En un giro inesperado de los acontecimientos culturales, el mundo del entretenimiento drag ha visto cómo el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tomado la batuta y ha decidido prohibir los espectáculos de drag queens dirigidos a un público infantil. La noticia, no solo ha removido las aguas del espectáculo, sino que también ha suscitado un torrente de reacciones desde todos los rincones de la sociedad. Así que, saca tus palomitas, porque hoy vamos a descomplicar este asunto.

La polémica decisión de Trump y sus repercusiones

Todo comenzó cuando Trump, en una jugada que muchos califican de arriesgada, se nombró a sí mismo presidente del Kennedy Center para las Artes Escénicas. A partir de ahí, anunció su intención de prohibir las presentaciones de drag queens para jóvenes, algo que desató una oleada de críticas. ¿Por qué? Porque el drag, aunque tiene sus raíces en el entretenimiento para adultos, se ha diversificado. Además, hay que reconocer que muchos drag queens son magníficos artistas que se adaptan a diferentes audiencias.

Pongámonos en contexto: La actriz española Sonia Ferrer fue una de las voces que aplaudió esta decisión, afirmando en su cuenta de X (sí, la antigua Twitter) que «no es un espectáculo para niños». A ver, Sonia, tenemos que hablar. Pero antes de entrar en detalles, déjame contarte una anécdota. Recuerdo la primera vez que vi un espectáculo drag. Estaba en un bar con mis amigos y, aunque entré con ciertos prejuicios, salí maravillado. Aquella noche, entendí que el drag es una forma de expresión artística que puede ser tanto dramática como humorística, y, sobre todo, inclusiva. Pero, ¿acaso Sonia ha tenido una experiencia similar?

La defensa del drag: Voz de las travestis

Muchos artistas drag han alzado la voz en contra de la decisión de Trump, entre ellos Pupi Poisson, quien apuntó que no todo espectáculo drag es «sexual o malsonante». Esto nos lleva a la pregunta: ¿tienen los artistas drag la capacidad de adaptar su contenido? ¡Por supuesto! Una drag sabe entretener a un público infantil, y Pupi lo ejemplifica a la perfección. Los drag queens pueden interpretar cuentos de hadas, hacer reír a los niños y ofrecer un espacio seguro para la creatividad. “Podemos hacer la voz del lobo y de Caperucita, no dejamos de ser actores”, decía Pupi. ¿No suena eso como una gran función familiar?

Y aquí es donde entran en juego las nociones erróneas: la gente tiende a asociar drag con sexualidad, pero eso no hace justicia a la forma de arte. Hay una clara diferencia entre un espectáculo diseñado para adultos y una función orientada a niños. Por ejemplo, en el cine o en la literatura, hay contenido adecuado para cada público, y el drag no es la excepción. Entonces, ¿por qué subestimar su potencial para los más jóvenes?

J.K. Rowling y la controversia

Si pensabas que esto ya estaba lo suficientemente enredado, esperen a escuchar lo que J.K. Rowling, la autora detrás de Harry Potter, tiene que decir. Aplaudió la decisión de Trump de prohibir a las mujeres trans. Lo que esto demuestra, más allá de la controversia, es que las figuras públicas tienen un impacto real en la sociedad. Pero, ¿debemos dar más peso a lo que dice una persona famosa que a lo que opinan los profesionales del drag? Reflexionen por un momento.

Son muchas las voces de la comunidad LGBTQ+ que han respondido a Rowling. La drag queen Samantha Ballentines, con casi 20 años de trayectoria, explicó con firmeza que en sus espectáculos, donde ha actuado para todos los públicos, «nadie se ha escandalizado». Y tiene un punto: ¿por qué los adultos asumen que los niños no pueden manejar la diversidad y el arte en su presentación?

Es esencial recordar que, como en cualquier otra forma de arte, el drag tiene su lugar en el mundo y, sorprendentemente, también en el corazón de muchos niños. Encerrarlos en burbujas de ignorancia no es una opción viable.

Prejuicios y malentendidos

El tema de la prohibición fue atacado con fervor por artistas como Estrella Xtravaganza. Pidió a Ferrer que se informara antes de hablar, una sugerencia que podría aplicar a muchas personas que tienen opiniones preconcebidas sobre la comunidad LGBTQ+. ¿Por qué es tan común que las personas critiquen sin entender realmente de qué están hablando? Quizás porque, a veces, es más fácil sacar conclusiones rápidas que abrirse a la posibilidad de un mundo diferente.

Pero, dejando de lado las críticas hacia las personas que se manifiestan en contra, es importante recordar que el debate debe centrarse en el respeto y la comprensión. La libertad de expresión artística es un derecho que debemos defender, incluso cuando no comprendemos completamente un arte en particular.

Landing the conclusion

En lo que respecta a la medida de Trump y las opiniones de Ferrer, es evidente que las narrativas pueden ser complicadas. Como sociedad, debemos permitir que nuestras experiencias en el arte sean diversas y accesibles. Los espectáculos drag no son inherentemente peligrosos ni dañinos para los niños; pueden ser realmente divertidos y educativos.

Permítanme preguntarles: ¿no les parece que sería más constructivo permitir que los niños se expongan a diferentes formas de arte en lugar de censurarlas? Al final del día, no estamos hablando de la actuación de un grupo de comediantes deslenguados. Hablamos de creatividad, inclusión y la celebración de la diversidad en todas sus formas.

Así que, si te encuentras en medio de esta discusión, pregunta, informa y, sobre todo, escucha. Puede que descubras un mundo fascinante que antes no conocías. Porque en el fondo, todos somos un poco drag, ¿no? Abrámonos a la diversidad y disfrutemos de esta vibrante forma de arte en lugar de cerrarle la puerta. ¡Viva el drag!