La tarde del 29 de octubre de 2023 se vio marcada por un fenómeno natural devastador en Valencia. La DANA, o Depresión Aislada en Niveles Altos, causó estragos y desbordamientos que dejaron a muchos ciudadanos inquietos, y con razón. ¿Pero cómo fue la respuesta a esta catástrofe? ¿Las organizaciones involucradas hicieron lo correcto? En este artículo, exploraremos las acusaciones que rodean la gestión de emergencias en esta tragedia, así como el papel del sistema de emergencias 112, las comunicaciones gubernamentales y las peticiones de información que han surgido como resultado del desastre.

Un caso de urgencia en la DANA: la alarmante situación

Acció Cultural del País Valencià (ACPV) es una de las entidades que ha alzado la voz en este asunto. Según ellos, el informe de la Generalitat, que se envió a la jueza instructora del caso, es “limitado, sesgado y parcial”. Y aquí es donde surge la primera pregunta: ¿cómo es posible que un informe crucial para entender la respuesta a una calamidad de tal magnitud esté incompleto?

Imagina que eres un asistente social y, por la razón que sea, no tienes todos los datos sobre un caso crítico que involucra el bienestar de una familia. Sería, por decirlo de manera suave, una preocupación enorme. ACPV sostiene que el informe omite datos esenciales, tales como las llamadas de emergencia que no fueron atendidas en ese fatídico día. La entidad está pidiendo a la magistrada que solicite un informe complementario a la Conselleria de Emergencias e Interior, que es un nombre bastante imponente, ¿no creen?

Los datos que se requieren incluyen las llamadas que no se atendieron, con su hora y origen, y también aquellas que correspondían a incidentes relacionados. ¿Cómo se puede tener una estrategia eficaz de respuesta si no se tiene un panorama claro de lo que sucedió en tiempo real? Eso sí que es un dilema.

La fatídica noche del 29 de octubre

El Consell envió un informe el 4 de marzo al juzgado. En él, se destaca que desde las 16:40 de ese día, el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat en l’Eliana comenzó a recibir multitud de avisos. La situación se complicó drásticamente, especialmente cuando se reportaron incidentes que involucraban a niños, bebés y mujeres embarazadas atrapados. Sin embargo, las alertas a los móviles no se enviaron hasta las 20:11. Es como si el servicio de emergencias hubiera estado distraído viendo un episodio de su serie favorita en vez de atender a las alertas. Pero claro, siempre hay más que un par de botones que pulsar y decisiones que tomar.

La ex-consellera, Salomé Pradas, se ha desentendido de este asunto, argumentando que no era de su competencia. Aquí, estoy seguro de que muchos se preguntan: ¿quién es responsable, entonces?. El problema parece que se dispersa entre despachos y oficinas, y los ciudadanos son los que se quedan atrapados en la middle.

La controversia de la alerta Es-Alert

ACPV también está pidiendo que se indague sobre el sistema de alerta Es-Alert. Este sistema tiene un «archivo especial» que conserva la trazabilidad de las alertas enviadas. ¡Imagina el potencial de esa información! ACPV ha solicitado que se proporcione información sobre quién diseñó y activó el mensaje de alerta, así como el momento exacto en que se tomó cada decisión. Pero, a veces da la impresión de que el «quién» y «cuándo» se esfuman en la nebulosa burocrática.

Podríamos pensar que en una situación de emergencia, la comunicación entre las diferentes agencias es crucial. ¡Y lo es! Sin embargo, lo que tenemos aquí son piezas del rompecabezas que faltan. ACPV ha pedido también las comunicaciones escritas y registros de audio y video de las decisiones durante la emergencia, que podrían ofrecer un análisis profundo sobre lo que salió mal. ¿Parecería razonable pedir eso? Por supuesto que lo es.

Otra pregunta es, si todo esto es necesario, ¿quiénes son las personas que están detrás de las decisiones cruciales? Aquí hemos tenido testimonios como el de Jorge Suárez, el subdirector de Emergencias, que mencionó que había «avisos preocupantes» en tiempo real sobre el desbordamiento de varios ríos. ¿Por qué no se tomó acción más rápidamente? Estas son las preguntas que todo ciudadano debería hacerse.

