La transformación de un país en crisis es un tema que muchas veces se apoya en relatos de esperanza, y la Siria actual no es la excepción. Con la caída del régimen de Bashar al Asad en diciembre de 2022, el país parece estar en un limbo de oportunidades y desafíos. El panorama es complejo, y Edouard Beigbeder, director regional de UNICEF para Oriente Medio y África del Norte, ha estado en el centro de esta realidad, observándola desde el terreno. En este artículo, exploraremos su experiencia y los retos que enfrenta la educación y el bienestar de los niños en Siria, a través de un viaje que comienza en el estado de terror, pero que apunta hacía una posible liberación.

Primeras impresiones desde el terreno: un nuevo comienzo

Imagina que acabas de llegar a un país con un pasado desgarrador. Tu primer pensamiento es, ¿cómo se sobrevive aquí? Al llegar a Damasco, Edouard Beigbeder fue recibido por un panorama de libertad incierta. A través de una llamada a elDiario.es, describió su experiencia de visitar diversos espacios en Siria. La facilidad con la que su equipo accedió a todos los lugares, excepto al noreste del país, donde el conflicto aún arde, es una señal de que la situación está, al menos, empezando a normalizarse.

Sin embargo, es un comienzo frágil. Con 14 años de guerra a sus espaldas, Siria ahora ríe con desconfianza. La inestabilidad todavía se siente en el aire, especialmente cuando piensas en la cantidad de niños que, en este momento, son el rostro de la crisis. ¿Puedes imaginar que casi 2.5 millones de niños no están escolarizados? ¿Qué futuro les espera en un sistema que ha sido, literalmente, bombardeado?

Del caos a la esperanza: el futuro de la educación

Beigbeder no solo habla de números, también comparte historias cotidianas. Entre los desplazados, ese mar de niños con sueños rotos, hay quienes han sido testigos de la guerra en sí misma. “Es un riesgo dejar que sean olvidados”, señala con el peso de la responsabilidad en su voz. Para aquellos que solo conocen el conflicto, el camino hacia la recuperación educativa es uno de los pilares más cruciales hacia un futuro mejor.

Al hablar de desafíos educativos, resalta que muchos colegios han quedado destruidos o en condiciones deplorables. Imagínate que estás en un aula fría, sin materiales suficientes y escuchas que los maestros reciben salarios de apenas 30 a 40 dólares al mes. Es un ciclo desesperante donde la enseñanza se encuentra atrapada entre la voluntad de los padres de educar a sus hijos y la miserable realidad del sistema educativo.

La necesidad de reconstrucción y adaptación curricular

UNICEF y el nuevo Ministerio de Educación en Siria enfrentan un reto monumental: reconstruir el sistema educativo. Al mismo tiempo, deben ser conscientes de las necesidades de una nueva generación que no solo quiere aprender, sino también vivir en paz. “Una educación inclusiva” se ha vuelto el mantra en reuniones con las autoridades sirias. Pero, ¿realmente se podrá garantizar eso? La respuesta a esa pregunta está en el aire, aunque se siente un leve rayo de luz al escuchar que están abiertos a sugerencias y discusiones con expertos.

La adaptación del currículo existente también es fundamental. Es como intentar actualizar la última versión de tu software, ¿te acuerdas de las veces que has luchado por hacerlo sin perder tus datos? En el fondo, se trata de encontrar un equilibrio entre lo que se ha conocido y lo que se debe incorporar. Es una historia de renacimiento, donde cada conversación cuenta.

El impacto de la guerra en la salud mental de los niños

Más allá de la educación, hay algo igualmente crítico: la salud mental de los niños. Muchos de ellos han vivido bombardeos, desplazamientos y un maltrato que nadie debería soportar. En el corazón de Beigbeder resuena una cita que parece tan simple como profunda: “Necesitamos un programa específico para niños y adolescentes que han sufrido traumas severos”. Cuando la rutina diaria se llena de incertidumbres, la estabilidad emocional se convierte en un lujo, no en una necesidad.

