¡Hola, querido lector! ¿Alguna vez te has detenido a pensar en cómo ha cambiado la televisión a lo largo de los años? Si eres como yo, probablemente hayas pasado horas pasando de un canal a otro, buscando la programación que no solo entretenga, sino que también resuene contigo como espectador. Tal vez incluso te enfrentas a la eterna pregunta: “¿Soy un espectador pasivo o estoy contribuyendo a los problemas que veo en la pantalla?”. No te preocupes; hoy vamos a desmenuzar el fascinante y a veces irritante viaje de las mujeres en la televisión española, ¡así que prepara tus palomitas!
Un giro inesperado: Lalachus en las campanadas de TVE
Recientemente, la humorista Lalachus fue elegida como la presentadora de las campanadas de TVE. Y como era de esperar, ¡la reacción en las redes sociales fue explosiva! Algunos la elogiaron, mientras que otros no dudaron en lanzar críticas mordaces a causa de su físico. Es sorprendente cómo la apariencia sigue siendo el eje central, incluso en tiempos en los que se promueve la diversidad y aceptamos cuerpos no normativos como parte de la normalidad. Y tú, querido lector, ¿te has sentido alguna vez juzgado por tu apariencia? Me siento identificado, a ocasiones parece que la valoración del individuo se reduce a un simple «me gusta» o «no me gusta».
Lalachus, con su estilo único, representa una nueva era en la televisión. ¿Acaso no es refrescante ver una figura pública que no encaja en el molde tradicional? Sin embargo, esto plantea una pregunta intrigante: ¿por qué seguimos atrapados en la idea de que la belleza y el éxito están intrínsecamente relacionados?
La eterna rivalidad: Lalachus contra Cristina Pedroche
Pongámonos en contexto. Al mismo tiempo, Cristina Pedroche también ha sido renovada como presentadora de las campanadas, pero su elección es un eco de la televisión más tradicional, donde el foco en la belleza femenina ha sido más marcado. Pedroche, siempre a la altura de las críticas, también se enfrenta a un torrente de comentarios sobre lo que “debería” llevar. Es curioso, ¿no? Aunque ambas sean presentadoras, sus trayectorias representan dos visiones distintas. Una es una figura de la corriente convencional y la otra, de un formato más «out of the box», por decirlo de alguna manera.
Entonces, me pregunto: ¿será que en este juego de las campanadas también se juega una lucha de identidades femeninas?
Un documental que invita a la reflexión
Lo que en realidad despierta nuestro interés es el documental “¿Yo fui mujer florero?”, producido por Producciones del Barrio, que explora el papel de la mujer en la televisión española de los años 80 y 90. Dirigido por Rafa de los Arcos y Meritxell Aranda, este documental presenta un fascinante recorrido a través de la historia de programas que hicieron época, mientras examina las dinámicas de poder que perpetúan los estereotipos de género.
Puedo imaginarme a muchas mujeres de hoy sintiéndose frustradas al verse reflejadas en esa televisión antigua, donde los papeles estaban tan fragmentados. El documental incluye testimonios de figuras emblemáticas como Rosa María Calaf y Elena Neira, quienes examinan no solo su propia experiencia, sino cómo ha evolucionado el panorama.
La televisión como espejo de la sociedad
Como bien dice Meritxell Aranda, “la televisión sigue siendo el reflejo de la sociedad en la que estamos”. Al igual que el arte, la televisión tiene el poder de mostrar lo mejor y lo peor de nosotros. Al observar la televisión de otras épocas, ¿no sientes nostalgia por aquellas tardes de verano frente a la pantalla? Pero al mismo tiempo, ¿no te da un poco de reparo ver cómo se trataba a las mujeres en esos programas?
Loreto Valverde, otra de las protagonistas del documental, rememora su experiencia y defiende la importancia de dar voz a las mujeres que fueron claves en su época. ¿Es posible que el diálogo que fomentan en su documental no sea más que un primer paso hacia un cambio más amplio en la narrativa audiovisual?
Un análisis crítico: el papel de la mujer en los años 90
Uno de los puntos más escalofriantes del documental es la forma en que los programas más populares de ese entonces estaban impregnados del machismo. ¿Recuerdas El precio justo? Mientras que Joaquín Prat irradiaba autoridad, las mujeres a su alrededor se reducían a meras ornamentas o “azafatas”. Sabemos que, a menudo, la televisión ha sido un espejo distorsionado de la realidad, presentado un mundo donde el cuerpo femenino se utilizó simplemente como un gancho publicitario.
