En la Comunidad Valenciana, cada vez que el cielo empieza a descargar su carga de agua, los ciudadanos sienten un cosquilleo en el estómago. Esa mezcla de expectativa y temor se activa cada vez que las nubes se oscurecen y la lluvia comienza a caer, evocando vivencias tan intensas como recibir una llamada inesperada de una tía lejana a la que no sabes si amar o temer.
La reciente gestión de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha puesto en el centro de la conversación pública los protocolos y sistemas en acción al enfrentar inundaciones. Pero, ¿es realmente el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) lo que necesitamos para asegurarnos de que no volvamos a experimentar desastres como los de años anteriores? ¡Vamos a desentrañar este tema!
¿Qué es el SAIH y cómo funciona?
El Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) no es más que una herramienta de observación, lo que significa que nos dice qué está ocurriendo en el momento, no necesariamente qué sucederá en el futuro. Es como tener un amigo que te cuenta que acaba de ver a alguien robando manzanas en el mercado, pero que no hace nada para detenerlo. En ese sentido, entendámoslo como un buen observador, pero no un héroe en la culpa de actuar.
Según informa la Confederación Hidrográfica del Júcar, el SAIH actualiza los datos cada cinco minutos, ofreciendo información constante sobre la lluvia y el caudal. Sin embargo, el proceso desde que se recogen esos datos hasta que llegan a tu pantalla puede tardar de 20 a 30 minutos. Esto suena bien, pero en el mundo de las inundaciones, ese lapso de tiempo puede ser crucial. Así que, si esperas que el SAIH te avise justo antes de que el agua hunda tu sofá nuevo, te sugiero que busques a otro amigo.
La DANA y su polémica gestión
La lluvia torrencial del 29 de octubre de 2024 fue una prueba de fuego. A esa fecha, el pluviómetro en Turis registró un impresionante 185 litros por metro cuadrado en una sola hora. Imagínate eso: la cantidad de agua que normalmente recogerías en un año, ¡en una sola tarde de furia meteorológica! ¿Y cómo reaccionó el personal encargado de la gestión de estas emergencias?
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) indicó que no hay indicios suficientes para investigar a Mazón, a pesar de la desbordante preocupación pública. Eso nos lleva a preguntarnos: ¿qué más se necesita para que la gente se tome en serio la posibilidad de que el descuido en la gestión de recursos pueda costar vidas?
La colaboración entre organismos
En la lucha contra las inundaciones, la colaboración es clave, aunque a veces pueda parecer como organizar una reunión familiar donde todos opinan y nadie está de acuerdo. Según el Plan de Inundaciones de la Generalitat Valenciana, no solo la Confederación Hidrográfica juega un papel en la gestión. También están implicados los Ayuntamientos, la Policía, los Bomberos, y hasta los agentes medioambientales. En momentos de crisis, todos parecen ser héroes en un mismo cómic, pero, ¿realmente están todos en la misma página?
La falta de coordinación a veces hace que esta red flaquee, como una tarta de tres pisos que inesperadamente pierde las capas porque nadie había previsto la tormenta. Para que la información fluya efectivamente entre todas las partes, es esencial que cada organismo conozca su rol y actúe en consecuencia, algo que, irónicamente, se vuelve más complicado que seguir una receta de la abuela en la que los ingredientes nunca están claros.
El seguimiento de ramblas y barrancos
El informe sobre el SAIH y su aplicación señala que el seguimiento de ramblas y barrancos es un proceso en el que deben participar múltiples agentes. Eso nos lleva a pensar, ¿realmente se puede confiar la seguridad de las personas en un simple sensor de nivel en un barranco? La respuesta parece ser no.
Por ejemplo, el barranco del Poyo tiene un solo sensor que registra el nivel del agua. La información recopilada por este dispositivo no es suficiente para determinar el riesgo en toda su extensión. La realidad es que el calor de una advertencia puede ser tan efectivo como un café bien cargado cuando hablas de prevenir inundaciones. Pero si esas advertencias no se comunican adecuadamente, ¿de qué sirve?
Un apagón informativo
Una de las declaraciones que ha llamado la atención es la denuncia de un “apagón informativo” durante la crisis más aguda de la DANA, que dejó a los residentes en un desamparo total. Según el informe, los datos estaban disponibles en la web del SAIH, pero parece que la información no llegó a quienes más la necesitaban a tiempo. ¿No debería ser este un recordatorio de que la comunicación en situaciones de emergencia puede ser tan vital como el agua misma?
En el mundo actual, donde la información fluye más rápido que un “like” en una publicación de Instagram, esperar que la población se sumerja en la web para buscar datos no es una estrategia eficaz. La falta de un SMS que diera la voz de alarma antes de que la naturaleza desatara su furia es un error que podría costar vidas, y la responsabilidad recae en todos, desde los gobernantes hasta los ingenieros.
Un llamado a la acción
Es hora de que las autoridades tomen en serio la gestión de inundaciones, de priorizar la inversión en sistemas que no solo midan, sino que predigan. Esto no solo beneficiará a las comunidades a lo largo de los ríos y barrancos, sino que también salvará vidas.
Cada uno de nosotros puede ser una parte de esta solución. Desde hacer chequeos regulares de las defensas de agua en nuestras comunidades hasta estar preparados para lo que pueda venir. Después de todo, un poco de prevención es siempre mejor que curar, ¿no crees?
Humor en medio de la tormenta
A veces, encuentro humor en lo absurdo. Después de una tormenta terrible, me gusta imaginar a los responsables de emergencias colocando letreros sobre el SAIH que digan: “Desgraciadamente, no adivinamos el futuro”. Es una manera cómica de recordarnos que, a pesar de toda la tecnología, la naturaleza sigue siendo la verdadera reina del baile.
Pero dejando las risas a un lado, es fundamental que estos sistemas sean mejorados, que la información se comparta, y que cada individuo no solo reciba, sino que también entienda la información que se le está proporcionando.
Conclusión
La gestión de inundaciones en la Comunidad Valenciana tiene que pasar de ser un mero sistema de monitoreo a un sistema real de protección. La colaboración entre los diferentes organismos es crucial, pero también lo es una mejor comunicación y, sobre todo, un sistema de predicción efectivo. Todos merecemos sentirnos seguros, incluso cuando el cielo se oscurece y el aire se llena de humedad.
Así que, la próxima vez que escuches un trueno o veas una nube oscura, no solo te preocupes por cuántas manzanas puedes comprar. Piensa en si este sistema está funcionando para ti, y si no, ¡comienza la conversación! La prevención y la preparación pueden salvar no solo tu sofá, sino también vidas.