En un mundo donde muchos artistas se aferran a un único estilo o formato para definir su carrera, Víctor Coyote se erige como un auténtico polifacético. Nacido en Tui en 1958, ha recorrido un camino que no se limita a una sola disciplina; se mueve con fluidez entre la música, la literatura y las artes plásticas. Pero, ¿qué es lo que realmente lo define? En este artículo, vamos a sumergirnos en su universo creativo y en su más reciente trabajo, «Si te falta calle», un fascinante cómic-street-single que nos invita a explorar su visión del mundo.
Un cómic que canta
Imagina un cómic que no solo cuenta historias a través de imágenes, sino que también incluye música. Eso es exactamente lo que Víctor ha logrado con «Si te falta calle». Durante nuestra charla, me explicó que actualmente la producción de discos se ha vuelto algo complejo, por lo que decidió dividir su proyecto en singles, llevando al cómic a un nuevo nivel de interactividad. “La gente busca formatos originales”, me dice con una chispa de entusiasmo. Pero, ¿qué proviene primero: la música o la ilustración?
De la música a la imagen
En este caso, Víctor revela que los dibujos son inspirados por la música. En un momento de reflexión, dice que a veces es al revés, pero esta vez quería que las historias en el cómic enriquecieran el sentido de la canción sin ser meras ilustraciones de la letra. ¿No es fascinante pensar en cómo se entrelazan los diferentes medios? A veces, me pregunto si somos nosotros quienes necesitamos clasificar las artes, como si el caos creativo no tuviera su propia belleza.
Un viaje por el barrio
«Si te falta calle» no es solo un título llamativo; refleja una realidad que muchos jóvenes sienten hoy en día. El término “faltarle calle” se ha popularizado entre las nuevas generaciones, y es interesante notar cómo Víctor lo adoptó. ”Hay que tener calle e internet”, asegura y, en un mundo cada vez más digitalizado, esta afirmación resuena profundamente. En ocasiones, cuando reviso las cuentas de Instagram de jóvenes artistas, me doy cuenta de que hay una búsqueda desesperada de lo auténtico, pero ¿puede lo auténtico existir sin una pizca de conocimiento digital?
El ritmo de la vida y la ironía
Cuando le pregunto a Víctor sobre el humor presente en su trabajo, él sonría y me dice que, aunque no sea su elemento central, siempre está allí. Como un observador agudo de las realidades de la vida, se percata de que el humor, aunque sutil, puede ser una válvula de escape. “En tiempos difíciles, lo ha habido peores”, reflexiona. ¿No nos sentimos todos a veces como personajes en una comedia trágica?
La ironía, entonces, se convierte en un hilo conductor de su arte. La mayoría no entiende el peso de la ironía hasta que se enfrenta a situaciones que les resultan familiares. ¿Quién no ha tenido una conversación incómoda en un bar, seguida de una risa nerviosa que nos ayuda a lidiar con la vergüenza? En sus cómics, Víctor se ríe de la vida y, al mismo tiempo, nos empuja a reconsiderar lo que creemos saber.
Autenticidad en cada trazo
En el transcurso de nuestra conversación, Víctor comparte que no busca hacer una moraleja con cada historia que cuenta. En tiempos donde prevalece la necesidad de una enseñanza, prefiere dejar que los individuos lleguen a sus propias conclusiones. Esto es liberador, ¿no lo crees? Podemos ser honestos y, a menudo, las historias más poderosas son aquellas que permiten a la audiencia interpretar a su manera.
La calle como metáfora
Para mí, “calle” evoca muchas cosas. Desde la imagen de un barrio bullicioso donde un niño aprende a andar en bicicleta, hasta las enseñanzas adquiridas tras un tropiezo con la realidad. Víctor lo describe como un espacio físico y simbólico que nos enseña tanto como los libros. “Que no te falte calle, que no te falten libros, que no te falte internet”, es su consejo. ¡Es una mezcla explosiva de sabiduría!
Cuando pienso en el concepto de «calle,» no puedo evitar recordar mis propias experiencias de vida. Desde mis días de colegio hasta las travesuras en el parque, cada momento ha sido una lección disfrazada. Es en la calle donde aprendemos de los demás, recibiendo tanto perspectivas frescas como epifanías inesperadas.
La música latina en el panorama actual
Es imposible hablar de Víctor sin mencionar su amor por la música latina y, en particular, por el reguetón. Durante nuestra plática, señala que el reguetón es una victoria de la música latina sobre la anglosajona. Me divierte pensar en todos esos debates acalorados que surgen cuando se menciona este género; algunos lo aman, otros lo odian. Pero al igual que con cualquier forma de arte, lo que importa es cómo nos hace sentir.
En comparación, el reguetón es un fenómeno infravalorado, a menudo criticado por sus letras, pero como señalan Víctor, el rock también tiene sus propios demonios. ¿Acaso la música no debería ser un espejo de la sociedad? Aunque, sinceramente, a veces creo que los críticos solo están llorando por sus épocas pasadas, anhelando tiempos más simples en los que podíamos escuchar a nuestros artistas sin dudas ni prejuicios.
La evolución del cómic
Durante nuestra conversación, me emociona ver la pasión de Víctor por el cómic y su evolución a lo largo de los años. Habla sobre cómo el término «novela gráfica» ha contribuido a dar un mayor respeto al cómic, antes considerado como un arte menor. Quizás este cambio se debió a la llegada de autores talentosos, que decidieron contar historias complejas. Uno de esos momentos significativos que menciona es el impacto de «Persépolis» de Marjane Satrapi. ¿Cuántas almas se han visto representadas en esas páginas?
El cómic ha sido el medio por el cual muchas mujeres y diversas voces han reclamado y ocupado su espacio en la narrativa. Para mí, esto es un recordatorio poderoso. ¿No deberíamos celebrar la diversidad en el arte? Mientras reflexionaba, me di cuenta de que la literatura y las artes visuales han comenzado a entrelazarse de maneras sorprendentes, creando un tejido rico de expresión.
Mirando hacia adelante
A medida que la conversación se vuelve más profunda, le pregunto a Víctor sobre cómo quiere seguir contando historias. Su respuesta es honesta y conmovedora: “Me alegra no haber tenido un éxito descomunal en los 80, ya que eso me permitió explorar cosas nuevas.” Su naturalidad es inspiradora. En un mundo donde se espera que las personas se repitan a sí mismas por miedo a perder relevancia, Víctor se manifiesta como un auténtico aventurero del arte.
Y así como su carrera artística ha navegado sin rumbo fijo por diferentes géneros, ahora aulas y espacios han comenzado a abrirse para sus experimentaciones; desde tocar en el Thyssen dándole vida musical a obras clásicas hasta este nuevo álbum que promete conquistar a los más escépticos.
Un último pensamiento
Así concluye nuestra conversación, creando un espacio de reflexión sobre una de las figuras más interesantes del mundo artístico. En un mundo que necesita más autenticidad, risas y un poco de ironía, Víctor Coyote nos recuerda la importancia de “no quedarnos sin calle”. Después de todo, en el colapso cultural del día a día, es vital que mantengamos el sentido del humor y la curiosidad.
Así que, querido lector, te invito a explorar el trabajo de Víctor, a sumergirte en los cómics y las canciones que nos comparte. En este viaje, quizás también encuentres tu propia conexión con esa calle llamada vida. ¿Estás listo para dar el primer paso?