mágicamente especial en sentarse en una barra y conversar directamente con el chef. La pasión que ellos ponen en su trabajo se siente en cada bocado.

Lis ha optado por horarios flexibles, evitando los turnos partidos que tanto abruman a los empleados de la industria. ¿Por qué no permitir que el equipo tenga una vida personal fuera del trabajo? Esa filosofía crea un ambiente donde tanto el personal como los comensales se sienten felices y enérgicos.

Reflexiones finales: el viaje apenas comienza

La historia de Lis Ra y Na Num es solo el comienzo de un viaje que combina culturas, historias y sabores en un solo lugar. Cada plato cuenta una historia, y cada bocado es una celebración. El éxito de este restaurante no radica solo en los sabores que ofrece, sino también en la pasión y la dedicación que Lis ha volcado en su sueño.

El viaje de un inmigrante, un chef autodidacta que se aferra a su visión mientras se enfrenta a obstáculos inusuales, es un recordatorio de que los sueños pueden hacerse realidad, incluso cuando aparecen curvas en el camino.

Así que, ¿qué esperas para probar el menú de Na Num? La próxima vez que busques algo que despierte tus sentidos y te lleve a un viaje culinario, recuerda este pequeño rincón de Chueca donde las tradiciones se encuentran y se funden. ¡Buen provecho!

Dónde: Libertad, 8
Tel.: 628 62 18 24
Precio medio: 50 €


En conclusión, si decides visitar este restaurante, asegúrate de ir con buena compañía y, por supuesto, ¡disposición para compartir! Porque al final del día, la gastronomía es más que comida; es una experiencia que debemos disfrutar juntos.