¿Alguna vez te has detenido a pensar qué dirías si tuvieras que mirar hacia atrás en tu vida y hacer un balance de todo lo que has vivido? No es fácil, ¿verdad? La vida está plagada de decisiones y a veces, la rutina nos arrastra, llevándonos a un punto en el que olvidas lo realmente importante. Si bien estos pensamientos pueden parecer sombríos, en realidad pueden ser una valiosa oportunidad para reflexionar sobre cómo podemos vivir la vida al máximo.

Recientemente, una conversación con un amigo que resultó ser un verdadero ‘maestro del arrepentimiento’ (sí, uno de esos amigos que constantemente recuerda sus ‘errores’ pasados) me llevó a descubrir algunas ideas sorprendentes sobre las preocupaciones y los arrepentimientos que enfrentamos al final de la vida. Y la cosa se pone aún más interesante cuando un experto como el psiquiatra Enrique Rojas nos ofrece una lista de los cinco arrepentimientos más habituales de las personas que están en la etapa final de sus vidas. Pero no te preocupes, aquí no voy a ser la voz de la desesperación; más bien, quiero que tomes un sorbo de tu café (o lo que sea que estés bebiendo) y me acompañes en esta exploración sobre cómo evitar caer en estos errores comunes.

La vida no se trata de trabajar, sino de vivir

«Haber trabajado mucho»

Este es el arrepentimiento número uno, y no es sorpresa. Creo que todos conocemos a alguien que vive y respira su trabajo (más de uno podría estar leyendo esto en su pausa para el almuerzo, ¿verdad?). Enrique Rojas nos recuerda que, al final, muchas personas lamentan haber dedicado tanto tiempo a su trabajo y no a disfrutar de la vida. Estoy segura de que todos hemos estado allí, atrapados en un ciclo interminable de correos electrónicos, reuniones y proyectos de última hora.

Conversando con una amiga que trabaja en un banco de inversión (bajo su propio yugo, dicho sea de paso), me contaba que en ocasiones siente que su vida se ha convertido en un eterno maratón de trabajo. Cuando se detiene a reflexionar, se da cuenta de que ha dejado de lado momentos con su familia y amistades. Para ella, los mejores recuerdos son los que pasó riendo con sus seres queridos, no los que estuvo atrapada en un cubículo.

Entonces, te pregunto: ¿Cuál es el momento más memorable que has compartido con alguien? ¿Fue durante una reunión de trabajo o quizás en una cena familiar?

«Dar importancia a cosas que no la tienen»

El segundo arrepentimiento es bastante revelador. Muchas veces, nos enredamos en pequeñas frustraciones y problemas cotidianos que no son tan relevantes. Mientras que hay que vivir la vida con responsabilidad, hay que preguntarse: ¿realmente es necesario estresarse por ese pequeño desliz en la presentación?

Recuerdo una vez que me pasé toda una tarde preocupada por un pequeño error ortográfico en un informe. Al final, nadie se percató del mismo, pero durante horas preocupé a mis amigos sobre cómo me vería en la reunión, como si se tratara de una crisis mundial. En retrospectiva, estaba desperdiciando tiempo y energía en algo trivial.

En cambio, las pequeñas imperfecciones son parte de la vida. Al mirar atrás, ¿no vale más recordar las risas compartidas y los momentos espontáneos que los errores en un email?

La vida está hecha para disfrutar

«No haber disfrutado lo suficiente de la vida»

Este triste arrepentimiento me toca particularmente duro. A menudo escuchamos historias de personas que, al llegar a una etapa avanzada de la vida, lamentan no haber tomado esa travesía que tanto deseaban. Desde una aventura por Sudamérica hasta simplemente aprender a cocinar ese plato que siempre quisieron.

La vida, tanto en su lado bueno como en su lado malo, está llena de experiencias. Y a veces, nos olvidamos de que la felicidad está justo ahí, esperando ser disfrutada. Empresas como Airbnb han facilitado que cada uno de nosotros explore el mundo, pero aquí está la pregunta: ¿realmente hemos aprovechado esas oportunidades o hemos decidido quedarnos en casa viendo series de Netflix?

