Recientemente, he estado reflexionando sobre la situación crítica que atraviesa la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface). Lo primero que me viene a la mente es el dicho popular: «no hay peor lucha que la que no se hace». Y si algo hemos aprendido en los últimos años, es que ignorar los problemas no los hace desaparecer, sino que, más bien, los agrava.

Militamos, en ocasiones, por causas que se sienten distantes, como si fueran historias ajenas. Pero, ¿qué sucede cuando esas historias colisionan con nuestra propia realidad? Hoy, me toca hablarte sobre las dificultades que enfrenta Muface y, más importante aún, cómo podríamos enfrentar este desafío juntos.

¿Qué está pasando con Muface?

La Fundación IDIS ha calificado de «claramente insuficiente» la propuesta del Gobierno respecto al próximo convenio de Muface, que plantea un incremento de las primas del 17,12%. Desde un punto de vista financiero, esto es como intentar remediar un barco que se hunde con un simple parche en el agujero, mientras sigue ingresando agua a raudales. En concreto, tras analizar la inversión per cápita pública, se ha encontrado que el gasto promedio en el régimen general es de 1.736 euros por persona, en contraste con los 1.208 euros que se propone para Muface. Esto deja a los mutualistas en una posición claramente desfavorable, y es allí donde comienza a desdibujarse la imagen de lo que debería ser una atención sanitaria digna.

Las alarmantes cifras que no podemos ignorar

Ahora bien, si pensabas que estos números eran preocupantes, espera a ver lo que el informe Impacto de las Mutualidades en el Sistema Sanitario nos revela. La asistencia a mutualistas ha generado, en 2023, unas impresionantes 142 millones de euros de pérdidas. ¡Cierto es que, en ocasiones, los números son solo eso, números! Pero aquí estamos hablando de vidas, de acceso a la atención médica.

La verdad, a veces me pregunto si realmente comprendemos el impacto de todo esto. Si Muface colapsa y las aseguradoras se niegan a seguir en el juego, ¿quién crees que pagará el precio? Según las estimaciones, esto incrementaría un 2% las visitas en Atención Primaria, y no estamos hablando de unas pocas personas, sino de aproximadamente cinco millones de visitas. Reconócelo: en un día normal, ya es complicado conseguir una cita, ¿imaginas el caos total que se produciría?

Las cifras no terminan ahí. Estamos viendo un incremento del 266% en el número de pacientes en listas de espera para consultas externas y un **115% en cirugías. Puede que estés pensando «bueno, siempre hay forma de arreglarlo», pero déjame decirte que la situación es seria. Muy seria.

La encrucijada de las aseguradoras y la presión sobre la atención pública

Ahora que tenemos claro el estado de Muface, hablemos sobre el papel de las aseguradoras. Aparentemente, la alta siniestralidad – que ronda un 110% – ha llevado este modelo a un «alto riesgo de viabilidad». En mi experiencia, este tipo de situaciones pone a las entidades patas arriba, forzándolas a tomar decisiones difíciles. Pero, ¿es esta la manera correcta de gestionar un modelo de salud? ¿Nos dirán las aseguradoras que se pueden permitir perder dinero en un sistema que no funciona?

Los gremios de trabajadores, como CSIF, también están levantando la voz. Las movilizaciones parecen ser inminentes, pero aquí surgen preguntas que debemos considerar: ¿de verdad es necesario llegar a una manifestación? ¿No deberíamos cuestionar la inacción antes de llegar al punto crítico?

El colapso de Muface significaría necesariamente un impacto drástico en el sistema público de salud. Tal vez te estás preguntando, «¿realmente necesitamos una cobertura privada para cuidar de nuestra salud?», y esa debería ser la pregunta que más nos preocupe.

¿Qué implicaría el fin de Muface?

Imagina un sistema de salud donde el único recurso es la atención pública. Sería como tener un pizza más grande que no alcanza a todos, donde la primera persona que llega se lleva el mejor trozo, y para aquellos que llegan tarde, pues solo quedan las migajas. La necesidad de 3.975 camas adicionales en hospitales públicos es solo una parte de la historia. El aumento en la demanda de atención médica generaría un gasto proyectado de 1.214 millones de euros anuales. Ahí es donde se complica la cosa: ¿quién corre con la cuenta?

La salud no es un juego, y es el momento de dejar de jugar. Si algo ha dejado claro la actual crisis es que no podemos permitirnos un sistema que se tambalea a merced de decisiones vacías.

Perspectivas para el futuro: ¿hay esperanza?

Aunque la situación es desalentadora, hay quienes trabajan para cambiar este panorama. Organizaciones como la Fundación IDIS no solo están emitiendo comunicados con cifras alarmantes; están haciendo un llamado a la acción. La meta es clara: buscar soluciones viables que no solo aborden el problema de Muface, sino que también fortalezcan el sistema sanitario en general. ¿Es posible que con trabajo conjunto logremos hacer frente a este reto?

Los expertos están trascendiendo localmente, proponiendo alternativas que no solo mejoren la situación financiera de Muface, sino que también aseguren una atención de calidad para todos. Y aquí es donde entra en juego nuestra responsabilidad como sociedad civil.

La importancia de una voz unida

Tú, yo, nosotros, todos somos parte de esta historia. La voz de los mutualistas es fundamental, y debemos asegurarnos de que se escuche. Pero más allá de elevar nuestras voces en protestas, podemos unirnos en un frente común que lleve demandas concretas y soluciones a la mesa. Después de todo, la unión hace la fuerza, y un colectivo que defiende sus derechos como mutualista se convierte en una voz potente frente al Gobierno.

Reflexiones finales: La salud es un derecho, no un privilegio

En conclusión, el destino de Muface está en tus manos, en mis manos, en nuestras manos. La salud siempre ha sido un derecho fundamental, y no podemos permitir que las decisiones políticas lo conviertan en un privilegio para unos pocos.

La crisis actual es alarmante, sí, pero también puede ser una oportunidad de cambio. ¿Qué significa para ti la cobertura de Muface? ¿Qué cambios estás dispuesto a exigir para que tu voz se escuche y el sistema sanitario funcione como debería?

En este contexto de resultados críticos y la voz enérgica de organizaciones como el CSIF, es esencial que permanezcamos alertas y comprometidos. Necesitamos un cambio real, un cambio que priorice la salud y el bienestar de todos.

Este artículo no es solo una reflexión, sino una llamada a la acción para que tomemos el control de nuestro futuro. Cuando se trata de salud, ¡no hay tiempo que perder!