En los últimos años, Madrid ha visto cómo ciertos barrios emergen como nuevos polos creativos. Carabanchel es uno de ellos, y no es solo porque Time Out lo haya encumbrado como un lugar «cool», convirtiéndolo incluso en el tercer barrio más moderno del mundo (o algo así). Detrás de la etiqueta de «meca del artisteo» hay una historia rica y matizada, que mezcla la realidad social con una efervescente cultura musical. ¿El dilema? Entre el orgullo y la indignación por su transformación, los vecinos se ven atrapados en una montaña rusa de cambios.

Carabanchel en el espejo de Time Out: ¿una gloria o una hipocresía?

Recuerdo cuando leí aquella portada de Time Out que glorificaba Carabanchel; fue como si el mundo entero abriera los ojos a un secreto oscuro y escondido. Por dentro, pensaba: “¡Qué bien, por fin se reconoce el talento aquí!”. Pero inmediatamente me llegó una pregunta: ¿qué hará esto por los que llevan años viviendo y luchando en este barrio? Porque, seamos sinceros, glorificar un lugar también puede atraer gentrificación, y no todos están tan emocionados, como me paseé por algunas calles y charlé con viejos conocidos.

Carabanchel ha sido históricamente un barrio obrero, donde la renta media era inferior a la de la media de Madrid. Sin embargo, en los últimos tiempos, la proliferación de galerías de arte y locales de ensayo ha comenzado a cambiar la narrativa. La realidad es que esto puede significar un doble filo para aquellos que ya habitaban el barrio antes de que la «coolness» lo alcanzara.

La vibrante escena musical de Carabanchel

Uno de los mayores encantos de este barrio radica en su creciente escena musical. Carabanchel cuenta con más locales de ensayo que cualquier otra parte de España, con unos 250 negocios dedicados al arte sonoro. Desde mis días de juventud pasando horas tocando la guitarra, puedo entender la importancia de tener un espacio donde experimentar y crear sin preocupaciones. Pero, ¿qué ocurre cuando esos espacios son cada vez más escasos y caros?

Juan Luis Nieto, el director de Gruta 77 y presidente de la Asociación Profesional de Locales de Ensayo Musical (APLEM), lo dice claramente: “Queremos que se nos reconozca como lo que somos: una actividad cultural”. Sus palabras resuenan con la verdad de muchos músicos emergentes que sienten que sus esfuerzos son invisibles para el gran público.

¿Es el crecimiento de Carabanchel una bendición o una maldición?

A medida que las bandas como Hinds, que alguna vez telonearon a Coldplay, se mudan a Carabanchel en busca de espacios más económicos, el dilema se vuelve aún más complicado. Estos músicos jóvenes, muchas veces en sus veintitantos y todavía viviendo con sus padres, se encuentran atrapados en una paradoja: más bandas que locales, y con el crecimiento de precios, ¿hasta cuándo podrán sostenerse aquí?

Es curioso, ¿no? La misma comunidad que alaba la cultura local puede ser la que empuje a los artistas emergentes hacia la periferia, a la búsqueda de un lugar donde su música no solo se escuche, sino también se pueda crear sin preocupaciones monetarias. Carabanchel se está convirtiendo rápidamente en el nuevo «SoHo» de Madrid, pero, a nivel de precios, parece que el barrio de moda se ha olvidado de sus raíces.

Desgranando la dinámica de los locales de ensayo

Los locales de ensayo no son solo un espacio; son un microcosmos donde se forman las relaciones en la escena musical. Recuerdo esos momentos de compartir equipo con otros músicos, como si fuéramos parte de una gran comunidad. La verdad es que la música nos une y comparte un lenguaje universal, pero, ¿será suficiente el amor por la música para mantener a flote estos pequeños negocios emergentes?

Con precios que oscilan entre 200 y 500 euros mensuales por un espacio compartido, queda claro que la música como trabajo se enfrenta a una creciente presión económica. De hecho, el alquiler ha evolucionado: ahora, la mayoría de las bandas optan por alquilar por horas, un alivio, pero también un compromiso que puede resultar complicado. ¿Cuántas ideas geniales se han quedado en un cuaderno porque el presupuesto no da para más?

Los nombres que dan vida a Carabanchel

Carabanchel alberga bandas que están comenzando a dejar su huella en la música española. Biznaga, Los Punsetes, Bechamel y Vicente Calderón son solo algunos de los grupos que ensayan y crean aquí. Una cuestión que a menudo escucho es: “¿Cuánto puede influir un local en la música que hacemos?”. Para algunos de ellos, como los miembros de Vicente Calderón que comparten sus espacios con otras bandas, la respuesta puede ser tanto un dolor de cabeza como un placer.

Como compartió uno de los miembros de Vicente Calderón, a veces es difícil coordinarse, y terminar pagando casi 470 euros para compartir espacio no es lo ideal. Sin embargo, la comunidad musical que se genera puede ser un beneficio incalculable al final del día.

Eventos y el futuro de la cultura en Carabanchel

De cara al futuro, Carabanchel está comenzando a caminar sobre la cuerda floja del reconocimiento cultural y la realidad económica. Recientemente, quince bandas emergentes se subieron al escenario del WiZink Center en un festival gratuito. Esto es una gran noticia, claro; pero me pregunto: ¿esto será suficiente para sostener a los músicos que luchan día a día por su arte?

La Comunidad de Madrid también ha hecho esfuerzos al ofrecer diez salas de ensayo y un estudio de grabación a disposición de artistas emergentes. Sin embargo, la competencia para conseguir un lugar es feroz y no todos los grupos pueden acceder a esos recursos. Me gustaría conocer más sobre la vida de aquellos que luchan por un lugar en esta tarima musical, y cómo estos esfuerzos tangibles pueden influir en la riqueza cultural del barrio.

Reflexiones finales: ¿qué significa ser un músico en Carabanchel?

Cuando miro hacia Carabanchel, pienso en su dualidad: un barrio que se moderniza y un lugar donde antiguos sueños aún luchan por ser reconocidos. El arte puede irte o atraparte, pero siempre está presente. Mientras el barrio se transforma en un nuevo punto caliente para la música, una parte de mí se pregunta: ¿qué pasará con aquellos que han estado aquí, luchando y creando incluso antes de que llegara el reconocimiento?

La historia de Carabanchel es un recordatorio de que la cultura, aunque vibrante, también está sujeta a los mismos dilemas económicos que la vida real. Y mientras tanto, bandos de sueños y melodías continúan haciéndose eco por las calles, esperando ser escuchadas por aquellos que están dispuestos a escuchar. Así que, ¿cuáles son las historias que se están perdiendo entre las paredes de esos locales de ensayo que tanto amamos?