El mundo está de cabeza, y la situación en Palestina es uno de esos temas que puede hacer que, incluso si estás tomando tu café por la mañana, se te atragante un poco el trago. ¿Parece un drama? Pues lo es. En este contexto, los nombres de Ada Colau y Jaume Asens han resurgido como fuertes defensores de los derechos humanos. Pero, ¿qué es exactamente lo que está sucediendo y por qué deberíamos prestarle atención? Vamos a descubrirlo juntos.

La experiencia de Ada Colau en Palestina

Recientemente, Ada Colau, la exalcaldesa de Barcelona, participó en una delegación internacional que fue a Palestina a realizar una observación de la situación. Es fácil caer en la rutina de leer sobre temas lejanos en las noticias, pero Colau nos trae un relato directo desde el terreno. «La humanidad está en peligro cada día en Palestina», dijo en una reciente comparecencia en Ramallah. Puedo imaginar a Colau, con su porte firme y su convicción palpable, hablando ante un grupo, mientras la energía del lugar le envuelve. Yo, después de un día estresante en la oficina, no puedo más que admirar su valentía.

Colau no solo fue a mirar; experimentó en carne propia el caos que a menudo solo vemos en los noticieros. La delegación fue atacada con gases lacrimógenos por soldados israelíes. Lo que probablemente le pareció un acto educado de unos «caballeros» que deseaban jugar y compartir sus «herramientas de trabajo» con un grupo de pacíficos activistas. Como si uno saliera a la calle a andar en bicicleta y se le tirara de un camión una manguera de agua, pero con gases irrespirables. ¡Esto no suena a una experiencia común de vacaciones!

Colau, con su franqueza característica, admitió que «la situación es mucho peor de lo que teníamos conocimiento». Y esa es una afirmación que debería resonar en nuestra consciencia colectiva. Nos hace cuestionarnos: ¿realmente entendemos lo que está ocurriendo allí?

La voz de Jaume Asens: un eco de realidad

Por otro lado, el eurodiputado Jaume Asens también ha sido una presencia constante, añadiendo su voz a esta lucha por los derechos humanos. Recientemente, Asens criticó el «doble rasero» de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos respecto a Israel: “Lo que vale para Rusia debería valer para Israel, lo que vale para la población ucraniana debería valer para la palestina”. Aplaudo su valentía; necesitan tener pelotas para decir las cosas como son hoy en día.

Cometí un error hace poco al pensar que lo que sucede en el mundo a veces no se siente como algo tan cercano. Pero la realidad es que estamos todos conectados. Lo que sucede en Palestina, como dijo Asens, debe ser un reflejo de lo que queremos como sociedad. Quizás deberíamos preguntarnos: ¿estamos siendo cómplices del silencio?

Exigiendo acciones concretas

Colau no se quedó allí. Ella exigió un embargo de armas total, sanciones económicas a Israel y la suspensión de relaciones con un estado que, según ella, “está violando la legalidad internacional y los derechos humanos”. Y se les olvida, claro, que algunas de estas relaciones son como esa amistad tóxica que todos conocemos, pero que preferimos mantener ¡porque claro, ¡quién quiere la incomodidad de “bloquear” a alguien!

«Se puede hacer mucho más», afirmó Colau al hablar del Gobierno español. Puede que haya hecho mucho, pero hoy en día, ¿quién puede decir que es suficiente? Es hora de sacar la espada de riesgo y defender los derechos humanos en todos los frentes. Quizás es solo mi visceral sentido de la justicia hablando, pero algo dentro de mí grita que tenemos que ser mejores.

La conexión entre Gaza y el mundo occidental

Un reciente ataque israelí resultó en la muerte de al menos 93 palestinos en el norte de Gaza. Mientras observamos las cifras, es fácil perder la noción de que cada uno de esos números representa una vida, una historia, un futuro truncado. ¡Esto debería ser un escándalo a escala global! Sin embargo, el silencio es ensordecedor.

Colau y Asens están en el campo, viendo la devastación de primera mano y preguntándose por qué el mundo parece cerrarse a estas realidades. ¿Nos hemos convertido en espectadores pasivos en un juego que todos queremos evitar? ¿De verdad queremos seguir ignorando la vida de un grupo de personas que simplemente desean vivir en paz?

La impunidad en el sistema internacional

Colau describió la «impunidad» que sienten muchos palestinos debido a la falta de acción internacional. Una vez más, el sentido de justicia asoma como el niño que quiere algo en un estante muy alto: «¡Papi! ¡Alto! ¿No ves lo que está pasando aquí?». La pregunta es, ¿por qué la UE y la comunidad internacional son tan lentas para actuar? ¿Es miedo, indolencia o una combinación de ambos?

La exalcaldesa mencionó que estos mismos problemas que se argumentan para no actuar frente a Israel estaban presentes en el conflicto actual con Rusia y Ucrania. ¿Por qué con un caso hay sanciones y con otro no? Ah, las contradicciones del mundo moderno me dan una calentura extraña.

Reflexiones sobre la diplomacia moderna

A medida que navegamos por el laberinto de la diplomacia internacional, debemos preguntarnos: ¿somos realmente amigos de aquellos que nos rodean? ¿Estamos en condiciones de intervenir cuando se trata de defender los derechos humanos, o tenemos un interés oculto en mantener relaciones con aquellos que son claramente problemáticos?

Las palabras de Colau y Asens deberían resonar en nuestra mente mientras decidimos a qué lado de la historia queremos estar. Cada uno de nosotros tiene un papel que jugar, desde los líderes hasta los ciudadanos comunes como tú y yo. Es un momento crucial para reflexionar no solo sobre nuestra posición, sino sobre lo que realmente significa vivir en un mundo con sentido de responsabilidad.

Conclusion: es tiempo de acción

Como bloguero y observador de la actualidad, me encuentro inquieto ante la naturaleza de estos acontecimientos. Al final del día, lo que sea que estemos haciendo en nuestras vidas cotidianas tiene el potencial de afectar a un número infinito de personas en todo el mundo. La respuesta correcta no siempre es clara, pero el hecho de que personas como Colau y Asens están dispuestas a ir a donde el dolor es palpable nos debe inspirar.

En tiempos de crisis, es fácil caer en la aprehensión. Sin embargo, quizás la clave esté en empoderarnos con información y acciones. La lucha por los derechos humanos no es solo tarea de políticos o activistas; es un desafío que nos involucra a todos. Si vives en paz, el resto del mundo debería tener la oportunidad de hacer lo mismo. Y si eso no te mueve a la acción, quizás deberías revisar tus prioridades. La paciencia es una virtud, pero hay momentos en los que permanecer callado es un crimen en sí mismo.

Recuerda, el cambio comienza con un pequeño paso, y a veces, solo se necesita una voz como la de Ada Colau o Jaume Asens para hacer eco en un mar de silencio. Y tú, ¿qué harás al respecto? Es tu momento de brillar, en caso de que te quede duda.