La DANA, o Depresión Aislada en Niveles Altos, es un fenómeno meteorológico que puede provocar lluvias torrenciales y devastadoras inundaciones. Sin embargo, lo que ha sido aún más alarmante que el desastre natural mismo, son las revelaciones sobre la gestión de la emergencia por parte del Gobierno valenciano. Ahora, Podemos ha dado un paso contundente al registrar una denuncia por la supuesta ineficacia en la respuesta a esta catástrofe. Pero, ¿qué sabemos realmente detrás de este complejo entramado de responsabilidades y errores? A lo largo de este artículo, exploraremos la gestión de la DANA y los efectos que ha tenido en la comunidad valenciana.

La denuncia de Podemos: un llamado a la justicia

Tú, como yo, probablemente estuviste pegado a las noticias mientras el agua inundaba las calles. Te puedo decir que la sensación de impotencia que sentí ese día fue abrumadora. Ver a vecinos luchando contra las corrientes, personas rescatadas de los techos de sus casas… Es una imagen difícil de borrar. ¿Cómo pudo ocurrir algo así en pleno siglo XXI? La respuesta parece estar entrelazada con los errores de nuestras instituciones.

Podemos ha decidido alzar la voz. Según María Teresa Pérez, coportavoz de Podemos y líder de la formación en el País Valenciano, la gestión del presidente Carlos Mazón durante la DANA fue una serie de desatinos que, en su opinión, causaron un «daño irreparable». Pero, ¿de qué se trata esta denuncia?

La formación morada ha presentado su queja ante el juzgado de instrucción de València y ha solicitado su personación como acusación popular. Esto no es un juego. Según ellos, hay indicios de presuntos delitos relacionados con el «incorrecto funcionamiento de las instituciones públicas». Esta es la primera vez que vemos a un partido político dar este paso tan formal en un tema tan sensible.

El papel del presidente Carlos Mazón

Es innegable que la figura de Carlos Mazón se ha convertido en el punto focal de esta situación. Podemos le culpa directamente, señalando que la incorrecta gestión de la emergencia ha desembocado en al menos 223 muertes atribuibles a su «inacción». Wow, no igualar a un presidente con la vida de tantas personas es grave. Pero, ¿es realmente justo centrar toda la atención en una sola persona?

Un análisis más profundo revela que la situación era compleja y multifacética. La DANA trajo consigo factores meteorológicos imprevistos, pero, la pregunta sigue flotando en el aire: ¿podría Mazón haber hecho más? La denuncia también toma en cuenta la tardía activación del sistema de alertas como Es-Alert, que llegó a los dispositivos móviles cuando muchos ya estaban sometidos a las inclemencias del tiempo.

Los errores en la gestión de emergencia

El equipo jurídico de Podemos estableció una lista de 20 errores atribuidos a la administración de Mazón. Algunas de estas decisiones, o la falta de ellas, podrían haberse considerado menores en tiempos normales; pero en la cara de un desastre natural, pueden tener consecuencias trágicas. ¿Te imaginas recibir un mensaje de alerta cuando ya estás siendo arrastrado por una corriente? Lo siento, pero eso no sirve de mucho.

Estas fallas incluyen:

  1. Retraso en la declaración de la emergencia: La Generalitat Valenciana no dio el primer aviso de emergencia hasta horas más tarde que la llegada real del fenómeno.

  2. Mala gestión de los avisos: A pesar de que ya habían advertencias de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la población no recibió aviso adecuado para tomar medidas preventivas.

  3. Falta de coordinación institucional: Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar hasta la dirección de Protección Civil, todos parecen haber fallado en su responsabilidad.

  4. Interpretación errónea de datos meteorológicos: La incapacidad de actuar rápidamente sobre el análisis de la situación ha traído consecuencias fatales.

¿Pero quién será el responsable último de todo este crisol de errores? ¿La política ciega? ¿Los sistemas que no funcionan como se espera? En esta historia hay que sopesar muchas variables.

El agua y la urbanización: un matrimonio desastroso

Uno de los puntos más destacados en la denuncia es cómo la urbanización descontrolada ha exacerbado el impacto de la DANA. En un mundo donde la premisa “hay que construir, construir y construir” parece ser la norma, nos olvidamos del sentido común. ¿Quién necesita un río cuando se puede construir una urbanización de lujo, verdad?

La impermeabilización del suelo es otro factor crítico. Las áreas que antes absorbían agua ahora se han convertido en una «trampa» que agrava la situación durante fenómenos como la DANA. Los ciudadanos han quedado atrapados en su propia falta de planificación y visión a largo plazo.

¿Quién es realmente el responsable?

La exconsellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, también se ve mencionada en la denuncia. Según el informe, ella tenía el deber de ejercer el mando único de la emergencia, pero su papel no se concretó sobre el papel. La danza entre el poder político y la burocracia está muy bien orquestada, pero las notas de la música a veces se desafinan.

Mazón ha asumido el mando en los días siguientes a la catástrofe, pero esto no se traduce en una responsabilidad legal. Como resultado, Pradas podría ser considerada la principal responsable. Pero, ¿es esto justo? ¿Deben los errores estructurales del sistema recaer sobre una sola persona? Lo que está claro es que el caos no es solo el resultado de errores individuales.

La mirada sobre el futuro

Como ciudadanos, ahora más que nunca, debemos ser parte activa en la exigencia de equipos de gestión de emergencias competentes. Las emociones están a flor de piel, y es fácil caer en la tentación de buscar culpables. Pero la historia nos ha enseñado que el aprendizaje de una crisis es fundamental.

Es fundamental que se revisen los protocolos de emergencia y que todas las instituciones asuman su papel. Una región resiliente no solo es aquella que tiene sistemas de alerta; también es aquella que se preocupa por tener infraestructuras adecuadas y un plan de acción claro ante emergencias.

La importancia del aprendizaje social

Hablemos de algo más positivo. Cada desastre trae consigo la lección escondida detrás del dolor. La cohesión social que nace de una catástrofe puede ser devastadora en el momento, pero también puede servir como un catalizador para el cambio.

Los ciudadanos, unidos en el dolor, han alzado su voz. Las comunidades se están formando, las ayudas están llegando y la idea de trabajar juntos se fortalece. Quiero decir, si algo ha hecho esta DANA, es hacernos recordar que todos compartimos un mismo hogar, un mismo destino.

La fiscalía ahora tiene la difícil tarea de evaluar las denuncias y determinar si se trata de un caso de mala gestión o de impericia. Pero, mientras tanto, como ciudadanos nos queda un rol proactivo. No sólo debemos exigir resultados; también debemos educarnos sobre nuestra infraestructura para que, en el futuro, estemos mejor preparados.

Conclusión: ¿qué podemos hacer?

Al final del día, todo gira en torno a la existencia de elecciones. Elegimos a nuestros representantes, elegimos a qué empresas confiar nuestra seguridad y elegimos cómo prepararnos para eventos inesperados. Esta DANA es un recordatorio de esos equilibrios frágiles que a menudo se rompen en tiempo de crisis.

Así que, ¿cuál será el siguiente paso? La respuesta no es solo denunciar, sino formar una sociedad resiliente que se prepare y sepa actuar ante la adversidad. En nuestra búsqueda de respuestas, no solo se trata de buscar a culpables, sino también de construir un futuro más seguro para todos. Porque al final, la gestión de emergencias es un compromiso compartido y universal, y ser ciudadanos activos nunca ha sido tan urgente.

¿Qué opinas de todo esto? ¿Estamos realmente preparados para enfrentar la próxima DANA? La pelota está en nuestro tejado, y es momento de tomar acción ahora.