La historia a menudo se aprecia como un hilo de eventos que, aunque a veces parecen desconectados, se entrelazan en una danza compleja de causalidades y elecciones que han dado forma a nuestra realidad actual. ¿Alguna vez te has preguntado qué secretos esconde el pasado? Permíteme llevarte de la mano a un rincón oscuro y fascinante de la historia: el papel de dos espías húngaros en el tumulto de la Barcelona republicana durante los años 30. ¡Agárrate bien, que esto puede parecer más una novela de espías que un mero relato académico!

La búsqueda de historias olvidadas

Todo comenzó con un historiador llamado Manu Valentín, cuyo interés por el espionaje y la historia de la Segunda República no se limitó a los clásicos. Su viaje al mundo del espionaje empezó casi por casualidad, cuando un lector le contactó tras leer su artículo «El judío que pudo salvar a Trotski». Te imaginas su sorpresa, ¿verdad? Un lector le dice que su artículo tiene un vínculo personal con su suegro, un espía húngaro que vivía en México. Fue como encontrar un tesoro en un campo de flores.

Valentín, que en ese momento estaba de paso en México, se dirigió al hogar del susodicho suegro, Tommy, y tras una conversación amena, el hombre le entregó dos cuadernos con las memorias inéditas de su padre, Francis Ferry Lindner. ¿Quién podría resistirse a tal regalo? Una especie de jackpot histórico. Entonces, ¿quién fue realmente Ferry y qué papel desempeñó en la turbulenta Barcelona de los años 30?

Un espía entre nosotros: Francis Ferry

Francis Ferry nació en 1899 en una ciudad fronteriza del entonces Imperio Austrohúngaro. Criado en una familia judía acomodada en Budapest, su vida dio un giro drástico después del colapso de la República Soviética Húngara. Su carrera en el espionaje soviético lo llevó por toda Europa antes de llegar a Barcelona en 1932, donde se camufló como un representante comercial de maquinaria textil. ¡Un espía convertido en vendedor! Nunca pensé que escucharía eso en una clase de historia.

Ferry no solo era un maestro en el arte del engaño, sino que también era un comunicador natural. Hablaba varios idiomas y construyó una red de contactos que mantenía a los poderosos en la palma de su mano. Uno de esos contactos fue el presidente de la Generalitat, Lluís Companys. ¿Te imaginas a Ferry charlando con Companys sobre la última moda en maquinaria textil? ¡La ironía es muy palpable!

Cuando estalló la Guerra Civil en 1936, Ferry se unió al Comité Militar del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña). Pero el camino del espionaje no es de rosas, y Ferry se vio obligado a huir a México tras la guerra. Allí, su vida continuó, aunque sus experiencias como espía siempre lo persiguieron. ¿Quién no querría compartir una copa con un verdadero espía de la Guerra Civil?

La historia de un evento fallido: la Olimpiada Popular

Uno de los hallazgos más intrigantes del trabajo de Valentín es la revelación sobre la Olimpiada Popular, un evento planeado en Barcelona como una respuesta a los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, que estaban bajo la sombra del régimen nazi. El plan era algo extraordinario y, por supuesto, un pequeño remolino de intrigas y espionaje.

Los espías húngaros, Ferry y otro agente conocido como Jordi Martín, jugaron un papel crucial en la organización de este evento. Valentín describe cómo estos dos hombres, desde la sombra, intentaron coordinar una manifestación internacional deportiva que pretendía ser apolítica. ¿Puede un evento tan cargado de simbolismo ser realmente apolítico? No estoy muy seguro. ¿Y a quién se le ocurriría organizar algo tan ambicioso en tiempos de guerra?

A pesar de la meticulosa planificación de Ferry y Martín, la Olimpiada Popular nunca se llegó a celebrar debido al levantamiento fascista del 18 de julio de 1936. Imagínate los miles de consigo organizadores y deportistas al borde de hacer historia, esperando ansiosamente el día D, solo para ver cómo su sueño se desvanecía como la niebla a la luz del sol. ¡Qué ironía!

Un entramado de alianzas y rivalidades

El libro de Valentín no solo se centra en personajes individuales como Ferry, sino que también ofrece un panorama más amplio de las complejas alianzas y rivalidades dentro de la esfera política de la Barcelona republicana. Desde comunistas ortodoxos hasta anarquistas y trotskistas, todos luchaban no solo contra un enemigo común -el fascismo-, sino también entre ellos. Era como una serie de «Casa de papel», pero con más ideologías y menos atracos a bancos.

La Internacional Comunista ideó estratégicamente varias organizaciones fachada para atraer a los refugiados del nazismo, como la Asociación Cultural Judía, ideada para infundir el relato comunista entre los llegan. Este tipo de tácticas no solo eran astutas, sino que revelan hasta qué punto estaban dispuestos a ir algunos para construir una fuerza sólida contra el fascismo. ¿El fin justifica los medios?

El impacto personal de las memorias

Regresando a las memorias de Ferry, es un hallazgo increíble, pues el propio Valentín se sintió abrumado por la generosidad de Tommy, entregándole esta rica historia. Cada página de esos cuadernos debe ser un viaje, expuesto a las luces y sombras de un tiempo que muchos preferirían olvidar. Pero como dice el viejo adagio, «la historia no se repite, pero rima». Cada uno de nosotros está modelado por nuestro pasado.

Valentín ha invertido años de su vida tratando de explicar el impacto de estos espías en la sociedad cosmopolita de Barcelona. En su trilogía «Los cimientos: la Contra[R]evolución Española (1931-1936)», Valentín no sólo cuenta una historia de espionaje, sino que explora cómo estos agentes manipularon la narrativa de la época para sus propios fines políticos.

Estas memorias no son solo un eco del pasado; son un recordatorio de que incluso en los tiempos más oscuros, hay lecciones que aprender. La información, tal como el agua, puede tomar diferentes formas. A veces, puede fluir libremente y, en otras, ser contenida en canales y presas. La historia, tras todo, es nuestra forma de conectar el presente con el pasado.

Reflexiones finales: la historia nunca termina

A medida que cerramos este capítulo sobre los espías húngaros en la Barcelona republicana, es fundamental recordar que todas estas historias, enterradas en el polvo del tiempo, aún nos hablan. La vida de Ferry, su lucha, su espionaje y su legado son una representación de los desafíos que enfrentamos hoy.

Nos enfrentamos diariamente a nuestras propias luchas, y en un mundo lleno de incertidumbres, las lecciones de estos personajes pueden guiarnos. Al final del día, todos somos un poco espías de nuestras propias historias, buscando información, averiguando conexiones y tratando de comprender el intrincado tejido de la humanidad.

Así que, la próxima vez que leas sobre historia, ya sea en un libro o en un blog, pregúntate: ¿qué secretos aún pueden estar esperando ser revelados? ¿Quién sabe qué joyas de la historia están sepultadas, esperando a ser desenterradas por un curioso y valiente como Manu Valentín?

Como siempre, la historia continua y, aunque algunas páginas estén llenas de sombras, hay siempre luz al final del túnel, esperando ser descubierta.