La salud pública es un tema que, si bien puede parecer distante y técnico, afecta nuestra vida cotidiana de maneras que a menudo pasan desapercibidas. Y aunque podríamos pensar que en el 2024, con toda la información y los avances médicos que tenemos, tendríamos el asunto bajo control, la reciente tragedia en Madrid nos dice lo contrario. ¿Cómo es posible que, en una era de comunicación instantánea y educación médica, aún enfrentemos un aumento de infecciones de transmisión sexual (ITS)? Preparémonos para un recorrido informativo, acompañado de un toque personal y un poco de humor – pero siempre, con seriedad.

La alarmante situación actual

Recientemente, Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, se refirió al incremento en los casos de ITS. Según un informe presentado, la cifra ha aumentado de 14,980 casos en 2023 a 16,194 en 2024, lo que representa un preocupante 9% de incremento. Y no se trata solo de una estadística fría. ¿Te imaginas a alguien en un bar, levantando la copa y diciendo: «¡Felicidades a los que tienen gonorrea, han subido un 12% este año!»? No, porque no es bien visto y porque muestra lo relevante y serio que es el daño que representan estas enfermedades.

Cuando la presidenta alertó sobre el aumento en infecciones como la gonorrea y la clamidia, no lo decía solo como un dato técnico. Lo decía porque verdaderamente le preocupaba. Y a mí, sinceramente, también me preocupa. Personalmente, me he dado cuenta de que muchas conversaciones sobre salud sexual, aunque importantes, son desviadas o minimizadas por el tema del “estigma”. Lo que necesitamos es un diálogo abierto, honesto y con empatía sobre estas cuestiones.

El nuevo centro médico Sandoval II

Con la inauguración del Sandoval II, que se une a los esfuerzos para combatir esta crisis de salud, se espera ofrecer pruebas de VIH, sífilis, virus del papiloma humano, y más. Es fundamental que las personas tengan acceso a estos servicios, pero también debemos recordar que la prevención es la clave. Y aquí es donde entra el Plan Regional contra las ITS y el VIH, que se desarrollará paralelamente al Plan Regional contra las Drogas. ¿Por qué la combinación? Porque ambos fenómenos frecuentemente se entrelazan, especialmente con la creciente práctica del chemsex entre los jóvenes.

Hablando de esto, me recuerda aquella vez en que un amigo mío, en una charla de bar, proclamó que «los viernes son para estar un poco locos». Aquel «estar locos» incluyó una conversación sobre salud sexual, y, curiosamente, nadie se atrevió a profundizar. La condena y el silencio que rodean a las ITS son reales, y es necesario que nos demos cuenta de que ignorar el problema no lo hará desaparecer.

El papel de la juventud

El enfoque del plan está fuertemente centrado en los jóvenes, quienes son el grupo más expuesto, pero también el menos informado. En una era digital, donde están sobreexpuestos a todo tipo de información, parece sorprendente que la educación sexual no esté a la altura. ¿Cuántos de nosotros, al recordar la clase de educación sexual en el colegio, podemos hacerlo sin morir de la vergüenza extrema? Me viene a la mente una promoción creando más incomodidad que conocimiento.

Ayuso ha lanzado un grito a la acción: «Esto nos afecta a todos y todos tenemos que poner de nuestra mano». No podría estar más de acuerdo. Si bien las autoridades tienen un papel crucial, nosotros también, en lo cotidiano, debemos ser parte de la solución.

Los datos no mienten: a prestar atención

Según el informe de la Consejería de Sanidad, ha habido incrementos notables: 6,400 casos de gonorrea y 5,422 de clamidia, para ser específicos. Estadísticas como estas no pueden ser desestimadas como simples números en una hoja. Cada uno de esos casos representa a una persona, a una historia, a un conjunto de circunstancias que necesitan atención.

La pregunta que se forma aquí es: ¿qué estamos haciendo mal? ¿Por qué no estamos hablando de esto lo suficiente? Es evidente que una mayor educación sexual y una apertura sobre el tema son imprescindibles. Hay una gran desconexión entre la percepción social de las ITS y la realidad de sus consecuencias.

Estrategias de Prevención y Concienciación

La estrategia regional propone abordar la detención precoz de estas infecciones, lo que se traduce en más pruebas y una mejor educación. Con más de 50,000 consultas anuales en el actual centro, y la proyección de hacer más en Sandoval II, queda claro que sí, hay un esfuerzo mejorado.

El hecho de que estos nuevos centros estén emergiendo es alentador. Pero, ¿es suficiente? Necesitamos involucrarnos en charlas abiertas sobre la sexualidad y no caer en el viejo reto de „vanidad vs. vulnerabilidad». Compartir experiencias, hablar con honestidad y encontrar formas de normalizar las discusiones sobre salud sexual no solo educará a quienes más lo necesitan, sino que también contribuirá a desmantelar el estigma.

Sanidad y Compromiso Social

Los 17 profesionales que trabajarán en el Sandoval II son afortunados de ser parte de una misión crítica. Ahí hay un inmenso potencial de cambio. Aunque, admitámoslo, enfrentamos un desafío monumental. Cada día, están en juego vidas, relaciones y futuros. La salud pública debería ser una preocupación compartida y no un tema que se quede en la consulta médica.

Ayuso también llegó a mencionar que algunos casos de sífilis han disminuido en un 3%. Aunque suena un poco positivo, hay que entender que el progreso en una dirección no quiere decir que el problema esté solucionado. Cada avance viene con una responsabilidad de continuar innovando, educando, y cuidando a nuestra comunidad.

Reflexiones finales sobre la salud sexual

Para concluir, el desafío de las infecciones de transmisión sexual en Madrid es un recordatorio de la importancia de ser proactivos en la promoción de la salud sexual. Debemos fomentar el conocimiento y la apertura, y, cibernéticamente hablando, no todo tiene que ser un “swipe” en una aplicación. Más allá de las pantallas, debemos recordar nuestra responsabilidad como ciudadanos informados.

En definitiva, el aumento de las ITS que enfrentamos en Madrid es un reflejo de una conversación más amplia que aún nos falta por mantener. La comedia de la vida no tiene por qué girar en torno al tabú; más bien, debe centrarse en la conexión, la comprensión y el apoyo mutuo. Al final del día, todos somos parte del mismo barco, en este mar a veces inquietante de la sexualidad y la salud. ¡Y no olvidemos que zarpar en esta travesía nunca debe hacerse desde la ignorancia!