Cuando la vida te da limones, ¡haz limonada! O mejor aún, convierte esos limones en una exquisita obra de arte. Eso es lo que la artista Almudena Lobera ha conseguido en su última instalación «Secuencia Plano Secuencia», ubicada en el vanguardista espacio de CentroCentro en Madrid. En esta exposición, Lobera ha fusionado su creatividad con el entorno arquitectónico, transformando un espacio casi roto en un mundo onírico donde los espectadores son invitados a meditar y reflexionar. ¡Es como si David Lynch se reencontrara con una piscina de sueños! ¿Quién no querría sumergirse en ese océano de posibilidades?
Una inmersión sensorial
Desde que entramos en el espacio de CentroCentro, la poética acuática de Lobera nos envuelve. Hay algo casi terapéutico en la forma en que ha dispuesto los elementos, creando un ambiente donde los objetos duplican su esencia y las imágenes reverberan. Las barandillas y columnas parecen cobrar vida y, de repente, uno se siente como si estuviera flotando en una nube de imaginación y arte. ¿No les ha pasado a ustedes alguna vez? Esa sensación de perderse en una obra y olvidarse del mundo exterior es verdaderamente mágica.
Recuerdo una vez, durante una visita a una galería de arte en Barcelona, quedé tan cautivado por una instalación que casi me olvido de la hora y del compromiso que tenía después. ¿No es fascinante cómo el arte puede transportarnos de esa manera? Lobera captura esa esencia y la plasma en cada rincón de su obra.
El homenaje a David Lynch
Lo curioso de «Secuencia Plano Secuencia» es el homenaje que Lobera rinde a David Lynch, conocido por su estilo surrealista y a menudo inquietante. En la instalación, un pez dorado rodeado de cortinajes evoca directamente «Terciopelo azul» —un clásico del cine que explora la dualidad entre la belleza y el horror. Aquí, Lobera parece estar desahogándose, enfrentando sus propios «mares de lágrimas» mientras juega con la perspectiva y el significado de lo imperceptible.
Imaginemos por un momento a Lobera, en su estudio, creando este homenaje. Quizás había un café humeante a su lado, una lista de reproducción de David Bowie sonando de fondo y ella dibujando con el ímpetu de una artista en proceso. ¿Acaso no es eso lo que todos hacemos cuando estamos inspirado? Creamos nuestro propio universo mientras nos alimentamos de las historias que nos rodean.
La magia de los detalles
En la instalación, la línea azul que corre a lo largo de los cristales de las barandillas se sitúa a la altura de su cuello, como si Lobera nos estuviera señalando algo evidente: lo que está a la vista está también escondido. Este juego de perspectiva es un sello distintivo en su trabajo. Recordemos sus obras anteriores; desde los maravillosos dibujos de atmósfera hauntológica hasta la instalación “Stories” en 2020, Lobera ha demostrado una capacidad inigualable para modificar nuestra forma de ver las cosas.
¿Recuerdan cuando éramos niños y todo parecía tan grande y misterioso? Ver el mundo desde una nueva perspectiva a menudo puede ser algo así como usar gafas de realidad aumentada. Lobera nos está invitando a ponernos esas gafas, a cuestionar lo que creemos que sabemos y a sumergirnos en el misterio de lo desconocido.
El reflejo de las emociones
En «Secuencia Plano Secuencia», Lobera no solo representa objetos; los utiliza como metáforas de emociones humanas profundas. Por ejemplo, los flotadores de cemento evocan la fatalidad del naufragio, mientras que las boyas náuticas sugieren lágrimas, recordando al espectador que incluso en el mar de la vida, siempre hay un rayo de esperanza. Es como si cada pieza de su obra estuviera allí para recordarnos que la vida es tanto un viaje de exploración como una serie de elecciones a lo largo del camino.
La referencia a la canción «Teardrop» de Massive Attack compuesta tras la muerte trágica de Jeff Buckley también añade otra capa emocional a la experiencia. De alguna manera, nos recuerda que hay morfología en el dolor, que de vez en cuando, el arte no solo refleja la vida, sino que también nos ofrece consuelo.
Las toallas del destino
Una de las partes más intrigantes de la exposición son las toallas bordadas con líneas de la mano de Almudena Lobera. Esta «quiromancia post-surreal» enfatiza la inmersión total en la meditación que ella busca en su arte. Es como si nos invitara a desnudarnos de nuestras preocupaciones cotidianas y sumergirnos en pensamientos más profundos. ¿Alguna vez han sentido la necesidad de una pausa? De dejar atrás el ruido exterior y reconectar con algo más verdadero y profundo. La invitación de Lobera es precisamente eso.
Tras escuchar su obra, uno recuerda que «Esto es agua», como dijo David Foster-Wallace en una famosa lección magistral. A veces, el acto de vivir es simplemente recordar que estamos rodeados de un océano de posibilidades.
Un viaje hacia la meditación
Uno de los elementos más destacados en la exposición es la forma en que Lobera juega con la narrativa. Cada pieza es un pequeño capítulo en un libro que invita al espectador a sentarse y reflexionar. Al mirar las obras, es difícil no preguntarse sobre el significado detrás de cada elemento: «¿Qué representa esta piscina de cemento?» o «¿Por qué las boyas náuticas?» ¡Vaya enigma! Pero al hacerlo, Lobera nos da una oportunidad para explorar no solo sus emociones, sino también las nuestras.
En algún momento de su vida, probablemente Lobera tuvo que tomar decisiones difíciles, como ese «tuffatore» del sepulcro de Paestum que se suspende en el aire antes de saltar. A veces hay que atreverse a dar el salto. Y aquí es donde el arte llega a ser terapéutico. El arte puede hacernos sentir vulnerables, pero también nos otorga el coraje de enfrentar lo desconocido.
La conclusión de un viaje
La exposición «Secuencia Plano Secuencia» está abierta hasta el 8 de junio en CentroCentro, y sin duda, es una invitación a reflexionar, a meditar y a perderse en una experiencia sensorial extraordinaria. Esta obra no es simplemente una serie de instalaciones; es un viaje en sí mismo. Al final del recorrido, el espectador no solo se lleva un bello recuerdo, sino también una nueva perspectiva sobre la vida y la forma en que nos relacionamos con ella.
Así que, queridos lectores, la próxima vez que se sientan abrumados por las aguas grises de la rutina diaria, recuerden que, a veces, solo se necesita un pequeño toque de arte para recordarnos que “esto es agua” y que la vida está llena de misterios y maravillas esperando a ser descubiertos.
¡Así que, sumerjámonos en el arte y permitámonos experimentar la belleza y la emoción que nos ofrece!