Valverde se cuestiona: “¿Por qué nunca había hombres en pantalones cortos y escotados?”. Oye, quizás no era tan mala idea… ¡Un poco de igualdad nunca viene mal! Pero en un momento dado, los instintos de audiencia parecían dictar el guion. “¡Claro que es un peaje que debíamos pagar si queríamos estar en la pantalla!”, dice en tono reflexivo, haciendo eco de muchas de nuestras experiencias laborales donde a veces el estilo supera al contenido.
Las figuras directivas: hombres tras las cortinas
Algo fundamental en este análisis es el papel de los directivos en la industria. La mayoría de los que movían los hilos eran hombres, lo cual, no es sorpresa, se tradujo en decisiones visiblemente sesgadas. Como lo señala el documental, “los altos directivos decidían que el cuerpo de la mujer les daba audiencia”. Aunque suene extremadamente injusto, es un recordatorio de cómo la percepción de la basura de la audiencia a medida que avanza el tiempo, muchas veces se basa en normas dañinas.
Loreto Valverde recuerda a Lola Barranco, una de las pocas mujeres en puestos directivos en los años 90, quien sufrió esa lucha en primera persona. ¿Te imaginas lo que tuvo que atravesar para llegar allí? Aunque es un avance, es imprescindible considerar que los cambios no significan que no haya más desafíos por delante.
Un cambio silencioso
La televisión siempre ha sido un lugar de constantes cambios, y los años 90 no fueron la excepción. En esas décadas, pasamos de la euforia y la purpurina a un dramatismo que a menudo parecía desbordante. “El declive de la televisión de entretenimiento fue abrupto”, explica Valverde, refiriéndose a cómo el público cambió su apetito por lo que consumía en pantalla.
Recientemente, hemos visto una “limpieza” en Mediaset, donde programas como Sálvame fueron radicalmente eliminados del aire. Valverde dice que hoy en día están haciendo pequeños cambios, pero el daño ya está hecho. Pero, ¿es esto realmente un cambio significativo? Muchos pueden argumentar que no ha habido una evolución real y que, en términos generales, estamos volviendo a las viejas costumbres. ¡El ciclo vicioso de la televisión nunca cesa!
La dualidad de ser mujer en la televisión
En medio de esta reflexión, hay una pregunta que surge en capítulos diferentes de nuestra vida: ¿soy una mujer florero o una mujer empoderada? Loreto Valverde interpela constantemente sobre su papel. Las mujeres que aparecen en televisión siempre tienen que lidiar con esta noción de ser vistas a través del prisma de la belleza o el atractivo. De alguna manera, eso puede llevar a la confusión sobre lo que realmente significa ser vista.
Pedroche y Lalachus son ejemplos de cómo la misma pregunta resuena en diferentes temperaturas en la esfera pública. ¿Qué define el empoderamiento si todavía luchamos con ser vistas como más que solo un rostro bonito? Valverde se pregunta: “Si una mujer se presenta con un escote, ¿es simplemente porque es bonita, o también porque le gusta y se siente poderosa en su piel?”
Mirando hacia el futuro: ¿hemos avanzado realmente?
La pregunta que tenemos que proponernos en este punto es: ¿hemos avanzado realmente en la representación de las mujeres en la televisión? Te invito a que pienses en tus programas favoritos actuales. ¿Son más inclusivos? ¿Vemos más variedad en los cuerpos, las historias, los triunfos y las luchas de las mujeres en la pantalla? Sobre todo, pregúntate si ellos están reflejando la sociedad en la que vivimos.
El documental “¿Yo fui mujer florero?” es un llamado de atención, un recordatorio de que, aunque hemos recorrido un largo camino, todavía hay mucho por hacer. Como espectador, estás en el asiento del conductor. ¿Realmente estás contribuyendo a que ese programa que te gusta sea el tipo de representación que deseas ver en la pantalla?
Al final del día, somos todos parte de la misma historia. Ya sea a través de las risas provocadas por Lalachus o los impactantes looks de Cristina Pedroche, cada una lo hace a su manera. La clave es recordar que lo que vemos en la televisión debe reflejar lo que somos en la vida real: diversos, ricos en experiencias y siempre en busca de un espacio donde todos seamos los protagonistas de nuestra propia historia.
¡Así que la próxima vez que te sientas frustrado con lo que ves en la televisión, recuerda que siempre hay espacio para el cambio, y tú, querido lector, tienes el poder en tus manos! 🕺📺