Ah, la pubertad. Ese maravilloso periodo de confusión, hormonas descontroladas y, por supuesto, una nueva apreciación por todo lo que brilla. ¿Puede alguien recordar el primer momento en que se sintió atraído por el maquillaje? Quizás estaba en el armario de su madre, buscando un brillante lápiz de labios que parecía tener un brillo distinto a cualquier cosa en el mundo. O tal vez fue ese maletín de la Señorita Pepis que se veía tan tentador. Sin embargo, en medio del fervor por el arte del maquillaje, cada vez más padres se encuentran en un dilema monumental: ¿Deberíamos dejar que nuestros hijos se adentren en el mundo de la cosmética?

La historia del maletín de la Señorita Pepis: un ícono de la infancia

El maletín de la Señorita Pepis no es solo un juguete; es un símbolo cultural que ha perdurado desde los años 50. Recuerdo que, cuando era niño, todos en la escuela hablaban sobre él. «¿Tienes uno?», «¿qué colores vienen en tu kit?» Ah, las rivalidades de la infancia. Si un maletín de la Señorita Pepis no estaba en tu árbol de Navidad, ¿habías realmente tenido una infancia? Sin duda, ese set repleto de sombras de colores y un busto para practicar el maquillaje fue el sueño de muchas.

La maquilladora Marta Arce también comparte su historia. Para ella, la locura de querer ese kit de maquillaje en Navidad fue un rito de paso. Pero, ¿significa eso que nuestros hijos deben embarcarse en el mismo viaje a una corta edad?

El maquillaje y la identidad: exploración o obsesión

Desde una perspectiva psicológica, el uso del maquillaje puede ser un método saludable de exploración y autoconocimiento. La psicóloga clínica Luz Cózar menciona que la adolescencia es esa hermosa etapa de prueba y error, donde uno busca su propia identidad. De hecho, la imitación de figuras de referencia durante esta etapa puede ser un elemento crítico en el desarrollo personal. Pero, ¿por qué mezclamos esta exploración con tanta presión social?

TikTok, YouTube e Instagram han transformado la manera en que los adolescentes ven el maquillaje. En vez de ser una forma de expresión artística, se convierte en un estándar de éxito y pertenencia. ¿Alguna vez has sentido que necesitas un brillo de labios porque lo lleva tu influencer favorita? No estás solo. La mayoría de los adolescentes han sentido la misma presión.

Sin embargo, es esencial recordar que el maquillaje debería ser una herramienta de autocuidado y creatividad, no un deber. Así lo afirma Clara Pi, directora de comunicación de Stanpa, enfatizando que es vital fomentar una relación positiva con el maquillaje desde una edad temprana.

¿Cuándo es el momento adecuado para empezar a usar maquillaje?

Esa es la pregunta del millón: ¿cuándo es el momento adecuado para que los adolescentes comiencen a usar cosmética? Algunos padres sostienen que 12 años es un buen punto de partida. Pero, a medida que se sumergen en el mundo del maquillaje, pueden surgir complicaciones.

La dermatóloga Inés Escandell advierte que hay que tener cuidado con la elección de productos. Al utilizar cosmética no formulada para jóvenes, pueden aparecer problemas como irritaciones o alergias. ¿A alguien le suena la frase «no todo lo que brilla es oro»? En este contexto, eso es muy cierto.

Podemos pensar en el maquillaje como un juego. Desde labiales hidratantes hasta sombras de colores suaves, todo parece divertido. Pero, atención, no se puede olvidar que la piel adolescente es diferente y puede requerir cuidados específicos. La clave está en educar y acompañar en lugar de simplemente prohibir.

La presión social y sus efectos en la autoestima

Vivimos en un mundo que constantemente refuerza estereotipos de belleza poco realistas. Desde la televisión hasta las redes sociales, la idea de que la belleza se traduce en éxito está profundamente arraigada. Estefanía Hita, docente del Máster Universitario en Tecnologías de la Información y la Comunicación Aplicadas a Educación de la Universidad Internacional de Valencia, destaca lo omnipresente que se ha vuelto esta presión.

Es importante que los padres y educadores refuercen mensajes positivos y ayuden a desarrollar una autoestima que no dependa exclusivamente de la apariencia. La autoestima no debería venir con un maquillaje perfecto o una piel sin imperfecciones. Debería basarse en quiénes somos dentro, no en cómo lucimos fuera.

Hablemos de cuidado de la piel: más que solo maquillaje

A medida que los adolescentes se adentran en el mundo del maquillaje, la conversación también se desplaza hacia el cuidado de la piel. Un estudio de 2024 de Kantar reveló que los adolescentes son cada vez más propensos a incorporar productos como sérums y cremas hidratantes a su rutina. Pero, ¿realmente necesitan productos antiedad a esta edad?

La dermatóloga Escandell afirma que no es necesario. A partir de los 12 años, el enfoque debe ser en la protección solar y la hidratación básica. Un limpiador facial suave y una buena crema hidratante pueden ser los mejores aliados en esta aventura de la pubertad.

Educando sin prohibir: el camino hacia una relación saludable con el maquillaje

Como alguien que robaba el lápiz de ojos de mi madre a escondidas, entiendo el deseo de explorar el mundo del maquillaje. A menudo, intentamos frustrar la curiosidad natural de los niños. Luz Cózar menciona que es esencial proporcionar información y contexto. No se trata de prohibir, sino de educar y dialogar.

Los padres deben estar ahí para guiar a sus hijos. La comunicación abierta y la educación emocional son fundamentales. Hacer que los adolescentes entiendan que no necesitan el maquillaje para ser valiosos es crucial. Después de todo, cada uno de nosotros tiene algo único que aportar, y no necesitamos un contorno perfecto para demostrarlo.

Conclusión: explorando la belleza desde la autenticidad

Al final del día, el maquillaje debe ser una herramienta de autoreflexión, expresión y individualidad. Más que seguir estándares impuestos por esta vorágine constante de imágenes perfectas, la belleza reside en la autenticidad. La exigencia de ser superficialmente «perfectos» puede parecer abrumadora, pero, si acompañamos con amor y educación, podemos ayudar a las nuevas generaciones a navegar estos tumultuosos mares de la adolescencia.

Así que, si Papá Noel se encuentra en una disyuntiva frente a un maletín de la Señorita Pepis o un gloss brillante, lo más importante es que su decisión esté fundamentada en el amor y la comprensión. Y recuerda, el verdadero maquillaje reside en confiar en quién eres. ¿No es esa la verdadera belleza?