Viajar en avión es una experiencia emocionante, pero para muchos, también puede ser un poco desconcertante. Si alguna vez has volado, quizás te hayas preguntado: ¿por qué las luces del avión se apagan justo antes de despegar y aterrizar? Si bien parece un pequeño detalle que pasa desapercibido entre el emocionado zumbido de la aeronave, hay una razón muy importante detrás de esta práctica. Vamos a desglosarlo en este artículo, mezclando un poco de anécdotas personales y humor para que la lectura sea más amena. ¡Abróchate el cinturón!
Entendiendo el mundo de la aviación: más allá de lo superficial
Primero, permíteme hacerte una pregunta: ¿alguna vez te has sentido como un pez fuera del agua en el aeropuerto? Entre las terminales bulliciosas, las largas colas y los controles de seguridad, muchos de nosotros nos sentimos como si estuvieran en un capítulo de “Perdidos en el aeropuerto”. Aunque hoy en día parece que volar es tan común como ir al supermercado, la aviación es un mundo complejo lleno de protocolos de seguridad que, a menudo, pasan desapercibidos para el viajero promedio.
Recuerdo mi primer vuelo solo, cuando era adolescente. Después de un atareado proceso de embarque, el avión finalmente se preparaba para despegar. Recuerdo que se apagaron las luces y, por un momento, pensé que había un problema eléctrico. Ese pequeño parpadeo de incertidumbre se disipó al escuchar al piloto anunciando la razón: seguridad.
La razón detrás de la oscuridad: un impulso evolutivo
Ahora, centrémonos en el porqué de las luces apagadas en esos momentos críticos: el despegue y el aterrizaje. Quizás pienses que esto es una simple cuestión de estética, pero la verdad es que hay un enfoque científico detrás de esta práctica. ¿Sabías que el ojo humano tiene la increíble capacidad de adaptarse a la oscuridad? Sin embargo, este proceso puede tardar tiempo, específicamente alrededor de 25 minutos, como señala la empresa óptica ZEISS.
Imagina estar en un avión que enfrenta un incidente. Si las luces están encendidas, tu visión se verá afectada al momento de que todo se oscurezca repentinamente. Por tanto, al apagar las luces antes de despegar y aterrizar, se facilita que tu ojo se adapte a la oscuridad y te permita ubicar rápidamente las salidas de emergencia. En situaciones críticas, cada segundo cuenta.
Los momentos más peligrosos del vuelo: estadísticas que dan miedo
La Organización de Aviación Civil Internacional ha enumerado el despegue y el aterrizaje como los momentos más propensos a incidentes, lo que significa que hay más riesgos en estos períodos. Aproximadamente el 80% de los accidentes de aviación ocurren durante estas fases del vuelo. Entonces, ¿por qué no tomar precauciones adicionales?
La historia me lleva a recordar un vuelo lleno de turbulencias en el que pensé que estaba en una montaña rusa. Con las luces apagadas y el avión temblando, me sentí como si estuviera en una película de terror, pero al mismo tiempo comprendí que era la preparación para cualquier eventualidad. ¿Cuántos de nosotros no hemos soñado con tener superpoderes como para ver en la oscuridad? Desearía que así fuera en momentos como esos.
Además de la seguridad: el reflejo en las ventanillas
Pero eso no es todo. Hay otra razón para la oscuridad. Apagar las luces también ayuda a evitar que la luz se refleje en las ventanillas, lo que puede dificultar la visibilidad de cualquier situación de emergencia externa, como un incendio o una falla del motor. Imagina… estás a punto de aterrizar y, de repente, algo inusual ocurre fuera del avión. Si las luces están encendidas, la visibilidad se altera y puede retrasar la respuesta de la tripulación. Por lo tanto, al mantener las luces apagadas, se asegura que todos estén alerta y enfocados en lo que está sucediendo fuera del avión.
Esto me recuerda un vuelo en el que, tras el apagado de luces, un compañero de asiento susurró: “¿Y si vemos a un extraterrestre?” La verdad es que, a veces, nuestras mentes pueden divagar en los momentos menos esperados, y quién puede culparnos: la imaginación es parte del viaje.
Volar para recordar: una mirada a los beneficios de viajar
La famosa psicóloga Marian Rojas, defensora del bienestar emocional, ha afirmado que viajar genera recuerdos. Ya sea que busques la adrenalina de la aventura o simplemente desees relajarte en una playa, cada experiencia en un avión complementa nuestra vida de maneras significativas. El componente emocional en el viaje es clave, así que si alguna vez sientes nervios en el aire, intenta concentrarte en los recuerdos que estás creando, no en el aterrizaje.
El viaje en avión no solo conecta lugares, sino también corazones y emociones. Recuerdo un vuelo en el que conocí a una pareja de ancianos que volaban a una reunión familiar. Con cada risa y pequeña historia, se convirtió en un viaje inolvidable. ¿Qué estaría pensando si las luces no se hubieran apagado? Tal vez hubiera perdido esas interacciones tan significativas.
Consejos para sobrevivir la experiencia de volar
Si bien ya hemos discutido la razón detrás de las luces apagadas, aquí hay algunos consejos útiles para hacer que tu experiencia de vuelo sea más placentera:
Prepárate mentalmente
Recuerda que los vuelos están diseñados para ser seguros. Prepararte mentalmente puede hacer maravillas para tu ola de ansiedad. Sigue respirando profundamente y recuerda que todos estamos en esto juntos.
Lleva tus entretenimientos
Da prioridad a tus dispositivos. Descarga películas, podcasts, o libros para que el tiempo pase volando. A veces es mejor distraerse, especialmente en vuelos largos. ¿Alguna vez has terminado enganchado con una serie en medio de un vuelo? A mí me ha pasado.
Disfruta de la vista
No subestimes la belleza de ver las nubes desde un avión. Las vistas son impresionantes, y puede ofrecerte una nueva perspectiva sobre el mundo. ¿Cuándo fue la última vez que facultaste tu espíritu aventurero?
Reflexiones finales: iluminando el futuro de la aviación
Con todo esto en mente, espero que la próxima vez que te enfrentes a la oscuridad del avión durante el despegue o el aterrizaje, comprendas que es parte de un protocolo de seguridad esencial. Estas pequeñas prácticas son las que hacen que volar sea cada vez más seguro y, recordemos, cada vez que apagues las luces, estás a un paso más de convertirte en un experto en aviación.
En un mundo que a veces parece desmoronarse, volar puede ofrecerte ese respiro, esa aventura. La próxima vez que subas a un avión, piensa en las luces apagadas como un pequeño recordatorio de cuán lejos hemos llegado en el ámbito de la seguridad aérea. Tal vez quisieras compartir esta información con tu compañero de asiento. Nunca se sabe, podrías desencadenar una conversación interesante… o simplemente hacer que se pregunte por qué hablaste tanto de luces.
Así que ahora que conoces la verdad, ¡prepárate para tu próximo vuelo! La aventura te espera, incluso si eso significa pasar un rato en la oscuridad. ¡Feliz viaje! ✈️