La A-3, conocida como la autovía del Este, es mucho más que un simple camino que conecta Madrid con Valencia. Para muchos, representa la ruta hacia unas vacaciones soñadas, una escapada de fin de semana o un emocionante viaje por carretera. Pero, ¿quién no ha sentido alguna vez que esa travesía puede convertirse en un verdadero campo de batalla contra la velocidad? En este artículo, exploraremos los radares de velocidad más activos de esta autovía y lo que debes saber para evitar que tu viaje termine en una multa.

La A-3: un recorrido histórico y moderno

Cuando miro al pasado, me viene a la mente el primer viaje que hice a Valencia con amigos, lleno de risas, música y sobre todo, mucha ilusión. La A-3 ha evolucionado y se ha desdoblado de la antigua carretera nacional 3, facilitando el acceso entre estas dos importantes ciudades de España. Con unos 360 km de distancia que puedes recorrer en unas tres horas y media, es sin duda la opción rápida para quienes buscan ahorrar tiempo, aunque no sin sus respectivas complicaciones. ¿Quién se ha encontrado atrapado en un atasco en un día soleado? Ya saben, el eterno «parar y avanzar» que a veces parece una variante del conocido juego de mesa «El juego de la Oca».

Pero pasemos al grano, que la velocidad es un tema serio y con un toque de humor, podemos decir que no hay mejor manera de arruinar un viaje que recibiendo una carta en casa que dice “¡Sorpresa, has sido multado!” consecutivamente cada vez que pisaste el acelerador. Hablemos sobre esos radares que podrían acabar tus vacaciones antes de empezar.

Radares de velocidad en la A-3: ¡atención!

En 2023, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha colocado varios radares a lo largo de la A-3. ¿Adivina qué? Dos de ellos se han colado en la lista de los 50 más sancionadores del país! Si piensas que la mayoría de las fotos de los turistas son malas, intenta imaginarte la de tu coche que aparece en la carta de la DGT. Para evitar que esto te suceda, aquí tienes los detalles que necesitas:

1. Radar en el kilómetro 156,5

Ubicado en el Castillo de Garcimuñoz, este radar ha sancionado a un total de 19,355 vehículos en 2023. Esa cifra es casi como la cantidad de entrantes que se pueden servir en una boda española. Lo que realmente apremia aquí es que la velocidad está limitada a 120 km/h. ¡Así que si decides volar, asegúrate de que sea con tu coche de juguete en lugar de tu sedán!

2. Radar en el kilómetro 314,8

Cercano a Buñol, este radar es de tramo y lleva a cabo su control en dos kilómetros de autovía, donde la velocidad está limitada a 100 km/h. En el último año, denunció a 15,128 vehículos. Aquí la clave es recordar que las pendientes pueden parecer inofensivas, pero la combinación de velocidad y descensos puede ser desastrosa. Así que, amigo conductor, ¿por qué no pruebas con la técnica del «frenar suavemente en vez de espantar al freno»?

La normativa de los radares y su instalación

Para aquellos que no lo saben, los radares deben respetar ciertas normativas, como la UNE 1317. Esta norma establece que las cajas que contienen los cinemómetros fijos deben estar situadas al menos a 1,30 metros de las barreras de seguridad. Es bastante curioso que, a pesar de lo que dicen las normas, muchos radares instalados en nuestro país incumplen este requisito. ¡Así que cuidado! No quieras ser parte de la estadística.

Si alguna vez has asistido a una reunión familiar y tu pariente favorito ha hecho una broma sobre sus años de juventud, entonces entenderás la necesidad de las normativas. Es un poco como decir: «No, la historia no es real, pero me gusta pensar que sucedió». Las normativas son la historia detrás de la seguridad vial.

¿Y qué hay de los helicópteros de la DGT?

Los helicópteros de la DGT, aunque a menudo se les mira con un poco de desdén, son vigilantes nocturnos por excelencia. Sin embargo, ¿pueden multarte? La respuesta corta es no, aunque sí pueden observar las carreteras en horario nocturno. El radar portátil que llevan, llamado Pegasus, no está dotado de tecnología de infrarrojos para operar en la oscuridad, por lo que, en una noche neblinosa, puedes estar tranquilo… o más bien, igual de tranquilo que un pez en el agua.

No obstante, la combinación de mala visibilidad y un mal día solo puede terminar en nuevas sorpresas. Recuerdo una noche al volante bajo la lluvia donde me pregunté si algún elfo mágico me estaba vigilando. Piensa en ello la próxima vez que llegues a la A-3: ¿hay un helicóptero mirando? Spoiler: ¡pues no!

Reflexiones finales y consejos para evitar multas

Habiendo discutido radares, helicópteros y normativas, puedo asegurar que un viaje por la A-3 puede ser placentero. No obstante, siempre es bueno tener en mente algunos consejos:

  1. Mantén tu velocidad limitada: Es tentador, pero a veces lo mejor es simplemente disfrutar el viaje. Piensa en todas esas canciones que aún no has escuchado.

  2. Revisa tu coche antes de salir: No querrás quedarte varado en medio de la nada. Un buen amigo siempre me dice: “Más vale prevenir que lamentar”. Y tiene razón.

  3. Sé feliz y paciente: Puede que el tráfico sea denso, pero esa es la esencia de la aventura. Las mejores historias a menudo surgen de los inesperados retrasos.

  4. ¿Vas a llevar niños?: Asegúrate de que estén entretenidos con juegos o música. He encontrado que la ruta se vuelve mucho más interesante cuando uno está cantando sin preocupación.

  5. Disfruta el paisaje: A veces nos olvidamos de lo lindo que puede ser el paisaje por el que viajamos. No hay como perderse un poco y apreciar la belleza de la naturaleza.

Así que, cada vez que te encuentres en la A-3, recuerda que más allá del asfalto y los radares, hay una experiencia rica por vivir. Y si te topas con un radar, piensa que tal vez solo quiere capturar tu mejor ángulo… ¡y darte una anécdota para contar la próxima vez que estés con amigos!

Así que sonríe y sigue tu camino, pero no olvides que uno de los mejores estilos para disfrutar de un viaje en carretera es, paradójicamente, reducir la velocidad y disfrutar cada momento. ¡Buen viaje y mantente seguro!