Cuando escuchamos hablar de Pekín, quizás la primera imagen que nos viene a la mente es la Ciudad Prohibida o la Gran Muralla. Sin embargo, hay un aspecto político que se lleva a cabo en esta metrópoli que podría rivalizar con cualquier película de espionaje: las dos sesiones. Este evento anual, que se asemeja a un gran teatro político, es el escenario donde se representan los dramas y los entrometidos cargamentos del poder chino. Así que pongámonos cómodos y adentrémonos en el fascinante –y a menudo desconcertante– mundo de la política china.
El contexto de las dos sesiones: ¿Qué estamos celebrando?
Las «dos sesiones» (o lianghui) son un par de reuniones que hacen que el Gran Palacio del Pueblo se llene de nerviosismo y atención, como si fuera el estreno de una película taquillera. En estas reuniones, los líderes del Partido Comunista Chino (PCCh) presentan las políticas más relevantes del año. Con alrededor de 3.000 delegados, que van desde agricultores hasta intelectuales, se lleva a cabo un show que es más político que democrático.
Se podría pensar que sería un foro abierto, lleno de debates apasionados y propuestas innovadoras. Sin embargo, la realidad es que muchos de estos representantes han sido elegidos a través de asambleas locales para validar las decisiones previamente dictadas por los altos mandos del partido. Como quien asiste a una cena familiar en la que ya se ha decidido el menú, la sorpresa no es una opción aquí.
Un vistazo a la estructura de poder
Pero ¿quiénes son realmente los que están en el centro del escenario? Para ello, debemos conocer el organismo que rige todo: el Comité Central del PCCh. Este grupo selecto está compuesto por 364 miembros, y, en la cúspide de este sistema, se encuentran los 24 miembros del Politburó. Más allá de eso, solo hay siete dirigentes en el Comité Permanente, donde el presidente Xi Jinping toma las riendas.
En relación a este evidente acaparamiento de poder, quizás te estés preguntando: “¿Es esto realmente democracia?” Bueno, la buena noticia es que, al menos se mantiene un semblante de ello, aunque más parezca un reality show que una asamblea soberana.
La política económica: ¿reacciones ante el terremoto Trump?
En medio de este crisol de debates y decisiones, el giro geopolítico del expresidente Donald Trump –un hombre que parece tener el poder de provocar terremotos en la política internacional sin siquiera moverse de su sofá– ha marcado una pauta en la agenda de los líderes chinos. Los organizadores de las dos sesiones ya llevan un tiempo afilando sus armas contra la incertidumbre global. Según fuentes tuvimos la ocasión de leer, China busca aprovechar la “oportunidad” que la fragmentación de las relaciones internacionales por el enfoque aislacionista de Trump trae consigo.
Imagínate que estás en una competencia en un parque de atracciones y, de repente, el carrusel comienza a girar más rápido. Eso es lo que parecen estar sintiendo los líderes chinos mientras observan cómo se mueve la política global.
Xi Jinping y la Iniciativa de Seguridad Global
Las ambiciones de Xi Jinping son claras: posicionar a China como una potencia que puede liderar un nuevo orden mundial alternativo al de Estados Unidos. Para ello, ha lanzado un plan conocido como la Iniciativa de Seguridad Global (GSI), que está siendo bien recibida en el escenario internacional, a pesar de la intensa competencia por el protagonismo.
A medida que las tensiones crecen, el editorial de Global Times, un diario estatal chino, vaticina que las dos sesiones aportarán no solo estabilidad dentro de China, sino también al mundo. Por supuesto, uno se pregunta: “¿Es realmente posible resolver todas las preocupaciones globales en medio de una reunión de una semana en Pekín?” Y aquí es donde entra la delicada cuerda floja de las relaciones internacionales.
La relación con Rusia: el amigo inseparable
También es imposible pasar por alto la conexión entre Pekín y Moscú. En tiempos donde las noticias parecen llegar a nosotros como un torrente ininterrumpido, la asociación entre Xi Jinping y Vladimir Putin está destinada a ser uno de los temas más comentados. Según los altos funcionarios chinos, cualquier intento de Washington por separar a ambos líderes está destinado al fracaso.
Esto me lleva a recordar un viejo dicho, “Los enemigos de mis amigos son mis enemigos”, y parece que esta es la mentalidad que predomina aquí. Con cada maniobra militar conjunta y cada charla amistosa, el gigante ruso y asiático demuestran que están alineados no solo ideológicamente, sino también en la práctica.
La militarización y el crecimiento del gasto: ¿una nueva carrera armamentista?
Uno de los anuncios más esperados de esta edición de las dos sesiones es el aumento del gasto militar, que el primer ministro Li Qiang probablemente revelará. En un mundo donde el armamento y las maniobras militares son pan de cada día, esto no es solo una simple hoja de trabajo, sino una declaración de intenciones. Mientras el ejército chino intensifica sus patrullas cerca de Taiwán y realiza maniobras con la armada rusa, se están sentando las bases para una nueva carrera militar. ¿Están preparando los platos para una mesa que se servirá con un conflicto?
El mundo a través de lentes chinas
Mientras el resto de nosotros observa con incredulidad cómo se desarrolla el drama de la política mundial, la perspectiva china viéndolo podría ser aún más intrigante. En una era en la que Trump está intentando hacer las paces con Rusia, Hu Xijin, un comentario prominente de los medios chinos, describe esta situación como una oportunidad dorada para que China expanda su influencia.
Los titanes de la política, tanto en Pekín como en el resto del mundo, parecen estar tomando decisiones en un juego de ajedrez estratégico. En este tablero, cada movimiento es crucial, y el objetivo no es simplemente ganar una partida, sino reconfigurar el mapa de poder global.
Conclusión: un espectáculo de política en el siglo XXI
Al finalizar nuestras reflexiones sobre las dos sesiones, queda clara una cosa: Pekín sigue siendo un escenario donde el poder, la política y la narrativa global se entrelazan de formas sorprendentes. Aunque siempre hay algo de humor en la absurdidad de la situación –quién no se ha sentido impotente en un sistema en el que las decisiones se toman lejos de aquellos a quienes afectan–, es vital recordar que el impacto de estas políticas tiene repercusiones que trascienden fronteras.
Así que la próxima vez que escuches sobre las dos sesiones, recuerda que no solo están en juego las decisiones económicas de China, sino que todo puede estar vinculado a un drama político más amplio, con un verdadero potencial para influir en el futuro del orden mundial.
¿Y quién sabe? Tal vez en futuras ediciones de este evento veamos a los líderes chocar en debates más vívidos, o quizás, en su mayor parte, solo mantendrán un diálogo amable mientras preparan su estrategia para dominar el tablero global. Después de todo, como se suele decir, ¡el show debe continuar!