La situación empresarial en España está más caliente que una paella en pleno verano. En el centro del juego, encontramos a Ángel Simón, el nuevo consejero delegado de Criteria, y Isidro Fainé, su predecesor, que han empezado a forjar alianzas muy significativas. En este artículo, nos adentraremos en cómo estas relaciones están moldeando el futuro del tejido productivo español, al tiempo que mantenemos un tono conversacional y ligero, porque, seamos honestos, ¡no todos los días se habla de estrategias empresariales de esta magnitud!
La llegada de Ángel Simón: un cambio de rumbo
Ángel Simón asumió la dirección de Criteria en enero de 2024, y desde entonces, el panorama ha cambiado más que una camisa en una fiesta de disfraces. Su enfoque ha sido claro y directo: reforzar la presencia de Criteria en sectores estratégicos como banca, telefonía, energía y agua. ¿Cómo lo ha hecho? Cultivando una relación estrecha con el gobierno español.
Recuerdo una vez que escuché a un amigo comentar que en el mundo empresarial, «los malos son los que no tienen un buen trato con el gobierno». Puede que esta no sea la regla de oro, pero parece que Simón se ha abrazado a la idea con determinación.
Pero, ¿por qué es tan importante esta relación? Bueno, porque en esta danza empresarial, el gobierno no es solo un espectador. Imagina que te invitan a una fiesta y, al llegar, te das cuenta de que el anfitrión es el que paga las bebidas. El ambiente cambia radicalmente, ¿no crees?
El papel del gobierno en la estrategia de Criteria
La relación entre Criteria y el gobierno ha evolucionado con el tiempo. Desde la absorción de Bankia por parte de Caixabank, que significó un punto de inflexión, Fainé ha estado en el centro de las negociaciones. En este juego de poder, el trato entre ambos ha sido casi habitual, como si estuvieran en una danza bien coreografiada.
Uno podría preguntarse, ¿cuáles son los beneficios de esta colaboración? Hay que reconocer que el gobierno ha tenido que lidiar con situaciones delicadas. Cuando el independentismo amenazó con tener un mayor control sobre las grandes empresas, Sánchez decidió llevar a Fainé al baile. En ese encuentro, omnipresente en las redes sociales y los buzones de correo, transmitió tranquilidad: «Nada de qué preocuparnos».
¡Vaya forma de apretar el botón de pánico!
Caixabank y el gobierno: una relación simbiótica
Caixabank es uno de los ejemplos más fascinantes de esta danza de poder. Criteria es su mayor accionista, con un 31% de participación, mientras que el Estado posee un 18,1% a través del FROB. Esto representa un equilibrio delicado, donde ambas partes se benefician mutuamente.
Imagínate que estás en un restaurante, y los dos son los mejores comensales, pidiendo el platillo más caro del menú. Una vez que pasan la factura, no puedes evitar pensar que ambos se sentirán satisfechos. Caixabank se siente feliz de que el gobierno no interfiriera en su gestión. ¿Es eso conveniente o preocupante? Ahí hay un buen debate.
La creciente influencia de Criteria en Telefónica
Si Caixabank es el gran jugador en el sector bancario, la situación con Telefónica es un verdadero rompecabezas. Criteria y el gobierno han decidido trabajar juntos para contrarrestar el poder de los saudíes de STC, creando un bloque español.
La historia se vuelve aún más intrigante al descubrir que ambos acordaron alcanzar un 10% de participación en Telefónica casi simultáneamente. Esto, claro está, llevó a que el gobierno quisiese cesar a Álvarez-Pallete, el actual CEO de Telefónica, y nominar a alguien más alineado con los intereses socialistas.
Uno se pregunta si todo esto de las participaciones y ceses de directores es normal en el mundo empresarial. Al menos, no me parece algo que se habla a menudo en reuniones familiares.
Operaciones pendientes: Naturgy y Talgo
Con este trasfondo de alianzas y poderes, la atención se centra ahora en las operaciones pendientes. Naturgy es un gran melón que aún no se ha despachado. Con problemas en su cotización y un accionariado agitado, la situación exige una atención cercana. Mientras tanto, Talgo se ha convertido en la última pieza del rompecabezas estratégico que el gobierno y Criteria intentan encajar.
El veto del Ejecutivo a Magyar Vagon en su intento por controlar Talgo muestra el deseo de proteger empresas estratégicas de manos extranjeras. Es como si estuvieran jugando una partida de ajedrez, donde cada movimiento cuenta y cada pieza está cargada de significado.
La importancia de comprender el contexto
Las decisiones que toman Criteria y el gobierno no ocurren en el vacío. El mundo está en constante cambio, y cada movimiento en las esferas de poder tiene consecuencias. Con el auge del cambio climático y las nuevas regulaciones que buscan impulsar energías más limpias, la capacidad de las empresas para adaptarse es fundamental.
Un punto que no podemos pasar por alto es la necesidad de que todos los actores sean transparentes en sus acciones. La historia reciente nos ha enseñado que la falta de transparencia puede llevar a colisiones innecesarias.
¿Quién se beneficia realmente de estas alianzas?
Es fácil suponer que este tipo de acuerdos sólo benefician a las élites empresariales y políticas. Pero esta es la razón por la que tenemos que estar atentos. ¿Se beneficiará realmente la ciudadanía de estas relaciones?
Es un dilema, porque en el fondo, mientras que los grandes poderes se alían, muchos consumidores continúan buscando mejores opciones, precios justos y, sobre todo, transparencia en sus experiencias empresariales.
Futuro incierto: ¿hacia dónde nos dirigimos?
Con todas estas piezas moviéndose, uno puede preguntarse: ¿hacia dónde nos dirigimos?. La respuesta, desafortunadamente, es tan clara como un vaso de agua turbia. Lo que sí sabemos es que tanto Criteria como el gobierno parecen estar dando pasos hacia una futura colaboración en el ámbito empresarial. Sin embargo, el impacto real en la economía, los empleados y los consumidores aún está por verse.
Además, hay que tener en cuenta las oposiciones de los accionistas minoritarios. Al planear una ofensiva contra lo que consideran un asalto del gobierno a Telefónica, estos accionistas pueden convertirse en un factor sorpresa en este tablero de ajedrez de alto riesgo. En el mundo de los negocios, nunca se puede subestimar a la voz de los que tienen menos capital.
Terciando en la conversación
Es normal que sintamos cierta inquietud ante la creciente influencia de grandes corporaciones y gobiernos en nuestras vidas. A todos nos gusta sentir que tenemos voz en el proceso, ¿verdad? O al menos, me gustaría pensar que si se está tomando un café con el ministro, al menos me incluyan en la conversación.
Reflexiones finales
La nueva era de Criteria, bajo la dirección de Ángel Simón, es mucho más que un cambio de timón en una embarcación corporativa. Se trata de un juego de poder, donde el gobierno, las inversiones y las grandes empresas tejen una red que afectará al tejido productivo de España en los próximos años. Sin embargo, lo que está en juego es crucial y nos involucra a todos.
Lo que podemos hacer, como ciudadanos y consumidores, es mantenernos informados, cuestionar y, por supuesto, disfrutar de la paella mientras observamos este espectáculo. ¡Al fin y al cabo, vivimos en un mundo donde la única constante es el cambio!