La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido un pilar fundamental en la gestión de crisis sanitarias en todo el mundo. Sin embargo, los recientes movimientos políticos en Estados Unidos, especialmente con un posible regreso de Trump a la Casa Blanca, han dejado a muchos preguntándose: ¿qué pasaría si Estados Unidos decide abandonar la OMS? En este artículo, profundizaremos en las repercusiones de una posible retirada, la importancia de la financiación de la OMS, y el impacto que tendrá en la salud global. Así que agárrate fuerte, porque esto se va a poner interesante.

Un vistazo a la historia reciente: ¿cómo llegamos aquí?

Hace unos años, Donald Trump tomó la decisión de retirar a Estados Unidos de la OMS en un momento de crisis global. Recuerdo aquella época como si fuese ayer —el pánico en las calles, el papel higiénico desaparecido de los estantes—. Ahora, con Biden en el cargo, pensé que habíamos pasado la tormenta, pero la realidad es que la salud pública se asoma una vez más al abismo. El proceso de retirada dura un año, lo que significa que Biden tuvo tiempo suficiente para reversar la decisión, pero ahora Trump podría volver a la carga.

Así que, imagínate esto: estás en una conversación con tus amigos sobre el último videojuego de moda y, de repente, uno de ellos decide que no le gusta y se va. Eso, en términos geopolíticos, es parecido a lo que podría suceder con la OMS si Trump regresa. Los problemas deben solucionarse, no huirse de ellos, ¿no crees?

La OMS y su financiación crucial: el papel de Estados Unidos

Estados Unidos es, sin duda, el principal donante de la OMS. Si echas un vistazo a sus estadísticas, verás que contribuye más que cualquier otro país del mundo. Pensemos en eso un momento. Imagínate que eres el que siempre paga las cervezas en la reunión de trabajo, y de repente decides dejar de hacerlo. ¿Qué pasaría con la comida de la fiesta? La mayoría quedaría desabastecida.

Según África González-Fernández, catedrática de Inmunología, sin el presupuesto estadounidense en juego, programas vitales de salud y vacunación están en riesgo. ¿Te imaginas perder avances en la lucha contra el VIH, la malaria y la tuberculosis? Sería como olvidarse de cargar tu teléfono antes de un viaje largo. “¡Oh, vaya! Se me olvidó, ahora no puedo comunicarme con nadie!”. La salud de las poblaciones vulnerables no puede subestimarse, y la OMS es la clave.

La interpretación del escenario actual: Europa y China como nuevos protagonistas

Interesantemente, Europa ya ha manifestado su intención de aumentar su contribución a la OMS, pero ¿sería suficiente? ¡Eso es como intentar llenar una piscina con un cubo de agua! Mientras tanto, China ha comenzado a marcar territorio, ofreciendo su apoyo a la OMS. “¡Mira qué bien se lleva!”, podría recordar a esas amistades donde una persona suplantó a otra en el grupo de WhatsApp. ¿Estás comenzando a sentir que el equilibrio de poder en el mundo está cambiando?

¿Y qué pasa con la comunidad internacional? La cesión de influencia de Estados Unidos podría dar paso a una OMS más alineada con las prioridades chinas. Con el director general electo por la Asamblea Mundial de la Salud, la falta de presión estadounidense podría resultar en cambios preocupantes en la política global de salud.

La pérdida de conexión y la salud pública

Ahora, no solo estamos hablando de dinero. También de relaciones. La desvinculación de Estados Unidos de la OMS podría significar la ruptura de conexiones con organismos científicos tan vitales como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la FDA. Es como si un equipo de fútbol de estrellas decidiera que ya no quiere entrenar con su club: se perderían valiosas estrategias y conocimiento.

Por otro lado, hay un impacto personal que no podemos ignorar. La salud de los propios estadounidenses también está en juego. La falta de acceso a servicios de prevención de enfermedades y vacunas no solo tiene repercusiones globales, sino que también pone a cada ciudadano en riesgo. ¿No es un poco aterrador pensarlo así?

La controversia política: ¿qué papel puede jugar el Congreso?

Al parecer, hay margen para que el Congreso intervenga si se da el caso de que Trump decidiera retirar a Estados Unidos de la OMS. Aquí es donde la dinámica política se vuelve aún más intrigante. Si bien la retirada puede parecer una decisión presidencial unilocal, el Congreso tiene la palabra. Con una escasa mayoría de republicanos, es posible que solo se necesiten unos pocos disidentes para bloquear la medida. ¡Qué irónico! Aquellos que sostienen la bandera de la autonomía pueden, paradójicamente, ser los que contribuyan a la interacción global.

Lo que está en juego: una predicción aterradora

La predicción no es alentadora. La OMS, una organización ya cuestionada por múltiples críticos, podría convertirse en un organismo aún más vulnerado y desprovisto de recursos. “Las enfermedades controladas podrían regresar con fuerza”, como comenta Zurriaga. Visualiza una escena de una película de terror donde el monstruo vuelve a la vida, pero la gran mayoría de los que luchamos contra él en la primera parte no tenemos las armas necesarias.

Una reflexión final: la salud como prioridad global

Es un momento crucial y, honestamente, bastante alarmante. Según los expertos, si Estados Unidos se retira de la OMS, la salud global podría declinar, especialmente en países vulnerables que dependen completamente de la organización. Pero, aquí está el kit de la cuestión: el mundo no puede permitirse retroceder en términos de salud pública. El hecho de que muchas enfermedades no respetan fronteras significa que, si algo nos enseña la pandemia de COVID-19, es que la cooperación internacional es más necesaria que nunca.

Imagínate, ¿seremos capaces de unirnos y superar esta crisis, o nos quedaremos sentados, sin reaccionar, esperando a que alguien más tome la delantera? Solo el tiempo lo dirá. Pero, lo que sí podemos hacer es abogar por una sanidad global inclusiva, que no dependa de la buena voluntad política de unos pocos.

Al final del día, la salud es un tema que debería estar más allá de agendas políticas. Después de todo, todos respiramos, y eso solo tiene un camino por donde venir. La pregunta es: ¿estamos listos para afrontar lo que viene?