La crianza de los hijos es un tema que ha existido desde que existe la humanidad. Sin embargo, en la actualidad se presenta como un reto que, para muchos, parece más complicado que descifrar un jeroglífico. Esto lo sabe bien Manuel Pedreira, un fiscal de menores de 53 años nacido en Vitoria, quien ha decidido alzar la voz y hacer una autocrítica sobre la falta de preparación de las familias en la sociedad contemporánea. Pero, ¿realmente estamos perdidos en el camino de la crianza? ¡Acompáñame en esta reflexión mientras exploramos los desafíos que enfrentan las familias hoy en día!

La autocrítica de un experto

Sabes, hay algo que me llama la atención cuando escucho a expertos en diferentes campos hacer una autocrítica. ¿No les parece que, en cierto modo, este acto es un rasgo de grandeza? Este es el caso de Pedreira, quien, a pesar de su trayectoria y su posición, no hesita en señalar las deficiencias de las estructuras familiares actuales. Como padre, no puedo más que asentir, recordando mis propios deslices como papá.

¿Dónde comienza el problema?

Si yo te preguntara, «¿cuál crees que es el mayor desafío que enfrentan los padres hoy en día?», probablemente recibiría un abanico de respuestas, desde el manejo del tiempo hasta las influencias de la tecnología. Pero, insisto, como Pedreira señala, la falta de preparación es una clave que desvela muchas puertas.

En una charla reciente, Pedreira reflexionó sobre su propia experiencia mientras cría a su hija. No es ajeno a los dilemas que enfrentan los padres: los deberes escolares, las redes sociales, el abuso de la tecnología… Todo esto puede ser abrumador. ¿Recuerdas la última vez que te sentaste con tu hijo solo para disfrutar de un rato a solas, sin pantallas de por medio? Si eres como muchos, probablemente te has perdido en el torbellino de la vida moderna.

Las redes sociales: una espada de doble filo

Hablemos de las redes sociales. Oh, esos pequeños trozos de tecnología que pueden ofrecer tanto pero que, a menudo, dejan más preguntas que respuestas. Pedreira menciona que, si no tenemos cuidado, estas plataformas pueden convertirse en un terreno fértil para la negatividad. No sé ustedes, pero a veces me siento como si estuviera navegando en un campo de minas.

El efecto de la comparación

¿Alguna vez has hecho scroll infatigable en Instagram y has sentido que tu vida es un desastre comparada con la de esos influencers que, supuestamente, tienen todo bajo control? Manuel Pedreira enfatiza que este tipo de comparaciones pueden afectar tanto a los padres como a los hijos. Tiene sentido, ¿verdad? La presión por encajar puede ser abrumadora.

Recuerdo que un día, tratando de ser un «padre pro», compré una serie de juegos educativos para mi hijo después de ver un video glorificando a unos padres que lo hacían. La célebre frase «¡Mis hijos están creados por geniuses!» me inundó de inseguridades. Terminamos con un montón de juegos que él ni siquiera miró. Pero, ¿dónde quedó la diversión en la creación de recuerdos juntos?

Lo que necesitamos: Educación y empatía

Manuel Pedreira también señala algo esencial: necesitamos educación y empatía. Vivimos en un mundo donde la información está a un clic de distancia, pero ello no significa que sepamos cómo aplicarla en la vida diaria.

Talleres de crianza

Imagina un mundo donde, en vez de cuestionar nuestros métodos de crianza, pudiéramos asistir a talleres, no solo sobre cómo cambiar pañales (que, seamos honestos, es un arte en sí mismo) sino también sobre cómo comunicar mejor con nuestros hijos, sobre cómo entender su mundo. Pedreira menciona la importancia de estas herramientas, y tiene razón. Sería una gran inversión en el futuro.

La comunicación abierta

Una de las conclusiones de Pedreira es la necesidad de fomentar la comunicación abierta en el hogar. No sé ustedes, pero a veces siento que mi hijo me confiesa más a través de sus dibujos que durante nuestras charlas. Pero eso también nos dice algo: tenemos que crear espacios donde se sienta seguro para abrirse y expresar sus sentimientos, incluso si eso significa escuchar «No me gusta esta comida» más veces de las que puedo contar.

Crítica a la sociedad moderna

La crítica de Pedreira hacia la falta de preparación en las familias también se extiende a las exigencias que la sociedad del siglo XXI impone sobre los padres. La multitarea es el nuevo mantra, y ustedes saben de lo que hablo. Estamos criados para hacer todo a la vez, desde trabajar hasta llevar a los niños a sus actividades extracurriculares, mientras nos aseguramos de que el almuerzo esté a la hora.

¿Y el tiempo para nosotros? ¿Ese mágico momento de paz? ¿Se ha esfumado en el aire? En realidad, es crucial recordar que, como padres, también tenemos necesidades y merecemos un respiro. A veces siento que una tarde con un buen libro y un café se ha convertido en un lujo. Y me pregunto, ¿acaso mi hijo no merece un padre completo y feliz?

La falta de apoyo comunitario

La ausencia de una red de apoyo comunitario es otra cuestión crítica. Muchas veces, cuando un padre quiere ayuda, puede sentir que debe hacerlo todo solo. Pedreira hace un llamado a la importancia de construir comunidades más unidas, donde los padres puedan intercambiar experiencias y apoyarse mutuamente. Recuerdo un episodio en el parque, donde una mamá y yo intercambiamos tips sobre estrategias para lidiar con los temibles berrinches. Al final del día, una simple charla nos ayudó a desahogarnos.

Hacia un cambio positivo

¿Qué se puede hacer entonces para cambiar se va todo en una espiral descendente? Manuel Pedreira sugiere que es posible lograr un cambio positivo si tomamos conciencia de nuestra propia educación como padres. Esto incluye estar dispuestos a aprender y reconocer que no todo se sabe.

No hay libro de instrucciones que venga con esos pañales, ¿verdad? La crianza es un proceso de prueba y error, y ese es, quizás, uno de los mayores regalos que podemos dar a nuestras próximas generaciones: un modelo de vida basado en la resiliencia y la honestidad.

Promoviendo empatía y respeto

La empatía y el respeto deben ser nuestras herramientas más poderosas. Piensa en eso la próxima vez que tu hijo se enfrente a un problema. Puede que para ti sea insignificante, pero para ellos puede ser una montaña rusa. Se trata de ayudarles a navegar eso, y también de recordar que tú fuiste un niño alguna vez, con tus propios desafíos que parecían insuperables.

Reflexiones finales y un llamado a la acción

Hoy, más que nunca, necesitamos conversaciones como las de Manuel Pedreira. Reconocer la falta de preparación de las familias en el mundo actual debe servir como un catalizador para generar cambios. A veces, solo necesitamos una voz que nos recuerde que no estamos solos en esta travesía.

Así que, querido lector, la próxima vez que te sientas abrumado, recuerda que estar involucrado es lo único que realmente importa. No necesitas ser perfecto; solo necesitas estar presente. ¿Y quién sabe? Quizás un día tu hijo diga: «Mamá, papá, gracias por todo lo que hiciste» y ahí sabrás que, aunque haya habido deslices, el amor y la dedicación fueron siempre lo más importante. ¡Adelante, quedémonos en esta aventura de la paternidad juntos!