La justicia, como todo buen drama, tiene giros inesperados y personajes que a veces parecen sacados de un guion de película. Y, hablando de dramas judiciales, no puedo evitar recordar la vez que, en una discusión acalorada durante una cena familiar, mi primo decidió hacer de su papel el de abogado defensor. No sé si fue más divertido o preocupante, pero al final, las acusaciones de uno sobre el otro llevaron a un fútbol improvisado en el patio. A veces creo que lo peor que podría pasarle a un sistema judicial es que se convierta en un circo, ¿estás de acuerdo?
Contexto de la decisión judicial
Este viernes, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma notificó una decisión que ha causado revuelo. Fue a través de un acuerdo adoptado por los magistrados Celso Rodríguez Padrón, Francisco José Goyena y Jesús María Santos. El centro del debate radica en la inadmisión de la querella presentada contra el juez Juan Carlos Peinado. Aquí es donde la trama toma un giro interesante, porque el juez no solo negó la razón al demandante, sino que además, lo hizo con una solidez que parece más allá del razonamiento común… algo así como intentar explicar por qué tu perro se comió la tarea.
Pero, ¿qué fue lo que detonó esta controversia? Para entenderlo, es crucial mencionar que la querella no sólo cuestionaba la actuación de Peinado, sino también el alegato de que este juez había actuado de manera prevaricadora. Y, aunque puede ser fácil caer en la tentación de pensar que un juez hace lo que quiere, la ley establece normativas bastante claras sobre cómo deben proceder.
La figura de Juan Carlos Peinado
En el centro de esta historia, peinado apela a la justicia con tal fuerza que me recuerda a esos personajes de películas de acción que, con una sonrisa confiada, se enfrentan al caos tras ellos. Su decisión de citar a Pedro Sánchez como testigo no estuvo exenta de polémica, pues la Abogacía del Estado insinuaba que se estaba llevando a cabo una investigación con fines espurios. El juez Peinado fue muy claro al recordarle a la querella que hay una diferencia entre ser presidente del Gobierno y ser el marido de la investigada. O sea, ser el esposo de alguien no te convierte automáticamente en un borde, ¡es como decir que ir al gimnasio te convierte en culturista!
Los magistrados coincidieron en que el hecho de negar la razón a una de las partes no se traduce automáticamente en un acto prevaricador. ¿Estás comenzando a ver el escenario? Porque me parece una receta perfecta para un culebrón jurídico.
Las responsabilidades de la Abogacía del Estado
Las acciones de la Abogacía, argumentando que la citación de Sánchez representaba un ataque a las instituciones, no son más que una especulación sin base probatoria. ¿Quién iba a pensar que el drama de una cita podría transformarse en un thriller judicial? Podría escribir un libro.
Lo que es más interesante aquí es que la Abogacía no proporcionó ninguna evidencias sobre cómo la citación infringía los derechos de la institución del Gobierno. Tal acusación sería como que yo te diga que no puedo salir a jugar al fútbol porque podría perder el mejor par de zapatos que tengo. En mi mente, el riesgo parece realmente bajo. ¿No lo crees?
La importancia del papel de los jueces en el sistema
Los magistrados también enfatizan que todos los poderes públicos están sometidos a la ley. Así que, alegar que la justicia no puede interrumpir las actividades gubernamentales es como decir que el verano no puede llegar porque está lloviendo. La realidad es que, aunque a veces clima y política no se llevan bien, ambas siguen su curso.
Además, se repasa la idea de que el Poder Judicial tiende a ser el regulador de los abusos de poder, asegurando que las leyes se apliquen de manera igualitaria. ¿No sería un mundo más sencillo si todos jugáramos con las mismas fichas en este juego? Cuando uno de los jugadores se siente amenazado por los otros, el juego pierde su esencia.
Reflexiones sobre la política y la justicia
La decisión de inadmitir la querella abre un debate importante. ¿Qué sucede cuando el sistema judicial parece interponerse en el camino del ejercicio del poder? La historia reciente ha demostrado que, en ocasiones, las decisiones judiciales pueden influir en el rumbo político de un país. Y no, no estamos hablando de un capítulo más de House of Cards, aunque a veces me parece que la realidad supera a la ficción.
Esta interacción entre la justicia y la política es delicada. Mucho se ha hablado sobre la independencia del Poder Judicial, y no es para menos. ¿Quién podría vivir en un país donde el sistema judicial está bajo el capricho del poder político? Es como vivir en una película de terror donde nunca sabes quién será el próximo en recibir el hacha.
La resolución del tribunal nos recuerda algo fundamental: la ley es la ley, y no importa cuán «importante» seas, todos estamos bajo sus principios. La pregunta que surge entonces es: ¿estamos dispuestos como sociedad a mantener ese equilibrio, o vamos a permitir que el ruido del poder nos ciegue?
Un desenlace común en el teatrillo judicial
Tal como se citó en esta resolución, la invitación de un presidente a testificar no debe considerarse un ataque. Si hay algo que hemos aprendido a lo largo del tiempo es que los laicos deben recordar que la justicia siempre tiene la última palabra. Y parece que, en esta obra, el telón se cierra con un guiño de la ley.
Revisando todo el escenario, me lleva a preguntarme: ¿qué pasará con todos estos actores en nuestra historia política? ¿Nos llevarán sus decisiones a un punto sin retorno o habrá un nuevo equilibrio en el horizonte? Al igual que en una buena serie, necesitaré un poco de tiempo y unos cuantos episodios (o años) para hacer mis conjeturas.
Reflexiones finales
Sin duda, este episodio es solo un capítulo de un libro que todavía está en proceso de escritura. Si bien la inadmisión de la querella puede parecer un cierre, también abre la puerta a preguntas más amplias sobre el estado de la justicia y la política en nuestro país. Y cuando lo hago, no puedo evitar recordar a mi primo, quien sigue defendiendo su posición con tanta pasión… aunque la cena familiar, lamentablemente, no se ha vuelto a repetir.
La relación entre la política y la justicia es un baile complicado, lleno de pasos que pueden usarse mal, y en el que todos queremos tener el control, pero al final del día, sólo hay que esperar que el ritmo natural del sistema judicial prevalezca. Así que, amigos, ¿quién está listo para la próxima temporada de este drama judicial? Espero que tengan listo su palomitas — porque no sabemos cuánto tiempo más durará esta serie.
Y así concluimos este artículo. Espero que hayas disfrutado explorando las complejidades de la interacción entre la justicia y la política, así como las decisiones que moldean nuestro sistema judicial. Como siempre, te invito a reflexionar sobre estos temas y a participar en la conversación sobre lo que significa vivir en un estado de derecho.