¿Has sentido alguna vez que vivir con tu pareja podría ser una forma de ahogar tu individualidad? Si es así, no estás solo. En la actualidad, muchos están eligiendo un camino diferente en el amor, optando por un estilo de vida conocido como LAT (Living Apart Together). ¿Te suena esto? En nuestro mundo contemporáneo, lleno de cambios y nuevos paradigmas, el modelo LAT se ha vuelto cada vez más atractivo para una población que busca equilibrar su deseo de compañía con la necesidad de autonomía personal. Vamos a profundizar en esta tendencia, sus implicaciones y lo que significa para las relaciones de pareja hoy en día.
¿Qué es el modelo LAT?
Para los no iniciados, el modelo LAT se traduce literalmente como «vivir separados estando juntos.» Este concepto implica que dos personas están en una relación romántica seria, pero eligen vivir en diferentes domicilios. Aunque parezca un poco controvertido —¡una relación que no se basa en la convivencia!— para muchos, esto se traduce en un estilo de vida más satisfactorio.
Con el paso del tiempo, hemos visto un aumento considerable en la cantidad de parejas que optan por este tipo de relaciones. De hecho, un estudio reciente reveló que un 12,9% de las parejas en España no viven juntas. Esa cifra puede parecer pequeña, pero es un indicativo importante de que el modelo LAT está ganando terreno, especialmente entre los jóvenes y en una época donde el costo de vida es cada vez más alto.
Razones detrás de la elección del modelo LAT
1. La búsqueda de la independencia
Tal vez conozcas a alguien que, como yo, disfrutó de la vida de soltero durante varios años. Para muchos, comprometerse significa renunciar a una parte de su independencia. Este es precisamente el caso de Berta, una joven editora que afirma: «No me apetece que haya alguien que esté a mi lado todo el rato y muchos días no quiero, ni necesito, que nadie me espere a cenar.» Su experiencia demuestra que este modelo se basa en el deseo de mantener la autonomía personal, sin sacrificar la relación romántica.
2. Evitar la rutina
Juan, un actor de teatro, también comparte su perspectiva: «Hay días que la rutina nos destroza a nosotros mismos. ¿Cómo no va a destrozar al otro?» La idea de vivir separado permite que las parejas elijan cuándo y cómo pasan tiempo juntos, evitando que la relación se convierta en una mera rutina. La magia de la conexión romántica florece en estos momentos cuidadosamente elegidos.
3. Condiciones económicas
Hoy en día, el costo de la vida es un tema candente. Los altos precios de los alquileres obligan a muchas parejas a encontrar formas innovadoras de compartir gastos sin sacrificar su independencia. Algunos, como el mismo Juan, ven en la separación un componente casi político: «Parece que es obligatorio tener pareja para poder sobrevivir.» En este sentido, la realidad económica lleva a muchos a explorar el modelo LAT no solo como una opción, sino como una necesidad.
La dinámica del modelo LAT
Espacios personales
Una de las características más interesantes de este modelo es el uso de espacios personales. Las parejas LAT suelen tener su propio salón, cocina y baño, lo que les permite mantener su individualidad y rutina personal. Hay algo liberador en tener tu propio espacio, donde eres el dueño de tu tiempo y tus decisiones.
Berta menciona: «Me gusta mantener un lugar que es solo mío, como mi bañera de agua caliente.» Este deseo de personalización y autonomía es fundamental en este tipo de relaciones.
La distancia como aliada
Vivir separados no significa que las parejas no estén cerca. De hecho, muchos LAT viven a solo unos minutos de distancia uno del otro. Juan menciona que su novio vive a solo veinte minutos en bicicleta. ¡Imagina el ahorro en tiempo de desplazamiento y el alivio de no tener que lidiar con el «tráfico» en casa! Esto permite a las parejas disfrutar de encuentros ocasionales y significativos sin la presión de tener que compartir el espacio todo el tiempo.
Los detractores del modelo LAT
Aunque puede parecer que el modelo LAT está en auge, hay quienes lo ven de otra manera. Expertos como el demógrafo Alejandro Macarrón lo perciben como un signo de frivolidad. Al hablar de relaciones de este tipo, sugiere que podría ser un ataque a la institución familiar y un indicativo de soledad creciente y una disminución de la natalidad.
Incluso dentro de la propia definición de amor, hay un debate. Carmen Sánchez Maíllo, del Instituto de Estudios de la Familia CEU, lo considera como un amor «líquido, descafeinado y temporal». El temor a la falta de compromiso y conexión duradera resuena entre quienes cuestionan la validez de las parejas LAT.
La pasión versus un proyecto común
¿Podríamos decir que los LAT son más propensos a mantener la pasión en la relación? Algunos especialistas sugieren que sí. Cecilia Martín, psicóloga especializada en relaciones de pareja, dice que los LAT pueden evitar la presión y los conflictos que muchas veces surgen de la convivencia.
Sin embargo, este modelo también plantea desafíos únicos. A medida que las relaciones avanzan, podrían surgir discrepancias sobre el tiempo compartido, complicando así la idea de un proyecto común. Como las parejas tienen la opción de separarse al final del día, eso puede crear un distanciamiento emocional que no involucraría a una pareja que vive junta.
La evolución de las relaciones en el siglo XXI
En un contexto histórico más amplio, es interesante ver cómo el concepto de pareja ha evolucionado. La idea tradicional de la «media naranja» ha sido reemplazada por la noción de que cada individuo es un todo en sí mismo. Ya no es necesario que la vida compartida sea la única forma de identidad.
«Vivimos en sociedades donde la etiqueta de estado civil ya no define a una persona,» señala el sociólogo Luis Ayuso. Este cambio cultural permite a muchas personas explorar su independencia y ofrecer nuevas formas de amor que desafían las nociones antiguas y limitantes sobre lo que significa estar en una relación.
La pregunta final: ¿Es el modelo LAT un futuro sostenible?
Al final del día, surge la pregunta: ¿Podemos esperar que el modelo LAT siga creciendo en popularidad? Si bien muchos jóvenes parecen adoptar esta forma de relación como la norma, también es importante considerar la posible frustración o confusión que podría surgir en las generaciones futuras. La capacidad de encontrar un equilibrio entre el amor y la individualidad será clave para determinar si este modelo perdura.
La elección de un estilo de vida LAT refleja un deseo de los individuos por ser responsables de su felicidad y bienestar en un mundo que sigue cambiando. Como siempre, ¿no es fascinante ver cómo la humanidad se adapta y redefine sus relaciones a medida que avanzamos hacia un futuro incierto?
En definitiva, el amor y las relaciones nunca han sido una fórmula sencilla; lo que opera hoy podría ser totalmente diferente mañana. Pero por ahora, las parejas LAT parecen haber encontrado un pequeño rincón de felicidad en la separación. ¿Quién puede argumentar en contra de ella? ¡Quizás sea el momento de probar este nuevo enfoque del amor y la convivencia!