En un rincón del mundo donde la esperanza frecuentemente parece escasa, la valentía de unos pocos continúa ardiendo como una llama indomable. Esto es, en esencia, lo que está sucediendo en Venezuela, donde la oposición al régimen de Nicolás Maduro está tomando medidas creativas para resistir el autoritarismo. Aquí, en este artículo, exploraremos no solo los recientes acontecimientos que han marcado a la nación, sino también las dinámicas complejas de la lucha por la libertad y democracia.

¿Te imaginas estar en una ciudad donde tus derechos son ignorados y tus seres queridos temen salir a la calle para expresar sus opiniones? Esa es la realidad de muchos venezolanos hoy, y aquí te cuento un poco sobre lo que sucede a diario. Mientras escribo esto, no puedo evitar pensar en la historia no contada de aquellos que luchan a diario por un futuro mejor, como María Corina Machado y su visión innovadora de protestas conocidas como los “enjambres”.

La situación actual en Venezuela

Este pasado sábado, se cumplieron 60 días sin que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Maduro presentara los resultados de los comicios. A pesar de que la valiente María Corina Machado ha recopilado el 83% de las actas, que indican una victoria del 67% para el candidato opositor González, el régimen sigue sin realizar la correspondiente verificación. Esto solamente plantea más preguntas que respuestas.

Y aquí es donde entran las anécdotas. Recuerdo una vez que estuve en una reunión con un grupo de activistas, esa energía casi palpable en el aire. A pesar de las adversidades, cada uno de ellos tenía una historia de lucha y perseverancia. La mayoría de nosotros, en lugares más afortunados, no nos podemos imaginar lo que es vivir en un constante estado de incertidumbre.

María José de Castro: Un símbolo de valentía

Una de las figuras relevantes en las recientes protestas es María José de Castro, una luchadora social de 61 años. Esta mujer, que ha dejado el miedo a un lado, se manifestaba ante la Torre de Cristal de Los Palos Grandes con un cartel que decía «Se busca», trefado con el rostro de Maduro. Si eso no es valentía, no sé qué lo es.

María José expresó con sinceridad: “Esto es horrible. No deberíamos esperar que Erik Prince venga a hacernos la tarea de desalojar a Maduro del poder.” ¿No te suena un poco como un grito de ayuda en un mar de indiferencia? Esto me hace pensar, ¿qué haríamos nosotros en su lugar? A veces, la distancia geográfica nos hace olvidar el sufrimiento ajeno, pero cada una de estas protestas es una llamada de atención.

La estrategia de los enjambres

La visión innovadora de María Corina Machado ante esta situación adversa ha sido implementar un concepto que, aunque suene extraño, ha tomado fuerza: los enjambres. Inspirados en el modelo de organización natural de las abejas, los enjambres consisten en pequeños grupos de activistas organizados que operan de manera clandestina, asegurando la efectividad de su protesta.

Machado describe a este nuevo enfoque como una «estructura de inteligencia y estrategia». Hablando sobre esto, no puedo evitar recordar una conversación sobre cómo las pequeñas acciones pueden tener un gran impacto. Imagínate que cada uno de nosotros, en lugar de gritar en una multitud, empezara a actuar desde su propia comunidad. Sería como un efecto mariposa.

Los 69,000 comanditos involucrados en esta metodología representan una esperanza renovada en el caos. En un país donde la dictadura ha reprimido el derecho a la protesta, poder organizarse en células pequeñas puede ofrecer una alternativa poco a poco más segura, aunque efectiva.

El contexto de la represión

No obstante, esta lucha no está exenta de riesgos. Después de las elecciones, el gobierno de Maduro ha encarcelado a más de 30 dirigentes políticos y ha llevado a cabo otras acciones represivas, incluyendo 25 asesinatos de manifestantes. Mientras María José sostiene su cartel, otros se preguntan, implícitamente, si su lugar en esa protesta podría haber sido el último.

Al respecto, Malaquías Pérez, un coordinador de trabajadores del partido Voluntad Popular, comparte su perspectiva: “Este gobierno es una dictadura que se disfraza de democracia.” Y qué acertado es. Hay algo profundamente preocupante cuando se confunden las líneas entre la opresión y lo que se presenta al mundo como una elección democrática.

En conversaciones previas, recuerdo la frustración palpable de muchos jóvenes que sienten que su futuro en el país está comprometido. En Venezuela, a pesar de tener tanto potencial, lo que verdaderamente reina es un régimen que actúa como un cartel de narcoterroristas.

