La historia de la violencia de género en España está llena de nombres, rostros y tragedias que, lamentablemente, parecen repetirse una y otra vez. Es una problemática social que, a pesar de los esfuerzos de visibilización y denuncia, sigue presente en nuestra sociedad. Este artículo profundiza en el caso de Estela B.S., una mujer de 36 años que fue víctima de un asesinato brutal a manos de su expareja, Humberto G.R., en Baiona, Pontevedra. Pero más allá de los datos y números, este artículo busca conectar con las emociones y reflexiones que surgen ante situaciones tan desgarradoras.

¿Qué pasó realmente en Baiona?

La madrugada del viernes pasado, en un tranquilo barrio de Baiona, un suceso trágico dejó a la comunidad en estado de shock. Estela B.S. fue hallada sin vida en la puerta de su casa, con signos evidentes de violencia. El presunto asesino, Humberto G.R., quien había mantenido una relación con ella, se convirtió de inmediato en el principal sospechoso. La policía había estado buscando incluso apoyo de las autoridades portuguesas para dar con su paradero tras su fuga de la escena del crimen.

¿Te has encontrado alguna vez en una discusión acalorada? Es un momento en el que a menudo se dicen cosas hirientes, pero, por alguna razón que se escapa de lo racional, es difícil imaginar que puedan terminar en un desenlace tan trágico. La pregunta que surge aquí es: ¿cómo permitimos que una simple discusión se convierta en un acto de tal violencia?

La dinámica de abuso en las relaciones

La autopsia de Estela reveló que los golpes en su cabeza fueron la causa de su muerte. Pero más allá de la tragedia, este caso nos hace reflexionar sobre las dinámicas de abuso que a menudo se dan en las relaciones. Estela, como tantas mujeres, ya había sido identificada en el sistema Viogén con un nivel de riesgo medio. Atender estas señales es crucial, pero, lamentablemente, la sociedad aún se encuentra en una lucha constante para deshacer la cultura de la normalización de la violencia de género.

La relación de Estela con Humberto no era solo complicada, era peligrosa. Según los informes, existía una orden de alejamiento contra él, que le prohibía acercarse a menos de 200 metros de su expareja. Uno se pregunta, ¿qué debería hacerse antes de que la situación alcance un punto de no retorno? La respuesta puede estar en la educación, la conciencia y en un sistema que no solo escuche, sino que actúe.

La reacción de la comunidad y el Estado

La detención de Humberto G.R. fue confirmada por la Guardia Civil en Belesar, Baiona. La noticia de su captura trajo un alivio a la comunidad, pero esa sensación fue rápidamente seguida por la tristeza de comprender que este tipo de crímenes son una realidad persistente. La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género confirmó que, en 2024, ya son 40 las mujeres que han perdido la vida debido a esta cruel realidad. Imagina el dolor de cada familia, la angustia que sienten los amigos y seres queridos de las víctimas.

¿Te has puesto a pensar cuántas vidas se interrumpen de esta manera? La pérdida de Estela no es solo una estadística más; es un recordatorio brutal de que el machismo y la violencia de género tienen un costo humano altísimo.

La importancia de la denuncia

Uno de los temas que surgen en la discusión sobre la violencia machista es la importancia de la denuncia. Estela tuvo recursos a su disposición: el teléfono 016 y otros servicios de atención a víctimas. Pero, ¿qué sucede cuando se siente que el sistema falla? Es vital que las mujeres sepan que no están solas y que cuentan con un respaldo institucional que no solo escuche, sino que actúe de manera efectiva.

Personalmente, recuerdo una vez en la que una amiga mía, valiente y decidida, decidió dar un paso adelante y romper el silencio de su relación tóxica. A pesar de las dudas y el miedo, logró salir adelante con el apoyo de su entorno. Pero la realidad no siempre es tan sencilla. Hay muchas Estelas que no encuentran esa fuerza hasta que es demasiado tarde.

¿Por qué sigue ocurriendo esta violencia?

En un mundo donde la información está al alcance de un clic, es incomprensible que la violencia de género siga presente. ¿Qué nos detiene como sociedad para detener esta espiral de violencia? La falta de educación y sensibilización es un punto clave. La cultura del silencio y el miedo tiene que ser desmontada desde las primeras etapas de la vida. Necesitamos educar a nuestros hijos e hijas sobre la importancia del respeto mutuo y la solución pacífica de los conflictos.

Este tema me hace recordar comedias que en su intención de ser humorísticas, terminan trivializando situaciones serias. Muchos de nosotros hemos visto esas series de televisión donde el humor barato juega con la violencia en las relaciones. Es hora de que esa narrativa cambie, que el arte represente la gravedad de lo que ocurre en la vida real y que, tal vez, a través de la risa, podamos encontrar una forma de sanar y educar.

Alternativas y recursos para las víctimas

El gobierno español ofrece diversos recursos para las víctimas de violencia machista. El teléfono 016, que brinda atención las 24 horas, es uno de los más conocidos. Pero no es el único; se ofrecen servicios en múltiples idiomas y se ha establecido un correo electrónico y atención por WhatsApp. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿cuántas mujeres conocen estos recursos y cuántas realmente se sienten con la confianza de usarlos?

Las cifras hablan de 1.284 víctimas desde 2003, desde que comenzaron los registros de muertes por violencia de género. Cada número representa una vida interrumpida, un futuro desvanecido. Es fundamental que se realicen campañas de concienciación y que se rompan los tabúes en torno a la denuncia. Solo así podremos empezar a cambiar la narrativa.

La comunidad como refugio

La comunidad también juega un papel crucial en la prevención de la violencia machista. Es aquí donde la empatía y el apoyo mutuo se vuelven esenciales. En la historia de Estela, el papel de sus amigos, familiares y vecinos puede ser un refugio o una trampa. Se trata de construir espacios donde las mujeres puedan sentirse seguras y empoderadas para hablar y denunciar.

¿Tienes algún amigo o amiga que se encuentra en una relación tóxica? A veces, un simple gesto de atención puede hacer una gran diferencia. Hacer preguntas, escuchar y ofrecer apoyo sin juzgar puede ser un primer paso para ayudar a alguien que esté enfrentando una situación de abuso.

La responsabilidad de todos

Finalmente, este caso de Estela B.S. es un llamado a la acción. No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que otros se hagan cargo. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de educar, de comunicar y de actuar en pro de una sociedad más justa.

¿Te imaginas un mundo sin violencia de género? Suena utópico, pero no es imposible. La educación y el diálogo son herramientas poderosas en la lucha contra la violencia. La historia de Estela es una tragedia, pero también puede ser un faro de alerta para que cambiemos nuestra forma de actuar.

Es hora de que la violencia machista deje de ser un tema tabú y se convierta en una prioridad en nuestra sociedad. La lucha contra la violencia de género necesita tanto tu voz como tus acciones.

En conclusión, la historia de Estela es un recordatorio de que debemos trabajar juntos para erradicar la violencia de género. No solo en las estadísticas, sino en la vida real. Por cada mujer que ya no está, hay un espacio que debemos llenar de lucha, de voz y de cambio. Y tú, ¿qué estás dispuesto a hacer para que la historia de Estela no se repita?

Recursos útiles

Si tú o alguien que conoces está enfrentando violencia machista, aquí hay algunos recursos útiles:

  • Teléfono 016: Apoyo las 24 horas.
  • email: [email protected]
  • WhatsApp: 600 000 016
  • Fundación ANAR: 900 202 010

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