¿Alguna vez te has encontrado sentado en tu oficina, mirando el reloj y pensando: “¿Por qué estoy aquí?” Si es así, no estás solo. Dejar un trabajo que no te satisface es una decisión complicada y, a menudo, aterradora. La voz de la experiencia, en este caso, puede ser un salvavidas. En este artículo, te llevaré a través de las claves que necesitas considerar antes de tomar esa importante decisión, desde lo que dicen los expertos hasta anécdotas personales que quizás te resulten familiares.

Las cinco palabras clave para tu satisfacción laboral

George Sik, un psicólogo con amplia experiencia en psicometría laboral, señala que hay cinco palabras a las que deberías prestar atención. Sí, solo cinco. Ahora, no quiero que te emociones demasiado, pero esto suena casi tan fácil como elegir qué pizza ordenar un viernes por la noche. Para Sik, la happy hour de la vida laboral se da cuando tus valores personales están alineados con tus responsabilidades. ¿Cómo se hace eso? Necesitamos profundizar.

Haz el ejercicio: ¿Cuáles son tus cinco palabras?

Sik recomienda empezar por reflexionar sobre un trabajo en el que realmente te sentiste feliz. Piensa en esas cinco cosas que disfrutaste en ese puesto. Tal vez fue la creatividad, la libertad, la ética, o incluso el salario. Puede sonar sencillo, pero es como descubrir el aire fresco tras un largo día de trabajo. Una vez que identifiques esas palabras, compáralas con tu trabajo actual.

Aquí te dejo un ejemplo personal: cuando trabajaba en un empleo que aborrecía (sí, aborrecía —creo que se dice así cuando te sientes como un pez en una pecera pequeña), mis cinco palabras fueron autonomía, innovación, vida equilibrada, crecimiento y, ¡oh, sí!, compensación justa. Sin embargo, de esas cinco, solo una se cumplía: compensación justa. Así que, como una escena de película que se repite, vi que el colapso era inminente. ¡Es impresionante cómo ser honesto sobre lo que realmente quieres puede cambiar tu perspectiva!

Recuerda: tus valores importan

Ahora bien, si descubres que solo cumples con un par de esos valores, entonces es momento de que te empieces a preocuparte. No tienes que ser Freud para darte cuenta que la insatisfacción puede llevarte a la desesperación laboral. Hemos estado ahí, ¿verdad? Es como esa relación que sabes que no te va a llevar a ningún lado, pero sigues por el «¿y si…?». Recuerda, en la vida laboral, como en el amor, hay que saber cuándo dejar ir.

Identificando patrones en tu carrera

Siguiendo la línea de ese ejercicio, una voz interior puede incitarte a reflexionar. Pregúntate: “¿Qué aspectos de mi trabajo actual me resultan menos satisfactorios?” Te invito a hacer una lista detallada y evaluar si estás rehuyendo actividades que preferirías evitar. ¿Te dan ansiedad las reuniones interminables o prefieres trabajar de manera independiente? Los patrones son clave.

Aceptar lo malo: las palabras a evitar

George Sik menciona que si te ves utilizando palabras negativas sobre tu trabajo, como “aburrido”, “sin inspiración” o “agotador”, es hora de darle una salida a ese buque de carga que es tu insatisfacción laboral. Además, si sueles decirte frases como “al menos tengo un trabajo” o “puedo aguantar un poco más”, déjame decirte que esa no es la actitud ganadora que queremos abordar aquí. Te lo prometo: la vida es demasiado corta para aguantar un trabajo que no te llena.

¿Te suena familiar? A veces, el miedo a lo desconocido nos atrapa en un ciclo que parece interminable. La ansiedad de alejarse de esa zona de confort puede ser aterradora. Pero piensa en esto: ¿disfrutas cada día en tu trabajo? Respóndete de manera honesta. No quieres llegar al punto de insatisfacción total y darte cuenta de que has desperdiciado años de tu vida en algo que no valía la pena, ¿verdad? A nadie le gustaría hacer el malabarismo de la insatisfacción laboral a lo largo de toda su carrera.

El atractivo irresistible de Noruega: ¿trabajar en el extranjero?

Recientemente, he escuchado que Noruega está buscando a trabajadores españoles y que los salarios comienzan desde 3.400 euros al mes. ¿Interesante, verdad? Pues ahora te pregunto, ¿alguna vez has considerado la idea de trabajar en el extranjero? Tal vez esta sea la señal que necesitabas.

Requisitos y cómo postularse

Por supuesto, hay requisitos para trabajar en el extranjero (y si bien no estamos hablando de escribir un ensayo de 1500 palabras, necesitas estar preparado). Si sientes que tu vida profesional debería tomar un giro más fresco, considera dar el paso y explorar nuevas oportunidades. Esto no solo podría darle un respiro a tu vida laboral, sino que también te brindará la posibilidad de disfrutar de paisajes espectaculares y de una cultura rica. Aunque, entre nosotros, no hay que olvidar que los escandinavos son famosos por su amor a la organización y la eficiencia. Así que prepárate para un estilo de trabajo diferente.

Pregúntate: ¿realmente has intentado cambiar tu situación?

Puede ser que estés pensando en marcharte, pero antes de dar el salto, ¿has hecho el esfuerzo por cambiar la situación en tu trabajo actual? A veces, medir la insatisfacción puede guiarte a buscar soluciones. Habla con tus superiores, presenta ideas para hacer tu entorno más dinámico, busca maneras de convertirlo en un lugar más satisfactorio y menos monótono.

Además, no subestimes el papel de la empatía y la comunicación. A veces, un simple cambio en el enfoque o un buen diálogo puede transformar el ambiente laboral. Si tienes compañeros con los que te lleves bien, ¡compartir tus inquietudes también puede resultar liberador! Luego de todo, nadie tiene que luchar solo en la batalla gris de la rutinas laborales.

Conclusiones: es hora de la acción

Así que, para dar un paso hacia la libertad laboral —y personal—, recuerda lo siguiente:

  1. Identifica tus cinco palabras clave. Escribirlas puede proporcionar claridad en momentos de confusión.

  2. Revisa si esos valores se cumplen en tu trabajo actual. Si no es así, empieza a plantearte un cambio.

  3. No te aferres al miedo. La incertidumbre es parte de la vida, pero también lo es buscar la felicidad.

  4. Considera otras oportunidades, ya sea nacional o internacionalmente. Nunca se sabe cuándo puede aparecer una oferta irresistible.

  5. Toma acción. Ya sea hablando con tus superiores o considerando un nuevo empleo, el cambio comienza contigo.

Cuando miro hacia atrás en mi trayectoria laboral, me doy cuenta de que he tenido más éxitos por los riesgos que he dado que por las certezas que he elegido. Así que si sientes que es el momento de dejar ese trabajo que no amas, confía en tu instinto. Después de todo, recordar que la vida es demasiado breve para pasarla insatisfecho es una lección que vale la pena aprender. Entonces, dime, ¿qué harás hoy para acercarte a tu felicidad laboral?