La decolonialidad es un tema candente en la actualidad, y mientras trabajas en el jardín podando tus plantas (sí, puede ser un gran lugar para reflexionar), te encuentras con un podcast que promete cambiar tu perspectiva del mundo. Living Decoloniality es uno de esos espacios que, aunque muy bien hecho y relevante, me hace preguntarme: ¿no hemos estado ya hablando de esto desde los años ’90? Lo cierto es que este debate está tomando fuerza casi como un nuevo influencer en las redes sociales, pero, ¿es realmente un cambio necesario o es simplemente una distracción de problemas más urgentes?
En este artículo, voy a explorar las razones por las que el sector de la cooperación está consumido por la conversación sobre la decolonialidad, y si esto es realmente la nueva panacea o simplemente un fenómeno de moda. Así que, preparen sus palomitas, que vamos a rascar un poco en la superficie.
La creciente popularidad de la decolonialidad: ¿un fenómeno de moda?
Escuchar un podcast mientras trabajas en el huerto puede ser una terapia. La voz relajante del presentador, combinada con el canto de los pájaros, te lleva a un estado de reflexión profunda. Pero lo que me hace detenerme es el nacimiento de una nueva jerga: «stakeholders», «inclusividad» y «toma de decisiones locales» son términos que parecen estar en todas partes últimamente. Al hacer una búsqueda rápida en Google Scholar, me sorprendo al descubrir que, desde 2019, la cantidad de artículos sobre decolonialidad ha aumentado exponencialmente, alcanzando más de 7,000 solo en 2023. Pero, ¿qué significa realmente esto para el sector de la cooperación?
La primera pregunta que surge es: ¿realmente necesitamos debatir sobre esto en profundidad, o deberíamos estar más preocupados por problemas más inmediatos, como la financiación y la viabilidad de los proyectos de cooperación?
Razones para el resurgimiento del debate sobre la decolonialidad
1. El poder de los donantes y su influencia
Si alguna vez has tratado de obtener un préstamo del banco, sabrás que quien tiene el dinero, tiene el poder. En el mundo de la cooperación, esto se traduce en que los donantes marcan la pauta. A menudo, estos donantes tienen condiciones que no siempre benefician a las comunidades a las que dicen ayudar. Como les decía a mis amigos mientras nos tomamos un café, ¡parece que hay más «intereses» que «intercambio»! Aunque hemos hablado de la importancia de la decolonialidad, el truco está en cómo los donantes están dispuestos a cambiar su perspectiva.
2. El déficit en la acción
Aquí es donde la cosa se complica. He sido testigo de cómo las ONG del Norte están dejando de lado la implementación de proyectos en el Sur. Recuerdo las letras de las canciones de Quilapayún y Mercedes Sosa; la idea de que «deberíamos trabajar juntos» resuena en mi mente como si fuera un mantra. Sin embargo, el contexto actual ha cambiado tanto que, como bromeé con unos amigos, ¡seguramente ahora estaríamos buscando las manos «no contaminadas» de las nuevas generaciones!
La falta de personal en las ONG significa que, irónicamente, la cooperación se ha vuelto más difícil de llevar a cabo. Si hay menos personas trabajando en la implementación de proyectos, esto reduce no solo la cantidad de trabajo realizado, sino también la calidad.
3. Conversaciones que restan a otros problemas
Hablemos claro: pasar demasiado tiempo hablando de un tema puede resultar en una peligrosa desconexión de la realidad. ¿Alguna vez has estado en una conversación donde todo el mundo se pierde en detalles mientras el tiempo se escapa? Así es como a menudo se siente el debate sobre la decolonialidad en comparación con otras cuestiones urgentes, como la disminución de los fondos para programas de ayuda.
Efectivamente, el sector se enfrenta a retos existenciales, y en lugar de perder tiempo discutiendo sobre los «ángeles en la punta de un alfiler», deberíamos centrarnos en cómo ser más efectivos en nuestras acciones. Es un poco como esos memes que ves en línea sobre procrastinar: ¡tenemos que actuar antes de que sea tarde!
La ronda de financiación: un juego de serpientes y escaleras
¿Quién no ha jugado alguna vez a Serpientes y Escaleras? Pero en el mundo actual de la cooperación, es más como que todas las escaleras han desaparecido, y las serpientes están muy presentes. La verdad es que obtener fondos se ha vuelto cada vez más complicado.
La derecha se apodera de los gobiernos
Si te sorprende que los gobiernos en lugares como Reino Unido, Alemania, Suecia y Noruega estén recortando presupuestos, ¡no estás solo! Muchos de nosotros probablemente recordamos un tiempo mejor, cuando los esfuerzos de cooperación eran una prioridad. Pero, como bien sabe cualquier aficionado al drama, a veces los giros inesperados de la trama hacen que la historia sea aún más intrigante. Claro, es posible que los gobiernos actuales estén más interesados en priorizar el gasto interno que en ayudar a naciones que sufren.
La generación Y y Z en el camino
En el mundo digital y conectado en el que vivimos, el patrón de donaciones ha cambiado drásticamente. Se ha observado que la base de donantes de ONG en países como España está envejeciendo, con una edad media que supera los 59 años. ¡Vaya, cuánto ha cambiado la dinámica de nuestras comunidades! Los más jóvenes pierden interés en la cooperación cuando las voces críticas se han multiplicado en las redes sociales.
Es un momento perfecto para reflexionar, de nuevo mientras sacamos malas hierbas del jardín: ¿por qué la generación millennial y la Z se sienten tan distantes de los movimientos de cooperación?
Hablar sobre la decolonialidad: ¿Un lujo o una necesidad?
Así que, volvamos a la pregunta inicial: ¿necesitamos discutir la decolonialidad o no? La respuesta no es sencilla. En un mundo donde todos decimos estar más «conectados», es irónico que estemos discutiendo temas que, en muchos sentidos, deberían ser parte de la ciudadanía y no del debate académico.
Al final del día, hay algo fundamental a tener en cuenta: hablar sobre descolonización no debe eclipsar los problemas más críticos que enfrenta el sector de cooperación. La participación, la inclusión y el enfoque feminista son fundamentales, pero sin el apoyo correcto y los recursos adecuados, corre el riesgo de convertirse en ruido en un sistema ya debilitado.
Reflexiones finales: un territorio en defensa
Leyendo sobre la caída de Bizancio, no puedo evitar alarmarme. El imperio se distrajo debatiendo sobre asuntos triviales mientras su territorio estaba en peligro. En un sentido, el mundo de la cooperación está experimentando un fenómeno similar. A medida que profundizamos en el debate sobre la decolonialidad, debemos asegurarnos de que no estamos ignorando las serpientes en nuestro camino.
Así que la próxima vez que te encuentres comentando sobre «los ángeles en la punta de un alfiler», pregúntate: ¿estamos realmente atacando los problemas que necesitamos resolver, o nos estamos distrayendo en un juego de palabras? Es hora de que esas manos, blancas o de cualquier otro color, se unan y actúen de manera efectiva.
Como consultor para el desarrollo rural y defensor de un enfoque práctico, mi esperanza es que podamos dejar de lado la teoría y enfocarnos en lo que realmente cuenta: actuar juntos hacia una cooperación equitativa y eficiente. De otro modo, la historia nos recordará no sólo como los que discuten, sino también como los que, como el imperio bizantino, se olvidaron de defender lo que realmente importaba.