El colesterol ha sido el «villano» en el cine de la salud desde hace años. Y es que, si has estado escuchando a los profesionales de la salud, sabes que tener niveles altos de colesterol en sangre puede llevarte a un «rugido» de advertencias sobre enfermedades cardiovasculares. Pero, ¿realmente es el colesterol el malo de la película, o hay más de lo que parece en este drama?
Recuerdo una cena familiar hace unos meses en la que mi tío Manuel, conocido por sus anécdotas exageradas y su afición a las frituras, comenzó a hablar sobre cómo había reducido su colesterol “casi a cero” eliminando todas las grasas de su dieta. Mientras yo intentaba tragar mi ensalada —despachada con un sinfín de consejos de salud y, por supuesto, un chorrito de aceite de oliva virgen— me dio la sensación de que algo no estaba bien en su enfoque. Resulta que, como muchas cosas en la vida, la realidad del colesterol es más sutil de lo que parece.
El colesterol y sus dos caras: LDL y HDL
Primero, hagamos un rápido repaso sobre el colesterol. Cuando hablamos de colesterol, generalmente nos referimos a dos tipos: el colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad), que no es el mejor amigo de tu corazón, y el colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad), que sí lo es. El LDL, al igual que un invitado no deseado que se cuela en tu fiesta, puede provocar problemas si se acumula en las arterias. Con el tiempo, este «intruso» puede contribuir a la aterosclerosis —esa condición que dicho en palabras simples, te pone un freno en las venas—.
Por otro lado, el HDL actúa como un héroe en esta historia, ayudando a eliminar el colesterol del torrente sanguíneo. Es como el amigo que siempre te saca a bailar cuando nadie más lo hace. Aumentar los niveles de HDL puede ser crucial para mantener nuestra salud cardiovascular.
¿Y qué pasa con la dieta?
Hasta ahora, bien. Pero, ¿qué papel juega la dieta en todo esto? Ah, aquí es donde las cosas se complican. Tradicionalmente, hemos escuchado que reducir la grasa es la clave para controlar el colesterol. Pero, ¡sorpresa! El médico y divulgador británico Tim Spector dice que eliminar por completo las grasas para reducir el colesterol es “una tontería”. ¡Y yo aquí, pensando que la vida sin queso sería posible!
Spector aclara que, en realidad, seguir una dieta rica en grasas saludables puede ayudar a mejorar nuestros niveles de colesterol. Mientras tanto, una dieta llena de carbohidratos, especialmente los ultraprocesados, puede ser la auténtica villana en esta historia. Así que, ¿deberíamos correr a abrazar el aguacate y el aceite de oliva como si fueran nuestros mejores amigos? Bueno, casi (pero sin exagerar, ¿eh?).
Los tipos de grasas que necesitas conocer
¡Hablemos de grasas! No todas las grasas son creadas iguales, y eso es un punto crucial que hay que entender. Puedes dividir las grasas en:
- Grasas saturadas: Estas son las que debes limitar. Se encuentran en productos como la mantequilla, la carne grasa y los productos lácteos enteros. Su consumo excesivo se relaciona con un aumento del colesterol LDL.
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Grasas insaturadas: Estas son las buenas. Se dividen en grasos monoinsaturados (como los que están en el aceite de oliva, los aguacates y las nueces) y poliinsaturados (presentes en pescados grasos, semillas y aceites vegetales).
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Grasas trans: Estas son las que quisieras evitar a toda costa, ya que aumentan el LDL y disminuyen el HDL. Están presentes en muchos productos ultraprocesados.
La dieta mediterránea como ejemplo
La dieta mediterránea ha llegado a ser reconocida no solo como un estilo de vida, sino como una defensa poderosa contra las enfermedades cardiovasculares. Un reciente estudio revela que seguir este tipo de dieta protege la materia blanca del cerebro. Y creo que todos estaríamos de acuerdo en que queremos que nuestras neuronas sigan functioning correctamente.
La dieta mediterránea no solo se basa en frutas y verduras, sino que también celebra el uso de grasas insaturadas como el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado, que son amigos del corazón, además de ser deliciosos. En lugar de contar calorías o eliminar grasas, se trata de disfrutar de los alimentos en su forma más natural. ¿Quién no querría un poco de eso en su vida diaria?
Estrategias para mejorar tu colesterol
Dicho esto, aquí hay algunas estrategias que puedes implementar para mejorar tus niveles de colesterol:
- Incorpora más grasas saludables: No le tengas miedo a introducir aguacates y frutos secos en tu dieta diaria. Recuerda, ¡te están haciendo un favor!
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Reduce los carbohidratos sencillos: Limita los azúcares y los carbohidratos ultraprocesados que pueden ser más dañinos para los niveles de LDL. Me atrevería a decir que tu estado de ánimo podría mejorar al salir de esa zona de azúcar.
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Aumenta la actividad física: El ejercicio no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también puede aumentar los niveles de HDL. Un paseo enérgico puede hacer maravillas. Y si te gusta bailar, ¡a mover esas caderas!
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Elige proteínas magras: Opta por pollo, pavo y pescados en lugar de las carnes rojas más grasas. ¡El salmón a la parrilla se va convirtiendo en un buen plato de amigos!
¿Por qué es tan complicado?
La verdad es que el mundo de la alimentación está lleno de contradicciones. Lo que ayer era una verdad absoluta hoy podría ser solo un mito urbano. Te lo digo porque a mí también me ha pasado. Recuerdo comprar “leche sin grasa” con orgullo, solo para descubrir que había sido un movimiento erróneo.
Y el debate en torno al colesterol es un buen ejemplo de esto. Cada vez que escucho sobre una nueva “dieta de moda” que promete bajar el colesterol de inmediato, me pregunto: ¿realmente funciona? A menudo, esta pregunta nos lleva a más preguntas. Pero aquí hay un par de cosas ciertas: la eliminación de grasas puede no ser la respuesta, y escuchar la voz de los expertos, como Spector, es un buen primer paso hacia el cambio.
Conclusión: el colesterol como parte de la vida
Así que sí, el colesterol no es simplemente un enemigo que debamos erradicar. Más bien, es una parte de nuestro cuerpo que requiere un poco de atención y equilibrio. Recuerda que no se trata de eliminar completamente las grasas de tu vida, sino de saber cuáles son las apropiadas y cómo incorporarlas en tu dieta.
Basta ya de pensar que estamos en un episodio de «Supervivientes» solo porque un médico ha mencionado la palabra “colesterol”. La vida es mucho más sabrosa con un poco de variedad, conocimiento y, por supuesto, ese toque de humor.
Hablemos sobre esto la próxima vez que nos veamos. Tal vez, mientras disfrutamos de un guacamole hecho en casa —con ese aceite de oliva extra virgen que parece un oro líquido, ¿verdad? Y, al final, recuerda que lo que importa es sentirte bien contigo mismo y con tu cuerpo. ¡Salud! 🍷
Espero que este artículo no solo te sirva de guía, sino que te haga sonreír y pensar en tu salud de una manera más positiva. ¿Cuál es tu alimento favorito que crees que se ajusta a esta nueva visión? Compártelo en los comentarios.