Reflexionando sobre la respuesta a la crisis

Las acusaciones no solo provienen de ACPV. Este fenómeno ha atraído la atención de otros sindicatos y grupos como el CGT, que también ha solicitado audios de las 19.821 llamadas recibidas por el servicio 112, que parecen atestiguar cómo se vivió la crisis. Las personas al otro lado de la línea, aquellos que atendieron las llamadas, ¿tuvieron la capacitación necesaria para manejar situaciones de tal magnitud? ¿Se encontraba este servicio a la altura del desafío?

Y mientras tanto, el tiempo sigue corriendo. La magistrada se encuentra abrumada por un aluvión de peticiones de diligencias. Podemos, otro grupo involucrado, también ha hecho solicitudes pertinentes. ¿Estamos ante un caso de ineficiencia administrativa, o simplemente falta de recursos?

El papel crucial de las comunicaciones en emergencias

Hablemos por un momento de las comunicaciones. No hay duda de que tener un sistema robusto de alerta es crucial en situaciones de emergencia. Pero la cuestión más profunda radica en la coordinación. Cuando hablamos de emergencias, no se trata solo de reaccionar: se necesita un enfoque multifacético que involucre a todas las entidades posibles. Sin embargo, como hemos visto, existen lagunas que han salido a la luz. Los reportes de emergencias que se han hecho públicas parecen una colección de dados perdidos en un juego de mesa.

La tecnología debería facilitar esta comunicación, no complicarla. Pero, ¿qué pasa cuando el sistema tiene fallas? Las familias sufren. Recuerden, las decisiones tomadas en momentos críticos pueden tener consecuencias profundas en las vidas de muchas personas. En situaciones de emergencia, las expectativas son altas, y los ciudadanos esperan respuestas rápidas y dosificadas.

¿Qué podemos aprender de la DANA y de este fiasco?

La DANA ha dejado muchas preguntas sin responder. Las críticas a la respuesta del gobierno no solo se centran en la falta de acción, sino también en la transparencia y la rendición de cuentas. Imagínate que un amigo prometió ayudarte a mudarte y jamás se presentó. La decepción sería palpable, ¿verdad? Bien, ahora imagina que ese amigo también era alguien en quien confiabas para cuidarte en una crisis. Esa es la sensación que tienen muchos ciudadanos en Valencia.

Además, el hecho de que este tipo de incidentes sigue repitiéndose nos lleva a cuestionar la eficacia de las políticas de emergencia actuales. ¿Qué medidas se tomarán para garantizar que esto no vuelva a suceder? Sería maravilloso vivir en un mundo donde las catástrofes son manejadas a la perfección, pero lamentablemente, la realidad es más compleja.

La importancia de la empatía en la crisis

Y no solo se trata de la gestión, sino también de la empatía. Durante situaciones de crisis, los líderes deben ser capaces de (por así decirlo) ponerse en los zapatos de quienes están sufriendo. Según los informes, las decisiones que se tomaron no estuvieron en línea con las urgencias de las personas atrapadas en ese día fatídico. Para muchos, la empatía es tan importante como las decisiones técnicas.

En una sociedad en la que la rapidez y la eficacia son premisas fundamentales, es importante recordar que detrás de cada llamada al 112 hay una historia, una vida. La falta de respuesta ante estas historias puede resultar catastrófica. Y es que, en cada decisión, está en juego la vida de personas que solo buscaban ayuda.

Conclusión: transformando la tragedia en lecciones

Así que aquí estamos, mirando hacia adelante, después de una noche que dejó cicatrices en Valencia. Las críticas al manejo de la DANA nos deberían dar una clave: en tiempos de crisis, no podemos permitirnos errores. La transparencia, la eficacia y la empatía deben ir siempre de la mano. Queda un camino largo por recorrer para mejorar la forma en que las autoridades gestionan emergencias. Y algo bueno tiene que surgir de toda esta confusión: la oportunidad de aprender.

Así que, ¿cómo nos aseguramos de que esto no vuelva a suceder? La respuesta es simple: haciendo preguntas difíciles, exigiendo rendición de cuentas y, sobre todo, buscando soluciones que estén más allá de una caja de administración gubernamental. Porque al final del día, todos queremos vivir en un lugar seguro donde nuestras voces sean escuchadas, especialmente en los momentos más oscuros. ¿No creen que merecemos eso?