En la crianza, hay muchas teorías que nos han llegado a través de los años: algunas son ciertas, otras no tanto, y algunas simplemente te hacen cuestionar la razón. Uno de los mitos más persistentes que he escuchado (y reconozco que también he creído en él) es que los bebés se constipan porque andan descalzos. ¡Como si los virus hicieran una fila en la puerta de la casa esperando su turno para entrar por los pies! Pero aquí va la verdad: según Pepe Serrano, secretario general de la Sociedad Catalana de Pediatría, “los menores se constipan cuando tienen contacto con un virus y se contagian.” ¡Así de simple!
Entonces, si el frío no es responsable del resfriado, ¿por qué seguimos tapando los pies de nuestros pequeños con calcetines y zapatos? Entremos en este fascinante tema, y quizás al final de este artículo, tus dudas (y miedos) sobre los pies al aire te desaparezcan como un resfriado en verano.
La crianza descalza: ¿es realmente tan beneficiosa?
Hay un estudio en particular que ha llamado mi atención: “Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes”, de Isabel Gentil García, doctora en la Universidad Complutense de Madrid. Primero que nada, no puedo evitar preguntarme: ¿quién no quiere que su hijo sea un genio? Y si la respuesta es dejarlo andar descalzo, ¡bueno, eso suena bastante bien!
Las sorpresas del desarrollo sensorial
El estudio menciona que cuando los bebés manipulan sus pies con las manos o incluso los llevan a la boca (sí, ese gesto tan habitual), están contribuyendo a su desarrollo cognitivo. Los pies no solo son para caminar; son una fuente inagotable de nuevas experiencias sensoriales. Así que la próxima vez que veas a tu bebé intentar comerse el pie, en lugar de gritar y decirle que no lo haga (como solía hacer), podrías pensarlo dos veces. Es simplemente su forma de aprender sobre el mundo.
La neuropediatra Itxaso Marti Carrera agrega que “los bebés aprenden principalmente a través de la exploración”. Esto me recuerda cuando observé a mi sobrina de 1 año intentar poner su pie en la boca de su perro. Obviamente, no era una buena idea desde el punto de vista de la higiene, pero lo que realmente estaba haciendo era explorar. ¡La curiosidad puede ser bastante traviesa!
La importancia del contacto con el suelo para el desarrollo del pie
Según los especialistas, tener los pies descalzos en diversas superficies beneficia enormemente a los pequeños. La planta del pie está llena de terminaciones nerviosas. Este cálido y sensible fondo de los pies actúa como un «mapa» que ayuda a los niños a entender su espacio y moverse con más precisión.
Distribuir el peso en diferentes texturas y estimular los músculos del pie es esencial. Como dice Pepe Serrano, “los problemas llegan cuando se limita la movilidad de los pies”, ya que eso impide que los músculos se fortalezcan adecuadamente. Es aquí donde se plantea una pregunta interesante: ¿por qué seguir comprando zapatos que causan daño si la naturaleza tiene su propio diseño?
Combatir el mito de los zapatos rígidos
A menudo escuchamos que los zapatos rígidos son la mejor opción para los pequeños que comienzan a caminar. Solo imagina a tu bebé dando sus primeros pasos con un par de botas pesadas que parecen sacadas de una película de terror. La realidad es que, como señala Itxaso Marti Carrera, calzado tan restrictivo puede provocar que los músculos se atrofien o deformen el pie. ¡Una verdadera pesadilla!
Hay que considerar que hasta que los pequeños no caminen bien y no salgan a la calle, no deberían ser obligados a llevar zapatos. Como padres, es probable que hayamos llorado un par de veces por no encontrar la combinación perfecta entre comodidad y estilo, pero cuando se trata de los pies de nuestros hijos, la comodidad debería ser la única prioridad.
Consejos prácticos de padres para mantener los pies de los niños descalzos
Los expertos sugieren que los calcetines antideslizantes son una opción conveniente para aquellos días fríos. Pero digamos la verdad, ¿quién no ha tenido un par de esos en la lavadora en un estado inservible? Por lo tanto, déjalos explorar, siempre y cuando el entorno sea seguro. La arena de la playa, el césped fresco del jardín o el baño suave y lujoso también cuentan.
Contexto cultural y educativo
En ciertos entornos educativos, nuestros pequeños se comportan mejor y obtienen mejores calificaciones cuando están descalzos. Me recuerda a la vez que nos llevaron de excursión a un campo de deportes, y uno de los amigos se olvidó sus zapatos. Inicialmente se sintió mal, pero después de correr descalzo por la hierba, terminó diciendo que nunca se sintió tan libre. Quizás eso sirva de lección sobre cómo mantener a nuestros pequeños felices: ¡descalzos y llenos de energía!
Entonces, ¿será que los zapatos son en realidad el enemigo número uno de la concentración en la vida escolar? La evidencia es escasa, pero experiencias como la de Stephen Heppell, un experto en innovación educativa, sugieren que menos calzado puede llevar a un mejor comportamiento y un aprendizaje mejorado.
Aumentando la inteligencia a través de la exploración
No puedo dejar de reflexionar sobre la idea de que dejar a los niños andar descalzos puede incluso mejorar su inteligencia. Claro, esto no significa que el descalzarse automáticamente los convertirá en genios. Pero el proceso de moverse y explorar el mundo sin restricciones también se traduce en una mente activa y curiosa.
En la práctica, podrías hacer algo tan sencillo como tener días de “pies libres” en casa. Aunque no dejaré de mencionar que, si tienes gatos, como es mi caso, te sugiero tener cuidado. ¡Los gatos saben cómo jugar y pueden distraer a un niño en cuestión de segundos!
Reflexiones finales: abrazando la naturaleza descalza
Cuando se trata de la crianza de los niños, hay tantas decisiones que tomar que pueden parecer abrumadoras. Cada día, un nuevo consejo o idea puede aparecer en la vida de los padres. Y entre tantas dudas y miedos, lo importante es recordar lo que dicen los expertos. Permitir que nuestros pequeños exploren el mundo a través de sus pies descalzos podría ser una de las mejores decisiones que tomamos.
En resumen: dejar a nuestros pequeños descalzos puede ayudar a que su desarrollo físico y cognitivo se potencie. Claro, siempre tomando en cuenta un entorno seguro, y muy probablemente se convertirá en una anécdota que contar cuando sean mayores. Además, no solo aprenderán a caminar mejor, sino que también explorar cómo es sentir la hierba, la arena o simplemente el suelo fresco bajo sus pies.
Así, la próxima vez que veas a tu pequeño chapoteando en el agua, recuerda lo que realmente significa. Bien se dice: “Deja que los niños sean niños», y quizás también descalzos.
Ahora, ¿quién se atreve a empezar esta aventura en el arte de andar descalzo?