El pasado miércoles, el Parlamento Europeo aprobó el nuevo colegio de Comisarios de Ursula von der Leyen, un momento que, aunque pudiera parecer festivo, se vivió con una notable falta de entusiasmo. Si te lo pierdes, te cuento que esta aprobación fue la más apática de la historia, con un apoyo del 51% de los europarlamentarios. ¡Vaya manera de comenzar! ¿Acaso esto fue un peldaño hacia el cambio que Europa necesita o un capricho más de la burocracia?

En este artículo, vamos a desmenuzar esta decisión monumental como si fuera un nuevo plato en un restaurante de moda: desde los ingredientes esenciales, el contexto actual, hasta el posible sabor que tendrá esta nueva administración a lo largo de sus años en el poder.

¿Qué pasó realmente en el Parlamento Europeo?

Así que, para que te hagas una idea, este apoyo del 51% se traduce en 370 votos a favor y 280 en contra. O sea, por si no lo has notado, ellos no están exactamente haciendo la fiesta de la democracia aquí. Y lo más sorprendente es que muchos europarlamentarios simplemente no se presentaron. Solo pensar en lo que pudo haber pasado: ¿acaso decidieron que era mejor una tarde en casa viendo la serie de moda? Algo que cualquier mortal podría entender, pero no en un día tan crítico como este.

Recuerdo una vez que fui a una reunión de trabajo y el 60% de mis compañeros no aparecieron. Al final, el jefe decidió terminar la reunión sin nosotros y lo que quedó fue un memorándum que ahora lee más como un relato épico de aquellos que sufrieron el resultado de una ausencia masiva que como un análisis técnico de un proyecto. ¡Qué gran manera de perder tiempo y energía!

Ursula von der Leyen: la mujer del momento

Pero hablemos un poco de Ursula von der Leyen, porque hay que reconocer que tiene un currículum impresionante. Desde ser ministra de Defensa en Alemania hasta tener que lidiar con un cambio climático sin precedentes y una pandemia que nos ha hecho revisar nuestras prioridades.

Al asumir el cargo, Ursula se enfrenta a un estante lleno de problemas: desde el cambio climático hasta la economía post-COVID. Y aquí es donde podemos sentir una pizca de empatía. Imagínate ser tú, el nuevo jefe de una empresa con la que apenas tienes relación y descubres que tus empleados están desmotivados, algunos no se presentaron y los que aún están ahí, están más preocupados de qué comerán en el almuerzo que de trabajar en el nuevo proyecto. ¿Cómo manejarías eso?

Un panorama desalentador

La falta de apoyo para la nueva comisión de von der Leyen es un reflejo de un panorama político desalentador en Europa. En un continente donde los extremismos están en auge y la polarización política es casi la norma, ¿es este un signo de que los ciudadanos están evolucionando, o simplemente están cansados?

Es una pregunta intrigante, especialmente porque esta apatía, en muchos casos, es un indicativo de una disconformidad generalizada. La juventud europea está desencantada por la falta de acción concreta ante problemas graves como el cambio climático y la desigualdad social. ¿Acaso no es esto lo que muchos de nosotros hemos estado diciendo desde hace años?

Un cambio inminente

¿Qué podemos esperar de esta nueva comisión? Ursula von der Leyen ha prometido un «pacto verde europeo» y un mayor enfoque en la digitalización de la economía europea. Pero, hablemos con honestidad, ¿será suficiente para ganar la confianza de los ciudadanos europeos?

Quiero decir, he probado unas cuantas recetas de cocina que son simplemente “prometedoras” en papel, pero cuando se trata de ejecutarlas… bueno, digamos que algunas de mis cenas caseras son mejor recordar que probar. ¿Podría pasar lo mismo con el pacto verde de Ursula?

Hay quienes opinan que, a medida que crecen las expectativas de acción climática y justicia social, los políticos deben ser verdaderos chamánes de la gestión del cambio. Pero aquí es donde nos podemos ver atrapados; los planes son hermosos en papel, pero su implementación puede ser otro cuento.

Un nuevo comienzo, pero con qué endulzante

Hay un par de cuestiones que uno podría plantearse en este punto. ¿Valdrá la pena la nueva dirección que Ursula intenta forjar? Las promesas de un futuro más verde y digital son atractivas, pero ¿existen los recursos y la voluntad política para hacer que eso suceda?

Ciertamente, Europa está emocionada por la transición hacia energías renovables y un futuro más sostenible. Sin embargo, la falta de apoyo tanto en el Parlamento como entre los ciudadanos plantea serias dudas. Al final del día, se trata de un esfuerzo colectivo, y mientras más personas se sientan desilusionadas, menor acción se verá en el futuro.

Algo que es intrínseco a la política es el arte del compromiso; como cuando intentas hacerle un favor a un amigo y, al final, terminan con una versión horrenda del plan inicial. ¿Puede ser ese el destino de la comisión de Ursula?

Reflexiones finales

Con cada comienzo, siempre hay incertidumbre, y esta nueva Comisión Europea no es la excepción. Mientras los europarlamentarios se preparan para navegar las aguas turbulentas que vienen por delante, es posible que tengamos que sentarnos y ver qué ocurre.

Es fácil especular sobre si Ursula von der Leyen tendrá éxito, pero más difícil será decirlo hoy. Pero, al final de todo, lo que más necesitamos en política es algo de empatía. Las decisiones que se tomen en Bruselas afectarán a millones, y aunque el apoyo inicial es frágil, eso no significa que no podamos tener fe en lo que está por venir.

Así que, mientras esperamos ver cómo se desarrolla esta historia, ¿te unes a mí para ver cómo se cocina este nuevo capítulo político? ¡Las apuestas están sobre la mesa!

Para finalizar, la política puede ser un plato amargo, pero con un poco de humor y muchas dosis de realismo, creo que puede matar el hambre… al menos hasta la próxima reunión.