La Feria de Sevilla es uno de los eventos más emblemáticos y esperados del año, donde la alegría, la música y, por supuesto, el buen comer se entrelazan como lo hace un buen jamón ibérico servido con su trocitos de pan. Pero, en medio de esta explosión de colores y emociones, surgen conflictos que podrían cambiar el escenario del evento. En este caso, el tema candente son las casetas, y lo que se avecina parece un verdadero drama judicial con un toque de comedia, muy al estilo de cualquier serie de televisión que nos hace reír y llorar en igual medida.

La sentencia del Supremo y sus efectos

Todo comenzó gracias a una sentencia del Tribunal Supremo que, como el protagonista de una saga épica, ha revolucionado el reparto de las casetas en la Feria. Así es, más de quince casetas podrían verse afectadas por el conocido efecto «cascada» que temía el Ayuntamiento de Sevilla. Hablamos de una situación que no solo implica a los funcionarios municipales, sino que también afecta a familias que han estado esperando su turno durante años para obtener un espacio en la caseta.

La saga comenzó en 2022, cuando apuestas como la familia Muñoz fueron despojadas de su caseta original. Desde entonces, han surgido nuevas casetas como «Ven acá pacá», «Los atornillaos” y «el TBO”, y ahora, parece que todas esas nuevas adjudicaciones están al borde de un cambio radical. Entonces, ¿qué debe hacer el Ayuntamiento? Esto no es precisamente una partida de dominó, pero la imagen es bastante similar, ya que un movimiento puede llevar a otros inesperados.

¿Qué decisiones debe tomar el Ayuntamiento?

Desde el equipo de José Luis Sanz, el actual alcalde de Sevilla, se asegura que se acatará la sentencia y estarán al tanto antes de tomar decisiones. Les resulta un tanto incómodo porque tienen que lidiar con un problema heredado de una administración anterior. “No hemos sido nosotros, prometo”, podrían decir en un intento de deslindar responsabilidades, pero al final del día, la pelota está en su campo.

Pero, ¿qué pasa con los afectados? La intención es dar una solución, pero las preguntas pululan en el aire como moscas en un picnic. ¿Cómo se va a contentar a todos? Los socios de «Ven acá pacá» ya han solicitado una reunión, pero aquí la cuestión es: ¿quién se sienta primero en la mesa?

Las anécdotas y el drama de los afectados

Imagina que llevas agendando tus vacaciones desde hace un año, solo para descubrir, a poco menos de un mes de tu viaje, que es posible que tu hotel esté sobrevendido. Así se sienten muchos de los afectados. Charo Jiménez, de «Los Atornillaos,» lanzó al aire una pregunta que a todos se nos ha pasado: “¿Qué le digo a los montadores que tienen que empezar con la caseta en unos días?”.

A partir de aquí, se puede crear una comedia de enredos digna de un guion de Hollywood. Imagina a los montadores esperando con herramientas en mano, listos para levantar esa caseta, y a los socios contemplando cómo las decisiones en la sala de juntas afectan sus sueños feriales. Esto no sería tan entretenido si no fuera porque detrás de estas puertas cerradas, hay historias humanas esperando a ser contadas.

La historia de la familia Muñoz

La historia de la familia Muñoz ejemplifica la lucha por la recuperación de la identidad dentro de la Feria. Se habla de su caseta en la calle Juan Belmonte, que han perdido. Ahora, la gran pregunta es: si se les devuelve, ¿será la misma o tendrán que mudarse a otro lugar menos visible en el Real de los Remedios? Y si eso no fuera suficiente, ¿cómo se va a transmitir la noticia a los nuevos aspectos de la caseta?

El problema de la notificación

Cabe resaltar que el problema de la caseta del PSOE es un tema aparte. Este grupo perdió su caseta por no pagar las tasas, que es un dilema de índole diferente al descrito por la sentencia del Supremo. Cada situación parece un juego de «¿Quién se queda con mi caseta?», y la verdad es que hay un trasfondo de frustración que no se debe mezclar con una discusión sobre los impuestos. Los que ahora gozaron de su nuevo espacio pueden verse perjudicados, simplemente porque un procedimiento administrativo falló en su momento. ¿Es justo?

¿Cuándo se ejecutará la sentencia?

Este proceso se asemeja más a un ritual de paciencia que a una rápida resolución. Los abogados involucrados apuntan que tras el pronunciamiento del Supremo, la información debe trasladarse al TSJA (Tribunal Superior de Justicia de Andalucía) y, luego de allí, al juzgado de lo contencioso administrativo. Sabemos que los tiempos en el ámbito legal pueden ser tan lentos que podrías ver crecer a tus hijos mientras esperas una solución.

La incertidumbre de la fecha

Dada la situación, la ejecución de la sentencia podría no llegar antes del inicio de la construcción de la Feria, que, como sabemos, inicia a finales de diciembre o principios de enero. ¡Imaginen eso! Primero, empieza la serie de montajes y, de pronto, ahí está el juez con el hacha de verdad diciendo: “Ups, parece que este lugar tiene un nuevo dueño”. La incertidumbre se siente como si el futuro del evento estuviera suspendido en una cuerda.

Reflexiones finales: ¿qué sucederá?

¿Se imaginan a la familia Muñoz recuperando su caseta solo para descubrir que ahora están en la calle menos frecuentada del recinto? ¿O a los nuevos poseedores de las casetas preguntándose si algún día sus esfuerzos por obtener uno de esos codiciados espacios valdrán la pena?

El tejido social y humano de la Feria de Sevilla está lleno de historias, y cada decisión que tome el Ayuntamiento tendrá un impacto que puede alterar lo que para muchos es su tradición más querida. Las dificultades para resolver el problema sólo aumentan la confusión.

La cumbre de este drama administrativo está aún por llegar. En las próximas semanas, no solo se estarán esperando respuestas de los tribunales, sino también la reacción de quienes podrían ver sus sueños desvanecerse con la siguiente jugada del gobierno. Así que manténganse atentos, porque esta historia aún no termina, y podría incluir más giros inesperados que un argumento de telenovela. ¿Quién sabe? ¡Quizás incluso nos sorprendan con una nueva temporada de «Feria y justicia»!


Y aquí estamos, al final de este viaje, llenos de preguntas sin respuesta y una pizca de esperanza para todos los involucrados. Porque al final, la Feria no es solo un lugar de casetas; es un escenario donde se respira vida, tradición, y por qué no, un poco de caos. ¿Listos para la próxima? 🍷✨