Imaginemos a un niño que solo ha conocido el sonido de las explosiones en su barrio. ¿Cómo le enseñas a soñar? Las iniciativas deben ser creativas e innovadoras, integrando la educación para la paz junto con la formación vocacional. Esto significa que los adolescentes tienen la oportunidad de forjar un camino hacia el futuro, o simplemente, volver a construir el presente que les ha sido robado.

Desafíos logísticos: el regreso de los desplazados

Un fenómeno observable es la resistencia de muchos desplazados a regresar a sus hogares. A pesar de que millones desean volver, el miedo y la falta de recursos se interponen en su camino. La falta de agua, comida y un ambiente seguro son factores que hacen que la idea de retornar no parezca viable. La pregunta que todos debemos hacer es: ¿cómo les ayudamos a reconectar con su tierra natal?

Mientras Beigbeder menciona las necesidades básicas de agua y alojamiento, también se hace evidente que hay un aspecto más profundo en juego: la reconstrucción de la confianza. En un país donde la guerra ha dejado huellas profundas, la confianza entre la población y el gobierno debe cultivarse con paciencia y acción. Este es un camino de dos vías que requiere un compromiso genuino.

Esperanzas y proyecciones: el futuro de la educación en Siria

La mirada de Beigbeder es esperanzadora pero realista. ¿Celebrará Siria un nuevo año escolar en 2025/2026 con todos sus niños de vuelta en el aula? Los padres están ansiosos por enviar a sus hijos a la escuela, y eso es un indicativo positivo de que la educación sigue siendo una prioridad. Pero se necesita más que esperanza; se requiere acción.

Para rehabilitar el daño en la infraestructura educativa, serán necesarios aproximadamente 10,000 millones de dólares. No se trata solo de reparar, sino de construir un futuro próspero. Con cada escuela reconstruida, hay un niño que vuelve a soñar, una madre que puede enviar a su hijo al aula y, en última instancia, una nueva generación que puede aprender a vivir en paz.

La nutrición como base de la educación y la salud

Mientras el conflicto ha afectado la educación, también ha cambiado la forma en que los sirios se alimentan. La nutrición se ha convertido en un nuevo desafío; muchos hogares, una vez prósperos, ahora solo pueden permitirse una comida al día. Según Beigbeder, una intervención es urgentemente necesaria, no solo para identificar la desnutrición, sino también para garantizar que pueda prevenirse en el futuro.

Si solo tenemos en cuenta el aspecto físico de un niño, está claro que la nutrición y la educación deben estar ligadas. ¡Imagina un aula llena de estudiantes hambrientos! La concentración no es una opción, y el aprendizaje se convierte en una lucha constante. Se necesitan programas integrales que garanticen la seguridad alimentaria para que la educación pueda florecer.

La confianza como clave del cambio

En medio de estos esfuerzos, surge una pregunta central: ¿puede Siria realmente cambiar su narrativa utilizando estas interacciones? Beigbeder sugiere que la paz es más que la ausencia de guerra; es sobre las personas que se unen por un futuro compartido. Debe haber espacio para la cooperación y el apoyo entre las diversas partes.

Este es un camino largo y difícil, pero las acciones de UNICEF y otras organizaciones están impulsando un cambio positivo. Para los sirios, el ahora es crucial, pero el futuro también necesita de nuestra atención colectiva. Sabemos que la reconstrucción y la educación son parte del mismo tejido, y juntos podemos crear un nuevo relato, uno donde la esperanza y la educación marquen la pauta.

Conclusión: el viaje apenas comienza

Así que aquí estamos, al final de este recorrido emocional y lleno de información. En Siria, el viaje de transformación ha comenzado, pero se necesita más que solo intención; se requiere acción, inversión y, sobre todo, mucha paciencia. La comunidad internacional, las autoridades locales y la juventud siria deben unirse. ¿Estás dispuesto a ser parte de esta narración de cambio?

Recordemos, cada paso que damos no solo afecta a un país, sino a generaciones enteras. Poner un pie en el camino correcto puede hacer la diferencia entre un futuro sombrío y uno lleno de luz y esperanza. ¡Siria nos está llamando!