¿Alguna vez has sentido que estás tratando de llevar una vida saludable, pero sin éxito? Te levantas, te pones esas zapatillas de correr que quedaron “en la lista de espera” durante meses, decides comer un plato de pasta, porque es un clásico en tu dieta mediterránea y, por supuesto, es ligero, ¿verdad? Pero, ¿y si te dijera que puedes estar engordando sin saberlo solo por un sencillísimo error al cocinarla? Si te quedas aquí, probablemente no solo te irás con la boca hecha agua (por supuesto, al pensar en la pasta) sino con un par de trucos que te harán disfrutar de tu comida sin remordimientos. ¡Vamos a ello!

La pasta: un pilar de la dieta mediterránea

Antes de entrar al meollo del asunto, hablemos un poco de la pasta. Para muchos de nosotros, este alimento es la base de muchas comidas, desde un día de semana rápido hasta una cena con amigos. ¿No tienes una historia graciosa sobre ese momento en que te quedaste sin ingredientes y tu única opción era hacer pasta con lo que había en el refrigerador? ¡Lo sé! Es un desastre que nos ha pasado a todos una vez.

La pasta es tan versátil que puedes disfrutarla en ensaladas, salsas o incluso como base de un platillo más elaborado. Pero lo más importante, tiene la fama de ser un alimento saludable ideal si estás pensando en bajar de peso. Hasta que escuchas a ese entrenador personal, Tom Hull, en TikTok, dándote un pequeño sermón sobre porciones… algo que puede hacer que te replantees toda tu estrategia alimenticia.

El sorprendente hallazgo de Tom Hull

Tom Hull, un entrenador personal que se ha hecho un nombre en las redes sociales, ha revelado que, si no prestas atención a las porciones de pasta, puedes estar agregando calorías de más a tu dieta sin ni siquiera darte cuenta. En un video sincero y educativo, habla sobre un desliz que muchos de nosotros cometemos contínuamente.

Primero, aclara que, al leer el empaque de pasta, las porciones indicadas se refieren generalmente a la pasta seca. ¿Alguno de ustedes ha hecho caso omiso a esa parte y ha pensado que puede comer el doble porque «solo es pasta»? Bueno, yo he estado allí.

Tom señala que 75 gramos de pasta seca se transforman en aproximadamente 180 gramos de pasta cocida. ¡Así que ya sabemos que algo no cuadra! Pero, ¿cuántos de nosotros realmente nos fijamos en esta diferencia? Personalmente, solía pensar que solo se trataba de meterla en agua hirviendo; nunca presté atención a cómo esa pequeña cantidad de pasta se convertía en una montaña de carbohidratos. Tal vez por eso solía sentirme como un globo después de la cena…

Las calorías: el monstruo oculto en la cocina

Aquí es donde entran las calorías. La etiqueta en tu paquete de pasta indica que esos 180 gramos de pasta cocida aportan alrededor de 286 calorías. ¡Perfecto! Lo que no nos dice, es que si cocinas 180 gramos de pasta seca, eso equivale a más de 600 calorías después de haber absorbido agua durante la cocción.

¿No te parece que el agua juega un papel muy traicionero? Admiro a quienes siempre son conscientes de las porciones, pero muchos de nosotros estamos más ocupados disfrutando de la comida que contando calorías. Lo sé, quizás te estés preguntando: «¿Es realmente necesario ser tan meticuloso al cocinarlas?». La respuesta es un rotundo sí, si realmente deseas mantener esos kilos a raya.

¿Cómo medir porciones de manera efectiva?

Aquí es donde te voy a dar algunos consejos prácticos para que no caigas nuevamente en la trampa de las porciones descontroladas:

  1. Usa una balanza de cocina: Sí, te puede hacer sentir como un chef profesional. Si no tienes una, anímate a comprarla. Un pequeño gasto puede ahorrarte muchas calorías.

  2. Mide en seco: Cuando cocines, asegúrate de medir siempre la pasta seca, no la cocida. Así podrás tener un control efectivo sobre tus porciones.

  3. Fíjate en las etiquetas: No solo en la parte que dice cuántas calorías, sino en las medidas. Esto te permitirá comprender exactamente cuánto estás comiendo.

  4. Visualiza las porciones: Si no quieres usar una balanza, eso está bien. Simplemente ten en mente que una porción (75 g de pasta) es aproximadamente el tamaño de un puñado.

  5. Experimenta con recetas: Si algo no sabe bien en pequeñas porciones, experimenta con salsas livianas o ingredientes adicionales como verduras. ¡Siempre hay formas divertidas (y deliciosas) de jugar con los sabores!

Alternativas saludables a la pasta

Cada vez más personas están buscando alternativas a la pasta tradicional, ya sea por dietas especiales o simplemente para variar un poco. Esto se ha hecho aún más popular con el auge de aplicaciones como MyFitnessPal que facilitan el seguimiento de lo que comes. Alguna vez probé la pasta de espaguetis de calabacín y, aunque no reemplaza a la tradicional, es un excelente complemento para tus platos.

Otra opción que he visto mucho últimamente son las pastas de legumbres. No solo son más ricas en proteínas, sino que pueden hacer que cualquier platillo resalte con un nuevo sabor. ¿Quién dice que no puedes divertirte en la cocina y aún ser saludable?

Conclusión: ponte manos a la obra

En este punto, ya tienes suficiente información para convertirte en un maestro de la pasta en tu cocina. No te sientas mal si alguna vez has comido sin mirar las proporciones; todos estamos en este emocionante viaje de automejoramiento. La próxima vez que te encuentres cocinando un delicioso plato de pasta, recuerda las palabras de Tom Hull y asegúrate de leer bien las etiquetas más allá de las calorías.

Ahora que conoces los secretos de controlar las porciones, puedes disfrutar de esos reconfortantes platos de pasta, acompañados de un toque de salsa (bajo en grasa) y algunas verduras. No solo tus papilas gustativas te lo agradecerán, sino también tu cintura.

Así que, amigos y amigas, la próxima vez que se avecine una noche de pasta, prepárense para decirle adiós a las calorías ocultas. ¡Hasta la próxima receta y que el buen comer esté siempre de tu lado!