En el mundo de los coleccionistas, muchas veces se habla de hallar tesoros ocultos; sin embargo, la historia del TSS Duke of Lancaster va más allá de lo convencional. Este viejo ferry, que pasó de ser un medio de transporte a una gigantesca cápsula del tiempo llena de máquinas arcade, podría muy bien haber protagonizado una película. Pero aquí estamos, listos para navegar por esta increíble travesía que combina la nostalgia, la aventura y la perseverancia.

El inicio de una aventura inesperada

Todo comenzó en 2009, cuando un grupo de exploradores urbanos decidió aventurarse en la visita de un buque varado en Llannerch-y-Mor, un pintoresco pueblito en la costa noroeste de Gales. Eran tiempos de exploración, de la necesidad de ver qué se esconde en lo olvidado, y el TSS Duke of Lancaster se presentaba como un atractivo irresistible para estos intrépidos visitantes.

Imagina la escena: un grupo de amigos riendo y bromeando mientras cruzan una vieja pasarela, armados con cámaras y un insaciable deseo de aventura. Con cada paso, el barco se adentra en lo desconocido y lo que encuentran allí es más que un simple pedazo de historia. ¿Quién no querría ser parte de esa expedición?

Sin embargo, lo que parecía ser una tarde de paseo se transformó en un verdadero descubrimiento para Oliver Moazzezi, un apasionado coleccionista de máquinas arcade. Aunque las fotos tomadas no eran perfectas, contenían en su interior un inmenso potencial. Fue gracias a su aguda observación que se dio cuenta de que ese viejo ferry albergaba un auténtico tesoro: más de 50 máquinas recreativas arcade.

La búsqueda traviesa de un tesoro arcade

A veces, los mejores tesoros son aquellos que requieren un gran esfuerzo para ser hallados. Así que Oliver, en un arrebato de pasión por las viejas glorias del videojuego, se lanzó a la misión más complicada de su vida: localizar a los propietarios de ese barco. ¿Te imaginas lo que es hacer llamadas por meses, como si fueses un detective de los años 80, tratando de desentrañar un misterio?

La perseverancia fue clave para Moazzezi. Después de ocho largos meses de seguimiento, por fin pudo dar con los dueños del TSS Duke of Lancaster. “Fue como intentar encontrar un unicornio en el bosque”, bromeaba Oliver en una entrevista. Al menos pudo confirmar que las máquinas arcade estaban a la venta. Así que, lleven su rugido a las provincias, que se hacía necesaria una expedición.

Un tesoro en peligro: el asalto del tiempo

Pero la felicidad no duró mucho. Tras regresar al buque, Oliver y su grupo se encontraron con un sombrío panorama: alguien había robado los marcos de las ventanas del barco, dejando las máquinas completamente expuestas a la lluvia y a los elementos de Gales. En un arranque de adrenalina, los coleccionistas tuvieron que apurarse para trasladar cada máquina a un lugar más seguro, como si fueran los protagonistasde una película de acción en un barco fantasma.

La pregunta es, ¿quién se atrevería a entrar en un viejo barco y arriesgarse a resfriarse, solo para salvar unas viejas máquinas? Parece un guion salido de Indiana Jones, pero así es la vida de un apasionado coleccionista. “Esa noche me sentí como un héroe de acción, pero sin el traje ajustado y la pistola”, recordó entre risas Moazzezi.

La carrera contrarreloj: ¡a recoger el tesoro!

Sin embargo, el verdadero desafío estaba por venir. Los dueños del barco impusieron un plazo de diez días para evacuar todas las máquinas antes de iniciar trabajos de mantenimiento en el ferry. Así que nuestros héroes tuvieron que armarse de valor, organizarse y coordinar sumas de dinero para alquilar grúas y vehículos.

Visualiza a un grupo diverso de personas: entusiastas, coleccionistas, amigos y hasta desconocidos, todos unidos por una causa común: rescatar el legado arcade de un pasado olvidado. Algunos serían tan grandes como una cámara de refrigeración y otros tan delicados como un caballero en una lucha épica. ¡El destino de los arcade dependía de ellos!

Un rescate legendario: las máquinas que regresaron a la vida

Finalmente, tras una épica aventura digna de un relato de los hermanos Grimm, el grupo logró salvar más de medio centenar de máquinas, entre las que se encontraban títulos icónicos como Space Invaders, Missile Command, y muchas más, que había crecido durante años utilizando el mismo puñado de monedas de cinco peniques.

Imagínate la alegría desbordante al ver esas preciosidades. Para cualquier amante de los videojuegos, es como encontrar un viejo diario en un ático polvoriento, repleto de memorias y aventuras. Recobrar esas máquinas fue como dar vida a personajes que habían estado dormidos durante demasiado tiempo.

El proceso de restauración no fue fácil, pero Moazzezi y su equipo le dieron un amorosa segunda oportunidad a cada máquina. Algunos juegos incluso habrían frito sus circuitos al ser revividos, pero eso no detendría a los coleccionistas dispuestos a hacer lo necesario para devolverles el brillo a estas reliquias del pasado.

¿Cómo llegó a ser un parque de juegos comunitario el TSS Duke of Lancaster?

Para entender cómo un ferrocarril se transformó en un parque de atracciones del siglo XXI, hay que retroceder un poco en el tiempo. El TSS Duke of Lancaster fue construido en los años 50, sirviendo como un ferry que navegaba entre Heysham y Belfast. Durante un tiempo, proporcionó una conexión vital entre esas dos localidades y fue amado por muchos.

Sin embargo, en 1979, el barco fue adquirido por un inversor que cambió su destino por completo, convirtiéndolo en el «Fun Ship» donde se celebraban festivales, fiestas y, por supuesto, juegos arcade. El buque se transformó en un lugar para divertirse. ¿Quién no querría jugar a los videojuegos mientras navegas por el mar?

Claro, como suele suceder con las historias, la vida del Fun Ship no duró para siempre. Debido a problemas legales, el barco cerró sus puertas, pero dejó sus tesoros escondidos para que los coleccionistas del mañana pudieran encontrarlos.

Un legado para los amantes de los videojuegos

Hoy, después de meses de esfuerzo y dedicación, las máquinas del TSS Duke of Lancaster no son solo objetos o artefactos en una colección. Se han convertido en una parte vital de la historia de los videojuegos, recordándonos cómo un simple barco puede albergar un legado tan sorprendente.

A veces, la vida es un juego de arcade. En medio de subidas y bajas, giros inesperados y muchas más máquinas para jugar, resulta fundamental recordar que el verdadero viaje está en las experiencias, en las amistades forjadas y en las historias contadas. ¿Quién puede olvidar la historia detrás del rescate de un viejo ferry que encontró un nuevo propósito?

Conclusiones y reflexión final

La historia del TSS Duke of Lancaster es un recordatorio poderoso de que los tesoros más grandes pueden encontrarse en los lugares más inesperados. Mientras reflexionamos sobre esta aventura única, uno no puede evitar preguntarse: ¿Cuál es tu propio TSS Duke of Lancaster? ¿Qué pasiones o sueños escondidoshas dejado pasar por alto mientras explorabas las aguas de la vida cotidiana?

Así que ahí lo tienes, una historia de amor, perseverancia y la magia de rescatar el pasado. En un mundo donde la nostalgia a menudo se siente como un lujo, nunca está demás recordar que aún hay tesoros allá afuera, esperando ser encontrados, restaurados y disfrutados por aquellos dispuestos a buscar. Nos vemos en la próxima aventura!