La vida de Inoxtag ha dado un giro inesperado en los últimos dos años. Lo que comenzó como la aventura de un youtuber con 7 millones de seguidores se ha transformado en un fenómeno cultural que desata pasiones y controversias en igual medida. Pero, ¿quién es realmente Inoxtag, y qué significa su ascenso al Everest para la nueva generación?

En este artículo, exploraremos el increíble viaje de Inoxtag, su documental Kaizen, y las múltiples reacciones que genera tanto en aficionados al deporte como en críticos de la cultura influencer. Prepárense para un análisis a fondo: entre anécdotas, reflexiones y un toque de humor, vamos a desglosar este fenómeno que ha capturado la atención hasta de los más escépticos.

El punto de partida de Inoxtag: de gamer a escalador

Recuerdo hace algunos años cuando le conté a un amigo que quería empezar a escalar. Se rió, porque me imaginaba como aquel gamer perpetuamente pegado a una pantalla. Estaba claro que no iba a ser un Inoxtag, aunque eso no me detuvo en mi intento por salir de mi zona de confort. Pero Inoxtag, cuyo verdadero nombre es Inès Benazzouz, decidió hacer algo aún más audaz: escalar el Everest en solo un año de entrenamiento. Y lo hizo: sin experiencia previa y, digámoslo, sin saber muy bien lo que se estaba metiendo.

Ahora, ¿realmente alguno de nosotros podemos imaginarnos enfrentándonos a la montaña más alta del mundo sabiendo tan poco? Para muchos, esto puede parecer un acto de valentía, pero la realidad es que el Everest no es un parque de diversiones y, de hecho, requiere más que una tarjeta de crédito y buenos guías. Sin embargo, los jóvenes ven en él una fuente de inspiración.

El fenómeno Kaizen: ¿un mensaje poderoso o puro marketing?

El documental Kaizen: 1 año para escalar el Everest se ha convertido en un éxito rotundo, con más de 35 millones de visualizaciones en YouTube. ¡Eso es un montón de clics! Y si bien las cifras son impresionantes, también generan una pregunta: ¿qué mensaje realmente están recibiendo esos millones de fanáticos?

Por un lado, el documental inspira a los jóvenes a salir de sus habitaciones y experimentar la vida al aire libre, un mensaje sobre el que muchos de nosotros hemos reflexionado con nostalgia. Recuerdo cuando era adolescente y anhelaba aventuras como estos chicos, llenos de energía y sueños. Pero también existe una crítica poderosa que apunta a un aspecto más sombrío: el cambio climático y el desequilibrio de los valores en el alpinismo moderno.

Las asociaciones ecologistas han denunciado que el documental borra la realidad de que el Everest está sufriendo las consecuencias del turismo masivo. Se trata de una montaña que no solo es un símbolo de conquista personal, sino también un ecosistema que se está debilitando bajo la presión de nuestras decisiones. ¿Es justo ignorar esto en nombre de la fama y ciertas hazañas extremas?

La polémica del mérito y la ética del alpinismo

Los alpinistas tradicionales están sufriendo un mareo cultural. Para ellos, el Everest representa años de trabajo duro, técnica, y respeto hacia los elementos. Entonces, ¿qué ocurre cuando un influencer que busca el espectáculo se convierte en el rostro del alpinismo moderno? Algunos, como el fotógrafo de montaña Pascal Tournaire, no encuentran palabras para describir su asombro ante el fenómeno.

Por supuesto, no todo es blanco o negro. Algunos jóvenes, como Daniel, un chico de 13 años que logró escalar el Mont Blanc después de seguir la historia de Inoxtag, confiesan que el influencer fue un catalizador en su vida. «Me ha permitido descubrir la montaña y ahora la adoro. Sueño con cimas. Me ha cambiado la vida», dice. ¿Puede ser que un enfoque arriesgado también abra puertas a nuevas experiencias para aquellos que no sabían que les gustaba la montaña? Tal vez.

Sin embargo, el problema fundamental sigue presente: las hazañas de Inoxtag parecen moldear la narrativa de que cualquier persona con los recursos adecuados puede llegar a la cima, cuando el verdadero significado del alpinismo se encuentra en la lucha interna y el crecimiento personal. Como amante del deporte, me resulta frustrante ver cómo puede desdibujarse un legado más profundo en una búsqueda de popularidad.

El dilema de la comercialización en el deporte

El costo de Kaizen se estima en 1.200.000 euros, una cifra que, para muchos, refleja el profundo abismo entre el verdadero alpinismo y el espectáculo comercial. Aquí es donde mi viejo amigo, un alpinista experimentado, suele levantarse en su asiento y exclamarse: “¡En mis tiempos, simplemente teníamos que escalar!”.

Hay algo de verdad en esa afirmación. El alpinismo ha sido, durante mucho tiempo, un matrimonio entre desafío personal y respeto hacia la naturaleza. Pero últimamente, todo parece girar en torno a los patrocinadores y la cantidad de vistas en YouTube. Los guías y sherpas que ayudan en estas expediciones no son solo personajes de fondo; son héroes que a menudo quedan olvidados en la narración.

La falta de humildad y el ego moderno

A medida que Inoxtag avanza en su viaje, es difícil ignorar el subtexto que se desarrolla: la falta de humildad y respeto ante los maestros del deporte se vuelve evidente. La figura del «influencer» se acerca a una especie de rock star: en el camino al éxito, parece olvidarse de lo esencial: el aprendizaje.

Inoxtag está expuesto a la genialidad de su guía, Mathis Dumas, pero no se puede evitar la sensación de que el joven influencer tiene una visión más ególatra que altruista. En su discurso se destacan las victorias individuales, mientras que los principios del montañismo en sí—la renuncia, la humildad, el trabajo en equipo—pasan a ser meros detalles.

¿Estamos realmente mirando al futuro del alpinismo en este joven? Podría ser que el futuro no tuviera mucho que ver con la montaña, sino con la venta de una imagen. En esta nueva era de redes sociales, la imagen se ha vuelto tan valiosa como el conocimiento. Es un cambio que muchos de nosotros vivimos con inquietud, incluso con cierta tristeza.

Reflexiones finales: ¿qué podemos aprender de Inoxtag?

Así que, después de sumergirnos en el mundo de Inoxtag y su ascenso al Everest, surgen diversas reflexiones. La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿qué legados estamos dejando para las próximas generaciones?

El impacto de Inoxtag no se puede ignorar. Sí, ha logrado motivar a una nueva generación a salir de casa y descubrir la naturaleza. A menudo me pregunto si eso será suficiente para enfrentar los retos del cambio climático y la comercialización del deporte. Tal vez, solo tal vez, un equilibrio sea la clave. Un equilibrio entre el espíritu de aventura y la apreciación por la humildad del esfuerzo. Y, a veces, el humor se convierte en el mejor aliado para lidiar con tales preocupaciones. Al final del día, todos buscamos que nuestras vidas estén llenas de experiencias, ya sea en la cima de la montaña o disfrutando de un café en la montaña que ve todo esto desde la distancia.

¿Es el camino del influencer la vía correcta para lograrlo? Eso dependerá de cada uno de nosotros. Pero lo que sí es indiscutible es que el viaje de Inoxtag nos invita a cuestionar nuestras propias experiencias, valores y sueños. Así que, la pregunta final para ti es: ¿estás listo para salir de tu habitación y buscar tu propia cima?