La historia está llena de acontecimientos que marcan el curso de las sociedades, y uno de esos hitos en España fue la redacción de su Constitución en 1978. Este documento no solo estableció las bases para una democracia moderna y plural, sino que también fue el resultado del arduo trabajo de un grupo diverso de personas, entre las que se encontraban 27 mujeres valientes que, a pesar de estar en un contexto de desigualdad, lograron pensarse y ser pensadas como agentes de cambio. Hoy, a más de cuatro décadas de su aprobación, es momento de darles el reconocimiento que merecen.

Un contexto histórico y emocionante

Imagina por un momento el ambiente que debía respirarse en aquellos días de finales de los 70. La dictadura franquista había terminado, y España estaba en un proceso de transformación que parecía prometedor. Pero, como un sueño que se siente demasiado bueno para ser realidad, la firmeza de una democracia estaba por ser puesta a prueba. Aquí es donde las madres de la Constitución entran en escena, y su papel ha sido, en muchas ocasiones, olvidado o minimizado en la narrativa histórica.

A veces, me sorprende la habilidad que tiene la historia para olvidar a aquellos que dan forma a nuestro presente, y esta es una de esas contradicciones. ¿Por qué las mujeres que ayudaron a construir nuestra democracia se han quedado en la sombra?

El papel crucial de Teresa Revilla

Entre estas 27 mujeres, destaca la figura de Teresa Revilla, quien no solo fue la única mujer en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas, sino que también logró ser una voz potente en la defensa de los derechos de las mujeres. Su valentía fue tal que se atrevió a protestar por la escasa representación femenina, haciendo una llamada directa al entonces presidente Leopoldo Calvo Sotelo.

Revilla es una muestra clara de cómo los pequeños actos de valor pueden tener un impacto desproporcionado. Pero, a pesar de sus esfuerzos, se vio frente a un sistema que favorecía la primacía masculina. Pero la historia tiene un plus: aunque su enmienda para evitar la discriminación en la línea sucesoria no fue aprobada, su resistencia fue un símbolo no solo de lucha, sino de la necesidad de mantener la conversación sobre los derechos de las mujeres. “Me llamaban a mi casa para que retirara mi enmienda y yo dije que no”, cuenta en sus memorias. ¿No es increíble? Ella, y sus compañeras, se negaron a ser silenciadas.

La primera lectura del artículo 14

El artículo 14 de la Constitución presenta una declaración de derechos fundamentales que, aunque breve, marcó un antes y un después en la historia de la igualdad en España. “Los españoles son iguales ante la ley”, establece este artículo. En un momento en el que la desigualdad de género estaba tan arraigada, este hito fue un soplo de esperanza. Teresa Revilla dijo en el Congreso: “La mujer española adquiere, por fin, la plenitud de sus derechos”. El eco de estas palabras aún resuena en los corazones de muchas que luchan diariamente.

La Constitución de 1978 no fue perfecta, pero la valentía de las madres de la Constitución para incluir la igualdad de género en su articulado fue un paso significativo que dio a las mujeres un significado y un espacio en la esfera pública. Y así, aunque el camino hacia la igualdad efectiva ha sido largo y complicado, ese artículo se erige hoy como una bandera.

Diez enmiendas que marcaron la diferencia

La labor de las mujeres en la redacción de la Constitución no se limitó a un solo artículo. Las 27 valientes realizaron numerosas enmiendas y lucharon en diferentes comisiones para defender derechos esenciales. Más allá de la lucha por la igualdad de género, muchas de ellas también abogaron por reformas en otras áreas críticas, como la educación, la libertad de expresión y la economía.

Por ejemplo, Pilar Brabo y Dolores Pelayo trabajaron incansablemente para defender los derechos relacionados con la libertad de expresión y la igualdad jurídica en el matrimonio, respectivamente. En este sentido, ¿no resulta curioso pensar en la valentía de aquellas mujeres que, a contracorriente, lucharon para construir una sociedad más justa? Sin duda, un legado que las jóvenes de hoy deben conocer y valorar.

Las improntas de la violencia de género

No obstante, el camino hacia la igualdad fue y sigue siendo, extremadamente desafiante. En 2023, el escenario sigue marcado por la violencia de género, un problema que varias de estas mujeres podrían haber imaginado erradicar. Pero, por otro lado, esas madres de la Constitución nos muestran que el cambio es posible. Su legado sigue vivo en cada lucha presente y futura por la igualdad.

Cuando se reflexiona sobre la importancia de los derechos, es innegable que el reconocimiento histórico de estas mujeres no solo es esencial para su memoria, sino crucial para inspirar a las nuevas generaciones. ¿Cómo podemos, entonces, honrar adecuadamente su lucha?

El acto de reconocimiento

En 2024 se conmemora el 46 aniversario de la Constitución, y por primera vez se les rendirá homenaje a estas 27 mujeres con una placa que llevará sus nombres. ¡Es para celebrarlo! Finalmente se comenzarán a reconocer sus contribuciones. Este tipo de actos son necesarios para visibilizar esfuerzos pasados y crear un marco de reflexión para los futuros líderes que vendrán. Cada niña que se interesa por la política, cada mujer que lucha por sus derechos en la sociedad actual, debe saber que su voz también cuenta.

En medio de todo esto, mi mente no puede evitar dar un salto hacia el futuro. Imaginar a las mujeres jóvenes inspiradas por estas figuras históricas es algo emocionante. ¿Quiénes serán las nuevas madres de la Constitución? ¿Qué cambios habrá que celebrar en las próximas décadas?

Reflexiones finales

Es fundamental que sigamos educando y concienciando sobre la historia de estas mujeres. La historia es, en muchos sentidos, un espejo que refleja nuestras luchas y logros. Conocerlas y recordarlas significa recordar que el cambio es posible, y que las mujeres forman parte imprescindible en la construcción de nuestro futuro democrático.

Con cada paso hacia adelante, debemos preguntarnos: ¿cómo podemos asegurarnos de que sus historias no se queden en el olvido? Quizás la respuesta radica en que cada uno de nosotros se convierta en un agente de cambio. Y es que, si estas 27 mujeres supieron desafiar las probabilidades, ¿por qué nosotros no tendríamos la misma valentía?

A medida que nos acercamos a este 46 aniversario, recordemos las historias de las madres de la Constitución como faros de luz en la búsqueda de un futuro más equitativo y justo. Y aunque sus nombres hayan quedado en el olvido durante años, hoy levantamos nuestras voces para que sus legados vivan, y que nunca más se repita la historia de silenciar a aquellas que luchan por sus derechos.