Cuando escuché por primera vez sobre las Engo 2, no pude evitar pensar en esas escenas de películas de ciencia ficción donde los protagonistas corren velozmente a través de paisajes urbanos mientras tienen datos flotando frente a sus ojos. Sin embargo, es momento de preguntarse: ¿son realmente estas gafas la revolución que los deportistas estaban esperando o son solo un juguete tecnológico para unos pocos privilegiados?
En este artículo, exploraremos todo lo que necesitas saber sobre las Engo 2, desde su sorprendente tecnología hasta sus limitaciones, pasando por experiencias personales y anécdotas que nos harán reflexionar sobre el futuro del deporte.
¿Qué son las Engo 2 y de dónde vienen?
Las Engo 2 son gafas deportivas equipadas con una tecnología que sorprendentemente se deriva de aplicaciones militares. ¿Te has parado a pensar cómo una industria enfocada en la guerra puede dar lugar a productos que usaremos en nuestras actividades diarias? Esta fascinante conexión proviene de MicroOLED, un líder en micropantallas OLED que ha tenido históricamente un papel crucial en la provisión de sistemas de visualización para ejércitos de países occidentales.
La premisa aquí es emocionante: estas gafas utilizan un microproyector OLED que proyecta datos en nuestro campo de visión, eliminando la necesidad de mirar el reloj o el dispositivo durante nuestras sesiones de entrenamiento. Imagina correr bajo el sol abrasador, monitorizando tu ritmo y distancia, en lugar de perder tiempo viendo la pantalla de tu móvil. ¡Parece sacado de una película, no?
Unboxing y configuración: ¿dificultades en el paraíso?
Recibí mi conjunto de Engo 2 y, como buen amante de la tecnología, el unboxing me hizo sentir como un niño en Navidad. Viene en un estuche rígido que, honestamente, podría utilizarse como refugio en caso de una invasión zombi. Incluye un cable de carga magnético (porque, seamos realistas, ¿quién no tiene ya una colección de esos?). Pero aquí es donde las cosas se complican: la configuración inicial requiere más paciencia de la que uno podría esperar, lo cual me llevó a una pequeña batalla interna entre la emoción y la frustración.
El proceso incluye descargar la app ActiveLook, vincular las gafas por Bluetooth y, lo más complicado, ajustar la posición de la pantalla virtual. Debo confesar que la primera vez salí a correr con las gafas como quien sale de casa después de haber tenido una pelea con el enemigo. Resulta que no ajusté bien la pantalla, y terminé haciendo más ejercicios de cuello que de piernas, intentando encontrar el ángulo perfecto. ¿Te imaginas la cara de los paseantes al verme?
La experiencia visual: un deleite para los ojos
Lo que sigue es una experiencia visual que cambiará la manera en que ves el deporte. La pantalla virtual aparece en un brillante rectángulo amarillo-anaranjado en tu campo de visión derecho y, sorprendentemente, es visible en cualquier condición de luz, desde noches estrelladas hasta días nublados en Valencia. A veces me sentía como un personaje de una película de espías, siguiendo mis métricas con esta proyección frente a mí.
Para los más curiosos, puedes configurar varias métricas al mismo tiempo, como tiempo total de actividad, distancia recorrida, ritmo actual y medio, e incluso la frecuencia cardíaca. ¿No suena increíble? Pero, ¿no crees que también puede ser un poco… excesivo? Hacer todo esto mientras corres puede ser abrumador. A menudo, optaba por fijarme en un par de métricas, para no desviar mi atención del camino (y evitar tropezar con el arbusto más cercano).
¿El dilema fotocromático?
Probé la versión fotocromática de las Engo 2, que se oscurece automáticamente ante la luz. Suena ideal, ¿verdad? Pero aquí viene el problema: cuando las lentes están claras, el módulo tecnológico es más evidente de lo que desearías. La primera vez que me vi en el espejo con esas gafas, pensé que podría estar abriendo un nuevo camino como influencer de tecnologías raras. Quizás no era tan cool después de todo.
En una tirada larga de 31 kilómetros, el clima nublado decidió jugar en mi contra y, aunque los cristales se oscurecieron, el proceso es gradual y en ocasiones me sentí un poco como una tortuga a la que le han dejado un casco pesado. Así que, si eres de los que corren en climas apagados, esta versión puede hacer maravillas por ti.
Uso diario y rendimiento: ¡muchas promesas, pero…
La batería promete 12 horas de funcionamiento, lo cual es admirable, y en mis semanas de uso esporádico acumulando ganando prestigio, puedo decir que apenas requirió recargas. Sin embargo, aquí es donde entramos en el territorio de las promesas no cumplidas. Me detería a pensar que esta experiencia sería como correr con relojes inteligentes de última generación, pero la app ActiveLook dejó un poco que desear.
Al usar la aplicación, me di cuenta de que carece de métricas sofisticadas que un corredor serio podría buscar. Es más adecuada para alguien que solo busca mantenerse en forma —lo que no está mal, pero no tenía sentido para mí, al menos no toda esa tecnología para información básica.
Control gestual: ¿un toque de magia?
Una de las características más impresionantes del dispositivo es el control gestual, que te permite cambiar entre las pantallas de datos. Los movimientos de la mano detectan cambios y, debo decir, funcionó mucho mejor de lo que esperaba. Pero aún así, decidí mantenerlo simple y hacerlo solo cuando realmente era necesario. Después de todo, también quiero seguir corriendo, ¿no? No se trata solo de impresionar a alguien en el parque.
Puntos fuertes y débiles: un vistazo honesto
Puntos fuertes:
- Visualización clara en cualquier condición de luz.
- Batería duradera que aguanta tiradas largas.
- Comodidad sorprendente para usar durante períodos prolongados.
- Buena integración con Strava y Apple Watch.
- Control gestual que funciona sorprendentemente bien.
Puntos débiles:
- La app ActiveLook puede ser un chasco.
- Sin soporte para entrenamientos estructurados.
- El módulo es muy visible en la versión fotocromática.
- Un precio elevado de 300-350€ que puede desanimar a algunos futuros compradores.
- Soporte limitado para dispositivos fuera de los grandes como Apple y Garmin.
Mirando al futuro: ¿una visión optimista?
Decir que las Engo 2 son un vistazo al futuro del running no es una exageración, pero también es necesario ser realista. Puede que estemos en un punto en que la tecnología aún deba desarrollarse. Imagino futuros modelos con pantallas más grandes, realidad aumentada, o incluso opciones para incorporar música también. Pero, y aquí viene la pregunta: ¿realmente necesitamos eso?
Por ahora, recomendaría las Engo 2 solo a los early adopters con un presupuesto generoso o a aquellos que ya tienen un Apple Watch y están obsesionados con Strava. Si no eres parte de este grupo, quizás sea prudente esperar a que el software madure y el diseño se vuelva más discreto.
Conclusión final: un producto fascinante, pero…
Las Engo 2 son un producto que, en esencia, resuelve un problema que no sabías que tenías. La experiencia de correr con datos en tu campo de visión puede ser revolucionaria, pero su precio elevado y las limitaciones del software dificultan recomendarlas al corredor promedio. La idea de eliminar la distracción de mirar el reloj es tentadora, pero puede que aún necesitemos que el futuro llegue con un poco más de madurez.
Así que, ¡déjame preguntarte! ¿Estás listo para dar el salto al futuro o prefieres correr a la antigua usanza? Sea cual sea tu elección, lo importante es disfrutar cada paso del camino. ¡Hasta la próxima carrera!