Tengo un amigo que, en su cumpleaños número 30, decidió hacer un viaje espontáneo a una isla lejana. Ha dicho que fue una de las mejores decisiones de su vida, porque le enseñó a vivir el presente. Cuando miro sus fotos de ese viaje, veo algo más que diversión; veo a alguien que se dejó llevar por la vida, y de eso se trata, ¿no?

«No ser uno mismo»

Este punto hace eco en muchos de nosotros. A veces, nos dejamos llevar tanto por lo que otros esperan de nosotros, que olvidamos quiénes somos realmente. Enrique Rojas menciona que hay personas que, al final de sus vidas, se arrepienten de no haber hecho lo que realmente querían y en vez de eso, llevaron una vida diseñada por las expectativas ajenas.

En mis años de vida he tenido la fortuna de conocer a personas increíbles que me han enseñado sobre autenticidad. Recuerdo a una profesora que siempre decía: «no vivas la vida de alguien más. Haz tu propia película, ¡y que sea una buena!» En la búsqueda de complacer a los demás, a menudo perdemos nuestra propia voz.

Así que, cuando miras hacia atrás, ¿qué tipo de película has estado haciendo? ¿Es un drama repleto de expectativas ajenas o una comedia alegre donde tú eliges cada risotada?

Las preguntas sin respuesta

Aquí llega el quinto arrepentimiento. Muchas personas lamentan no haber encontrado respuestas a las grandes preguntas de la vida. Enrique Rojas señala que este arrepentimiento está relacionado con conocer el sentido de la vida y el propósito personal. Y si bien nadie tiene la respuesta correcta, es crucial que nos tomemos el tiempo para explorar esas preguntas.

Recientemente, asistí a un taller de autoayuda donde se nos pedía escribir nuestras preguntas más profundas. Fue liberador y aterrador al mismo tiempo. Por alguna extraña razón, descubrí que muchas de mis preguntas eran similares a las que mis amigos estaban explorando. Esto me hizo darme cuenta de que no estamos solos en nuestra búsqueda de sentido.

¿Acaso alguna vez te has preguntado qué pasaría si dejaras de posponer esas preguntas? Tal vez sea momento de redactar tus propias reflexiones, ¡y compartirlas con alguien!

El poder de las relaciones

Finalmente, y saliéndonos un poco del camino melancólico, hablemos de lo que realmente importa: nuestras relaciones. La Universidad de Harvard ha demostrado que las relaciones son clave para la felicidad y la longevidad. Contar con alguien en quien confiar es vital para nuestro bienestar.

El psiquiatra Robert Waldinger menciona que aquellas personas que llevan una vida social activa tienden a vivir más tiempo y mejor. En mi propia experiencia, puedo asegurar que no existe mejor medicina que una buena conversación con un amigo, una risa compartida repentina, o una copa de vino entre risas y anécdotas. Esas son las cosas que realmente marcan la diferencia. Cada vez que siento que el mundo se vuelve abrumador, busco a un amigo y, a menudo, todo parece más ligero.

Reflexionando sobre nuestros arrepentimientos

No quiero cerrar este artículo con un tono sombrío. Más bien, espero que estas reflexiones te inspiren a vivir de manera más consciente y presente. Todos estamos en este viaje llamado vida, y lo cierto es que hoy es un buen día para empezar a hacer cambios. Hablar con las personas que amas, dejar a un lado tus preocupaciones insignificantes y hacerlo todo con un poco más de alegría.

La vida está en tus manos. Así que, ¿por qué no dedicar hoy algo de tiempo a ti mismo y a tus relaciones más importantes? Así será más fácil dejar esos arrepentimientos para otro lugar.

Recuerda: No dejes que el arrepentimiento se apodere de ti. No importa cuán ocupada esté tu vida, siempre hay tiempo para vivir, reír y, sobre todo, ser tú mismo.