La esperanza entre la oscuridad

La nueva estrategia ‘enjambres’ ha comenzado a tener un resonante eco en la sociedad. En cierto momento de la protestas, mientras una pequeña agrupación se dedicaba a leer resultados electorales, compartieron el himno nacional al finalizar. Eso hace que te olvides, aunque sea por un breve instante, del peligro y el dolor que les rodea. ¿No es impresionante cómo la música puede unir?

Las emociones que evoca un lema como #YoMeSumo suenan como un llamado a la humanidad. Poder llevar la fuerza y la determinación a un pequeño grupo de personas puede parecer un gran paso. Sin embargo, en un panorama en el que los derechos básicos son violados, cada acción se encuentra cargada de significado.

Comparaciones históricas

Cuando escuchamos la palabra «enjambres», suscita la reminiscencia de antiguos movimientos. Así como los primeros cristianos se reunían en catacumbas para sobrevivir a la persecución, hoy los venezolanos encuentran refugio en pequeños grupos organizados para llevar adelante sus luchas. Es un fenómeno que no solo es contemporáneo, sino que se ha repetido a lo largo de la historia.

¿Podría la historia estar también de su lado? En un mundo donde las tormentas a menudo parecen ser insuperables, los líderes como María Corina y sus compatriotas nos recuerdan que los gritos de desesperación son también los gritos de resistencia.

La fuerza de las redes sociales

Uno de los componentes más interesantes de la estrategia de los enjambres es su uso de las redes sociales. ¿Quién diría que un # podría ser un bastión de hope? A través de estas plataformas, Machado ha sido capaz de dar anuncios, coordinar encuentros y convocar la atención mundial hacia la situación de Venezuela. En una era donde las redes sociales pueden crear tendencias en segundos, sus aplicaciones se multiplican en muchas direcciones.

Y aquí es donde entra otra reflexión: ¿dónde estaríamos sin el poder de la información compartida? En esta era de consumo ruidoso, el verdadero desafío radica en filtrar esas voces. ¿No deberíamos escuchar más de aquellos que realmente necesitan ser escuchados?

Una lucha por la supervivencia

En las boca de todos, se habla de una lucha por la vida, la verdad y la ética. María Corina lo resalta claramente al afirmar: “Lo que hemos vivido es mucho más que una lucha electoral. Esto ha sido una lucha existencial por la vida.” Nos golpea a todos de manera distinta, pero la esencia es común: continuar con vigor a pesar de las adversidades.

A lo largo de nuestras vidas, nos encontramos rodeados de desafíos. ¿A veces no parece que el universo conspira contra nuestros sueños? La vida y la lucha en Venezuela no se pueden medir con las mismas reglas que utilizamos cotidianamente, pero esto no significa que su resistencia no merezca todo nuestro respeto.

La comunidad internacional y el papel de Erik Prince

Y aquí es donde las cosas se complican. Con la llegada de figuras como Erik Prince, conocido por su papel en Blackwater, se nos plantean preguntas incómodas sobre la intervención extranjera. ¿Es correcto esperar que otros vengan a “hacer la tarea”? María José piensa que no. La nación venezolana tiene suficientes héroes durante su propio relato.

La comunidad internacional tiene una responsabilidad cívica. No se trata de imponer soluciones, sino de escuchar y apoyar a aquellos que están en la lucha. ¿No deberíamos apoyarlos en lugar de mirar desde la distancia?

Conclusión: el futuro de Venezuela

Mientras observamos cómo se desarrollan los eventos en Venezuela, no podemos olvidar que la lucha por la libertad puede ser larga y difícil, pero la resiliencia de su gente es extraordinaria. En un país donde la desesperanza puede parecer la norma, sus voces siguen resonando y el eco de su lucha es inquebrantable.

Los “enjambres” pueden ser un rayo de esperanza donde antes había sólo oscuridad. Es inspirador pensar que pequeñas protestas, actos de valentía y movimientos digitales pueden hacer una gran diferencia. Así que, a medida que avanzamos en esta narrativa, extendamos nuestro apoyo a los venezolanos – no solo en palabras, sino en acciones concretas.

¿Quién sabe? Quizás algún día miremos hacia atrás y recordemos cómo un grupo de valientes se atrevió a desafiar la opresión y reclamó su derecho a la libertad. Al final del día, cada uno de nosotros puede ser parte de la solución, ¿no crees?