Cuando escuchamos sobre desastres naturales y crisis, a menudo pensamos en la fragilidad de nuestra existencia y en la responsabilidad de aquellos que lideran a la sociedad en los momentos más críticos. En el caso de la dana que azotó la Comunidad Valenciana el 29 de octubre de 2024, se han levantado muchas voces, y ahora, una juez ha decidido llevar a juicio a ciertos políticos por su actuación. Sí, has leído bien. No solo estamos hablando de políticas públicas, sino de vidas humanas.

La tragedia: un fenómeno predecible

¿Te imaginas que un día sales a comprar pan y, mientras haces fila en la panadería, el mundo se convierte en una escena de una película de catástrofes? La dana no fue un fenómeno meteorológico imprevisto. Aunque durante años he creído que mi habilidad para predecir la lluvia es casi infalible, esta vez los expertos de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) ya habían avisado sobre la inminencia del desastre. En un giro irónico, mientras yo miraba cómo el cielo se oscurecía como si alguien hubiera decidido bajar el telón, la Universidad de Valencia decidió suspender actividades. Sin embargo, algunos en el gobierno valenciano, responsables del CECOPI (Centro de Coordinación de Emergencias), parecieron tener otras prioridades.

La juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja ha elevado el número de víctimas mortales a 225, ante la derrota del tiempo y la ineficiencia gubernamental. Entre las víctimas, según se ha informado, se encuentra una mujer que padecía leucemia y requería asistencia médica continua. La falta de una respuesta oportuna selló su destino. A veces, entre tantas noticias, es fácil olvidar que detrás de las cifras hay historias. Historias de amor, de trabajo y de sueños interrumpidos.

La actuación cuestionada: ¿qué ocurrió realmente?

Lo que realmente sucede en este tipo de crisis es que, aunque sabemos que hay un proceso de toma de decisiones, a menudo tenemos que preguntarnos: ¿realmente están preparados nuestros líderes para la prueba de fuego? En su resolución, la juez ha dejado claro que el Consell, el órgano superior de dirección ante emergencias, era responsable de actuar y coordinar las respuestas. Sin embargo, la convocatoria del CECOPI se produjo con tal demora que, al parecer, el tiempo no era el único enemigo en esta historia.

A partir de las 17 horas, la administración autonómica tomó decisiones de alerta con un retraso que es difícil de justificar. En la era de la información instantánea, el hecho de que la administración no actuara con diligencia es como si estuvieras en un juego de Jenga, retirando piezas una a una, sabiendo que en cualquier momento todo podría venirse abajo.

Y pensar que hay personas que también se quejan cuando les cancelan su serie favorita. ¡Lo que daría algunos por tener un modo de cancelar la fatalidad!

El papel del liderazgo: ¿quién tiene la culpa?

Ahora, quizás te estés preguntando: ¿dónde estaba Carlos Mazón, el presidente de la Generalitat, mientras esto ocurría? Aparentemente, según la juez, su nombre ha quedado fuera de la imputación por ahora, al menos. Pero no olvidemos que él también puede solicitar una cita en el banquillo de los acusados. ¿Es él realmente el santo que algunos dicen, o simplemente el que se ha dado un respiro justo cuando más calor necesitaba?

Por siempre se ha argumentado que la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, debería compartir la culpa por su papel como co-directora del CECOPI. Sin embargo, la jueza tiró esta teoría como quien lanza una bola de papel a la papelera y, aunque falla en el tiro, se siente justificado. Ella argumentó que no era necesario el asentimiento de 29 personas para emitir una alerta a la población. En otras palabras, el estado de emergencia requiere decisiones rápidas, no largas reuniones con café y galletitas.

Es un poco como decir: “¡Hey! Si ves que una tormenta se avecina, probablemente no sea el mejor momento para discutir cómo se deben clasificar las nubes, ¿verdad?”. La situación es crítica y, tal como lo expone la juez, esas decisiones deben ser rápidas, precisas y efectivas.

La búsqueda de justicia: ¿una luz al final del túnel?

Las decisiones tomadas por los líderes políticos en situaciones de emergencia suelen tener repercusiones directas en la vida o muerte de las personas. La juez ha presentado, sin tapujos, que esta lentitud provocó consecuencias devastadoras. En su dictamen, deja en claro que el CECOPI debería haberse convocado por la mañana para evitar la desdicha que se avecinaba.

Pero, ¿realmente estamos ante un cambio en la forma de gobernar? La justicia es en sí misma una espada de doble filo. A veces, avanzar significa actuar en contra de la corriente, estar dispuesto a señalar lo que a otros les gustaría esconder bajo la alfombra. Esta situación podría marcar un antes y un después en la forma en que los españoles ven la responsabilidad política. Los ciudadanos quieren respuestas. Necesitan saber que sus vidas están en manos seguras, especialmente en situaciones de crisis.

En conclusión: la importancia de la rendición de cuentas

A lo largo de los años, he aprendido a apreciar que la honestidad es clave en cualquier relación, incluidas las que tenemos con nuestros líderes. La rendición de cuentas es lo que nos mantiene a todos en la misma página, y la situación del CECOPI durante la dana es un recordatorio vívido de que incluso en las crisis más complicadas, siempre se debe actuar con prontitud.

¿Qué podemos aprender de este caso? La preparación y la comunicación son esenciales. Debemos instar a nuestros líderes a que se preparen, que prioricen la seguridad pública y que actúen rápidamente en lugar de dejar que el tiempo se convierta en su peor enemigo. La tragedia nunca debe ser solo un número en las estadísticas; debe ser un llamado a la responsabilidad.

Así que, en esta novela trágica de eventos ocurridos en Valencia, ¿qué opinas tú? ¿Cómo crees que debería mejorar nuestra administración en la gestión de crisis? Porque al final del día, todos queremos vivir en un mundo donde las decisiones sensatas se tomen antes de que el cielo se oscurezca completamente.