La DANA, o Depresión Aislada en Niveles Altos, no es solo una curiosidad meteorológica, sino un fenómeno que ha dejado huella y exigido respuestas tras su devastador paso por Valencia. Han pasado tres meses desde aquel fatídico 29 de octubre —un día que muchos en Valencia nunca olvidarán—, y parece que las réplicas de lo ocurrido siguen resonando en los pasillos del poder. En esta entrada, exploraremos las implicaciones políticas, la actual comisión de investigación y ese eterno protagonista que parece estar en la sombra: el cambio climático. Así que, ¿estás listo para sumergirte en este torbellino de responsabilidades y debates? ¡Vamos allá!

La tragedia de octubre: un recuerdo que no se borra

Recuerdo claramente dónde estaba cuando escuché las noticias de la DANA que azotó Valencia: en casa, con una taza de café y una montaña de tareas acumuladas que parecía más una novela de misterio que una lista de pendientes. Todo lo que sabía de meteorología hasta entonces incluía «hay que llevar paraguas cuando llueve». Menuda lección me dieron aquellos días.

La tormenta desatada dejó como resultado 224 víctimas, un número que no solo refleja estadísticas, sino historias personales, vidas interrumpidas y familias que se vieron sumidas en la tragedia. ¿Quién puede olvidar la angustia de aquel momento, donde el cielo parecía abrirse en una demostración de fuerza implacable?

La necesidad de respuestas es apremiante. Por eso, a finales de enero se formó la comisión de investigación en las Corts Valencianes. Pero, como todo en la política, esto no viene sin su propia dosis de drama. La presidencia fue otorgada a Míriam Turiel de Vox, generando un revuelo que sugiere que las maniobras políticas van mucho más allá de la simple búsqueda de la verdad.

La política en juego: ¿un juego de culpas?

A medida que se desarrolla la comisión, surgen preguntas sobre el papel del Partido Popular (PP) en este juego político. ¿Por qué cedieron la presidencia a Vox, un partido que ha mostrado actitudes contradictorias en cuanto al cambio climático? Según fuentes consultadas, esta decisión busca “demostrar neutralidad”, pero lo cierto es que los movimientos políticos parecen tener otros objetivos ocultos.

Es curioso, ¿no? Cuando la tragedia llama a la puerta, parece que los políticos se transforman en maestros del disfraz. Lo que parece un gesto de neutralidad es un juego de poder en el que las vidas perdidas se convierten en votos.

El PP, por su parte, ha expresado que desea llamar a «todo el mundo» a comparecer y que la culpa de lo ocurrido debería ser deslizada, como la piel de un plátano, hacia las administraciones superiores. En este sentido, comenzamos a ver cómo los políticos intentan dividir la responsabilidad entre los niveles estatal y autonómico. Pero, ¿es justo?

Vox y la lluvia: ¿negar el cambio climático?

Los representantes de Vox han dejado claro que planean solicitar la comparecencia de figuras clave, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o la exministra Teresa Ribera. Personalmente, no puedo evitar sonreír (aunque de forma amarga) ante la ironía de que un partido que ha minimizado el cambio climático esté ahora tan ansioso por discutir su impacto durante una crisis climática. ¿Acaso hay poca coherencia en esta actitud?

Es como si un chef invitara a sus críticos a una comida exquisita después de haber quemado la última cena. Hablando de eso, si alguna vez has intentado cocinar en un día de lluvia… sí, habrás visto que el agua no perdona.

¿La burocracia se convierte en un monstruo?

Un punto clave de la crítica hacia el Gobierno del Botánico ha sido la inacción en la ejecución de las obras de encauzamiento del barranco del Poyo. De acuerdo con los datos, hubo un retraso significativo en el proceso debido a un tema burocrático con el Gobierno de Mariano Rajoy. No solo el tiempo, sino la vida de personas quedaba en la cuerda floja mientras los procedimientos se arrastraban como caracoles en un día de lluvia.

¿Es la burocracia la verdadera culpable? Hay quienes creen que sí. Sin embargo, con la pérdida de vidas, ¿no deberíamos mirar más allá de los responsables técnicos y cuestionar al sistema en su totalidad? A fin de cuentas, ¿no somos todos un poco responsables?

La escurridiza verdad detrás de la Comisión

Una de las grandes interrogantes que muchos se hacen es si los miembros del Gobierno realmente comparecerán ante la comisión. Algunos de ellos no están obligados legalmente a hacerlo. Es como si jugaran al escondite en un patio de colegio, exceptuando que, en este juego, las vidas están en juego.

El PSPV y Compromís, los partidos en la oposición al PP, están trabajando para que se realicen estas comparecencias y tienen la intención de hacer hincapié en la gestión de la emergencia. Después de todo, la historia se cuenta de formas diferentes dependiendo de quién la narre, ¿verdad?

Un dato a recordar

Según un análisis del mismo Ramiro Martínez Costa, uno de los redactores del proyecto de encauzamiento, las obras podrían haber reducido un 30% los daños materiales. Sin embargo, cuando de vidas se trata, sabemos que la mejor obra es la que previene las tragedias. A menudo subestimamos el poder de la prevención, y esto es algo que debemos recordar.

La importancia de hacer memoria

Visitas al pasado casi siempre traen consigo una lección oculta. En este caso, los recuerdos no son solo la base de un futuro mejor, sino de una exigencia al poder: que se preste atención a las advertencias de quienes realmente entienden el cambio climático.

La gerente de Emergencias de la Comunidad Valenciana, Susana Camarero, y otros consellers están llamados a comparecer. Todos los ojos están puestos sobre ellos, esperando respuestas concretas sobre cómo se gestionaron las emergencias que llevaron a la pérdida de vidas.

Personalmente, creo que, ante situaciones delicadas, elegir la actitud de vigilantes en lugar de víctimas podría ayudarnos a avanzar. La pregunta es: ¿qué tipo de vigilancia necesitamos?

Reflexiones finales

La DANA no es solo un evento meteorológico aislado; es un símbolo de lucha política, de falta de respuesta y de la necesidad de cambios urgentes en torno a la gestión de emergencias y crisis climáticas. A medida que los eco-políticos continúan su danza, la gente sigue esperando respuestas.

Quizás la verdadera pregunta que deberíamos hacernos es qué tipo de legado queremos dejar para las próximas generaciones. Si continuamos tratando el cambio climático como una anécdota y no como el imparable tren que realmente es, podría ser que estamos pendiendo de un hilo.

Así que, estimados lectores, mientras seguimos echando una mirada crítica y analítica a lo que está sucediendo en nuestra política local, recordemos que, en última instancia, la naturaleza no hace distinciones entre partidos. ¿Estaremos a la altura de la situación?

En los próximos meses seguiremos viendo cómo se desarrolla la historia, como si fuéramos espectadores de un thriller político. Pero no olvidemos que, tras cada cifra y cada política, hay vidas impactadas que merecen responsabilidad y, sobre todo, justicia. ¿Te unes al llamado por un cambio real?