La industria del deporte en España está viviendo una etapa emocionante. Desde que aquellos graciosos días de la pandemia se esfumarons—como los sueños de ir al gimnasio en enero tan solo para dejarlos en el olvido en febrero—hemos visto un resurgir que no se puede ignorar. Según el informe ‘La industria del deporte y el fitness’, elaborado por la OBS School y la Universidad de Barcelona, este sector no solo representa el 3,3% del PIB nacional, sino que también muestra cifras de crecimiento que asombran. ¡Y eso no es todo! Estamos viviendo en un momento en el que más de 5,5 millones de personas están abonadas y disfrutando de las maravillas del ejercicio regular. Entonces, ¿qué es lo que está sucediendo?

Un vistazo a la evolución: de la pandemia a la prosperidad

En lo que antes era un mundo dominado por la incertidumbre, ahora nos encontramos en un escenario donde el número de abonados ha saltado del 7,1% al 16,5% de la población desde 1996. Si lo miramos desde la perspectiva de un entusiasta del deporte (y de los memes de «proceso de ir al gimnasio»), debemos reconocer que esto es un gran paso. La juventud está sacudiendo sus cuerpos en un 41% en el grupo de edad entre 14 y 24 años. ¡Imagina eso!

Ciertamente, los gimnasios han tenido que esquivar algunos obstáculos en su camino hacia la recuperación. La pandemia dejó una tremenda marca, reduciendo la facturación del sector en un 53% en un único año. Pero, como todo buen héroe de la historia, se levantaron de las cenizas, y ahora la situación parece más prometedora. El ingreso anual, que asciende a 2.100 millones de euros, es un indicio claro de que estamos haciendo algo bien.

El gran obstáculo: el IVA

Sin embargo, no todo es color de rosa en el mundo del deporte. Aquí es donde el tema del IVA se convierte en el villano en nuestra historia. Desde 2012, tras la subida que se llevó a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy, los gimnasios, junto a otros servicios como peluquerías y floristerías, se vieron obligados a un aumento monumental de impuestos. Mientras muchos servicios comenzaron a volver a tipos más bajos a partir de 2014, nuestras queridas instalaciones deportivas quedaron atrapadas en el tipo alto.

¿Así que qué tal si pagamos un poquito más para mantenernos en forma? No, gracias. ¿Quién no se ha sentido frustrado al ver que sus esfuerzos por mejorar su salud se ven obstaculizados por un IVA que, en vez de reducirse, parece multiplicarse como los kilos de más después de un fin de semana de pizza y helado?

Adolfo Ruiz, presidente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (Fneid), explicaba que esta subida del IVA y, más recientemente, el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) junto con la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales podrían impactar severamente los costes del sector. «No podemos reducir la jornada sin afectar al cliente», dice, haciendo una observación válida y, sobre todo, empática con los pequeños empresarios que deben enfrentar estos retos.

La posición del Gobierno y su justificación

El Gobierno ha argumentado que la recaudación del IVA es esencial, estimando que perdería 90 millones de euros si se aprobara una reducción en el impuesto. Sin embargo, dejan de lado un pequeño detalle: el mismo decreto que afecta el IVA de los gimnasios podría parecerse a como dejar afuera de la fiesta a aquel amigo que siempre trae las mejores botanas. La verdad es que la práctica de deportes ahorra una cantidad asombrosa al Estado en términos de gastos de salud, y los cifras van desde los 2.500 millones en bajas laborales hasta unos impresionantes 7.200 millones anuales que evitan en gastos sanitarios.

Recuerdo una conversación amigable con un compañero de trabajo en la que discutíamos si deberíamos ir a un gimnasio o simplemente quedarnos en casa viendo series. Decidimos visitar un gimnasio local, y aunque sudé más de lo que creí posible, terminamos riéndonos al final del día y dándonos cuenta de que estábamos haciendo algo bueno tanto para nuestra amistad como para nuestra salud. Si añadimos los beneficios de la actividad física a las arcas del Estado, se hace un argumento muy fuerte sobre lo valioso que puede ser el sector deportivo.

La oposición del sector y nuevos retos para el futuro

Los gimnasios y otras instalaciones deportivas han comenzado a levantar la voz en un esfuerzo por la reducción del IVA. El equipo de Fneid ha estado defendiendo que el bienestar público generado por este sector es significativo, pero ¿cuántas veces hemos visto que las peticiones caen en oídos sordos? Es un cruel recordatorio de que, al final del día, el bienestar individual necesita coincidir con el bienestar financiero del Estado.

Grupo tras grupo, se están retractando de la antigua política del IVA que asfixia el crecimiento del sector. Si bien el valor de la vida saludable se repite como un mantra en los medios de comunicación, queda la sensación de que la política y la economía pueden hacer que ese mensaje se disuelva. Pero, ¿acaso no hemos aprendido ya que la unión hace la fuerza? Esa es la esperanza de los empresarios que se lanzan al abismo de la mejora de la calidad de vida de sus clientes.

Además, cabe resaltar que este sector también se convierte en un lugar de empleo para 250,000 personas en el país. La mejora en la infraestructura deportiva podría generar más puestos de trabajo, un argumento más que relevante en tiempos de incertidumbre laboral.

Reflexiones finales y hacia adelante

A medida que este sector sigue creciendo, es crucial no solo escuchar las quejas de las empresas y sus implicaciones, sino también fomentar una cultura que valore el ejercicio y el deporte como pilares de la salud pública. Es imperativo que el Gobierno reconozca que reducir el IVA no solo tiene ventajas para las empresas y consumidores, sino también para el propio Estado.

¡Y es que la vida es demasiado corta para negarse el placer de hacer ejercicio! Ya sea el yoga, la natación, las pesas, o simplemente perseguir a un perro travieso por el parque, el ^esfuerzo^ físico es una inversión en nuestra salud y bienestar.

Al final del día, el sector deportivo en España está en un punto crucial. Con una trayectoria de crecimiento y una necesidad urgente de revisar las políticas de IVA, el momento de actuar es ahora. La historia de la industria del deporte no solo es un testimonio del espíritu resiliente de quienes forman parte de ella, sino también una oportunidad para redefinir la relación que tenemos con el ejercicio, la salud y, con un poco de suerte, ¡las políticas fiscales que rigen todo!

Así que, ya sabes, la próxima vez que levantes pesas o hagas una maratón de series, recuerda que tu esfuerzo no solo beneficia a tu cuerpo, sino que también contribuye a una economía más saludable. ¿Quién dijo que no podemos hacer ejercicio mientras se lucha por un cambio positivo? ¡Bien por nosotros!