La vida está llena de momentos que marcan el camino de aquellos a quienes admiramos. Tal como un maestro constructor que da vida a un edificio magnífico, hay personas que se encargan de edificar las tradiciones de una comunidad, y Juan Carretero fue, sin duda, uno de esos constructores en la Feria de Abril de Sevilla. Su reciente fallecimiento nos deja no solo un vacío, sino un legado que nos recuerda la importancia de las tradiciones y cómo estas moldean la identidad de toda una ciudad.

Un hombre de tradiciones

Para quienes no conocen la historia de la Feria de Abril, es un evento anual que transforma Sevilla en una explosión de color, música y baile. Esta festividad es más que una simple reunión; es una celebración de la cultura andaluza en su máxima expresión. Y el corazón de esta fiesta, aunque muchos no lo sepan, latía al ritmo de Juan Carretero, un arquitecto técnico que dedicó casi cuatro décadas a darle forma y vida a este evento.

Me acuerdo de la primera vez que asistí a la Feria; estaba lleno de emoción y un poco de confusión. ¿Cómo podían caber tantas risas y buenos momentos en un solo lugar? Más tarde entendí que tras ese despliegue de luces, casetas y alegría había una infraestructura meticulosa y un sinfín de horas de trabajo. Juan Carretero fue el maestro de orquesta detrás de esta sinfonía de celebraciones. Desde la entrega de la bandera hasta la colocación del primer tubo de la portada, su labor era esencial. ¿Quién no querría ser parte de algo tan monumental?

Al momento de su fallecimiento, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, describió a Carretero como “un amante de la ciudad”, y no podría estar más de acuerdo. Este homenaje tan merecido es el reflejo de una vida dedicada al amor por su tierra. Pero, ¿qué lo hacía tan especial? La respuesta es simple: su pasión.

Un constructor de sueños

Desde el año 1979, cuando Luis Uruñuela lo llamó a ocupar el rol de organizador de la Feria de Abril, Carretero se convirtió en una figura clave para la celebración. Cuarenta años de experiencia, risas, pero también de desafíos. En un campo donde la tradición y la modernidad a menudo chocan, Juan eludió cualquier controversia con una sonrisa y una anécdota.

Una de las historias más memorables fue la de la portada dedicada al centenario del Sevilla F.C. en 2005, que incluía un escudo del Betis camuflado en la capa del rey San Fernando. Cuando le preguntaron al respecto, con toda su “guasa”, explicó que había sido “un duende” el que lo había puesto ahí. Esto no solo refleja su ingenio, sino su habilidad para navegar por las aguas tumultuosas de la rivalidad futbolística sevillana. ¿Quién podría resistirse a una respuesta así?

Sus decisiones, aunque a veces polémicas, eran un reflejo de su deseo de unir a la comunidad, de hacer de la feria un escenario donde todos fueran bienvenidos, independientemente del color de su camiseta. Creo que, en un mundo que a menudo parece dividido, tenemos mucho que aprender de su enfoque inclusivo.

Las sombras de la controversia

Como toda historia interesante, la vida de Carretero estuvo salpicada de controversias. En 2017 fue investigado por la Fiscalía por irregularidades en el montaje de la feria, aunque finalmente la denuncia por malversación y cohecho fue archivada. En una época donde la transparencia es más importante que nunca, esta situación dejó un rastro amargo. Sin embargo, es esencial recordar que su verdadero legado va más allá de estas acusaciones.

Al fin y al cabo, ¿quién de nosotros no ha tomado decisiones que, en retrospectiva, podrían haber sido diferentes? La realidad es que, aunque está bien mantener a las personas responsables de sus acciones, también debemos apreciar los impactos positivos que han tenido en nuestras comunidades. Carretero fue, sin duda, un hombre de contrastes.

La cultura de la Feria de Abril

La Feria de Abril no solo es un evento; es un símbolo de la cultura y las tradiciones de Sevilla. Cada abril, las calles se llenan de casetas decoradas, farolillos, flamenco, tapas y risas. Este gran carnaval de la vida y de la cultura andaluza absorbe a todos, desde los nativos hasta los turistas que vienen dispuestos a sumergirse en esta experiencia.

La evolución del evento

A lo largo de los años, la Feria de Abril ha evolucionado. Cada año trae consigo nuevas ideas, temas y decoraciones. La influencia de Carretero se puede ver no solo en la estructura física del evento, sino también en su esencia. Con su visión, contribuyó a transformar la Feria en un lugar donde las tradiciones pasan de generación en generación. Como alguien que ha crecido en torno a estas festividades, siempre hay cierta magia en ver a los niños corretear entre las múltiples casetas, inmersos en su propio mundo.

A medida que se avanza por las casetas, las historias surgen de cada rincón, cada rincón una promesa de alegría y celebración. La música de las guitarras flamencas resuena en el aire, y el sonido de los pies que golpean el suelo al compás del baile conlleva una energía contagiosa. ¿Acaso hay algo más vibrante que una noche en la Feria, iluminada por las sonrisas y el amor?

La importancia de recordar

El fallecimiento de Juan Carretero nos lleva a reflexionar sobre cómo honramos a aquellos que han dejado una marca indeleble en nuestras vidas. Si estamos dispuestos a aprender y a ver la belleza que hay en la vida cotidiana, podemos apreciar todo lo que él hizo.

A pesar de su fallecimiento, su pasión y dedicación siguen resonando en las alegrías de la Feria de Abril. Cuando pasen las festividades de este año, cuando los fuegos artificiales iluminen el cielo nocturno, recordaremos a un hombre que dedicó su vida a tejer la trama cultural de su ciudad.

Su legado es una lección de vida que nos invita a valorar más nuestras tradiciones y a ser conscientes de cómo nuestras acciones pueden resonar en la historia de otros.

Conclusión: La celebración de un legado eterno

Aunque ha dejado este mundo físico, la esencia de Juan Carretero permanecerá intacta en cada nuevo montaje de la Feria de Abril, en el tejido de la comunidad sevillana y en la memoria de aquellos que compartieron risas con él. La pregunta es, ¿cómo podemos nosotros seguir su legado?

Como comunidad, es fundamental que mantengamos vivas las tradiciones que nos definen. Cada vez que celebremos cualquier festividad, desde las Ferias hasta las fiestas locales, hagámoslo con el mismo orgullo y devoción que tuvo Carretero.

Así que, cada vez que veas esas luces brillantes y escuches el sonido de las guitarras flamencas, también recordarás a un hombre, un maestro en su campo, un amante de su ciudad y un constructor de sueños. Juan Carretero no es solo una parte de la historia de la Feria de Abril; su vida y legado son un recordatorio de la importancia de celebrar nuestras raíces. En cada rayo de luz y en cada melodía, encontraremos siempre un pedacito de su espíritu. ¿Cómo celebras tú tus propias tradiciones y las de aquellos que han dejado huellas?