No hay mejor manera de empezar un artículo que lanzando un poco de contexto. Así que imagina esto: estás en una reunión familiar y, de repente, un primo lejano comienza a hablar de una relación complicada con su ex. Todos se quedan en silencio mientras escuchan una historia de amor que se ha vuelto amarga. Y en esos momentos incómodos, te das cuenta de que la relación de Francia con sus bases militares en África es un poco como esa historia de tu primo. Atractiva en sus inicios, pero con los años se ha vuelto tensa y, a menudo, conflictiva. Pero, ¿realmente necesitamos seguir con esa historia o es el momento de darle un cierre digno?

Una mirada retrospectiva: la historia militar francesa en áfrica

Las raíces de una relación complicada

Desde la época colonial, Francia ha tenido una presencia significativa en África. Esta presencia se ha visto caracterizada por una mezcla de cooperación militar y tensiones políticas. Durante décadas, las bases militares francesas en países como Chad, Senegal y Costa de Marfil han sido consideradas un pilar de la estrategia exterior de París. Al final, el objetivo era claro: sostener una influencia en una región rica en recursos y estratégicamente importante.

Sin embargo, los tiempos han cambiado y las viejas fórmulas de poder ya no funcionan como antes. ¿Quién puede culpar a los países africanos por querer ejercer un poco más de control sobre su propia soberanía? Si yo estuviera en su lugar, querría que me quitaran la mano de encima y me dejaran dirigir mi propio barco, aunque sea un bote de remos.

La intervención en mali: de héroe a villano

Hablando de panes y juegos, hay que mencionar la intervención de Francia en Mali en 2013. Al principio, la misión fue recibida como un acto heroico para evitar que los yihadistas desbordaran el país. Sin embargo, con el paso de los años, el brillo del heroísmo se fue desvaneciendo y, en cambio, comenzó a verse a Francia como el capitán de un barco de guerra que no logra navegar en aguas turbulentas.

La Operación Barkhane, que tuvo como meta erradicar grupos terroristas en la región del Sahel, se convirtió en una «guerra eterna». La pregunta que muchos se hacían era: ¿realmente se estaba logrando algo? Y cuando los golpes de estado comenzaron a ocurrir, la fe que muchos depositaron en la misión se desvaneció rápidamente. La ira se encendió: «¡Fuera, franceses!».

Los golpes de Estado: un cambio en el paradigma

Los recientes golpes de Estado en Mali, Burkina Faso y Níger han añadido más leña al fuego. Las fuerzas europeas, que antes se veían como aliadas, han sido despojadas de sus roles, mientras que una nueva ola de mercenarios rusos ha comenzado a afianzar su presencia en el continente. ¿Y qué hizo Francia en respuesta? Se vio obligada a acelerar su retirada.

Esto no solo afectó a las operaciones militares, sino que también puso en entredicho la relación de Francia con sus antiguos aliados africanos. Las acusaciones de desinformación, principalmente impulsadas por Rusia, provocaron un cambio de percepción entre las naciones africanas. La estrategia de intervención francesa comenzó a ser vista como un escudo para la explotación de recursos, y eso no es lo que se pretende en una relación aliada, ¿cierto?

Transformando la estrategia: ¿un nuevo enfoque hacia áfrica?

Macron y la diplomacia renovada

El presidente Emmanuel Macron ha estado en la línea de fuego, proponiendo una nueva estrategia diplomática y militar que busca transformar la relación de Francia con África. En lugar de mantener bases permanentes, la idea es convertirlas en academias de formación conjunta o incluso compartir gestión con naciones africanas. Suena como una excelente idea, ¿no? Sobre todo cuando queremos que nuestros amigos se sientan importantes en lugar de ser solo figuras de fondo.

Sin embargo, cambiar el enfoque es más fácil de decir que de hacer. La historia no se borra con solo un par de reuniones y un discurso inspirador. A veces, se necesita más que palabras para reparar un daño. Así que, ¿estamos realmente listos para una reconfiguración profunda en estas relaciones complicadas?

El nuevo Comando para África

Otra estrategia que viene en el paquete de reformas es la creación de un Comando para África (CPA), previsto para activarse totalmente a principios de 2025. Pero, mientras que este movimiento puede parecer un paso en la dirección correcta, sus resultados están todavía por verse en un continente donde las dinámicas políticas cambian rápidamente. La pregunta sigue en el aire: ¿funcionará en la práctica o simplemente será un nuevo nombre para lo mismo de siempre?

La cooperación militar europea

En un intento de redireccionar su enfoque, Francia también ha estado trabajando para promover la cooperación militar entre los países europeos. Et voilà, aquí viene la Task Force Takuba, que pretende unir a fuerzas especiales de diversas naciones de la UE para combatir el terror en el Sahel. Pero, como cabría esperar, los resultados hasta ahora han sido algo desalentadores. A veces, más sí es menos, y parece que este experimento no ha dado los frutos esperados.

Una conclusión necesaria: ¿es el cierre la clave para un nuevo comienzo?

La importancia del cierre

Después de un análisis panorámico de la situación, queda claro que la permanencia de bases militares en África ha comenzado a verse no como un símbolo de apoyo, sino como un estigma. La soberanía nacional es un concepto que está tomando cada vez más relevancia, y es difícil ignorarlo. Es un poco como salir de una relación tóxica: a veces, simplemente debes cerrar ese capítulo para poder empezar de nuevo.

Desde 2017, se han hecho esfuerzos positivos y se han planteado preguntas cruciales. La entrega de bases a gobiernos nacionales podría ser la única manera de mitigar la retórica hostil y evitar el creciente descontento público en países que alguna vez fueron amigos de Francia. Un cierre adecuado puede llevar a una nueva apertura y una colaboración más productiva, donde ambos lados puedan beneficiarse sin sentirse «presionados» o subordinados.

¿Puede haber una nueva colaboración?

No significa que Francia deba abandonar completamente a África. Hay numerosos desafíos, desde el terrorismo hasta el crimen organizado, que requieren una respuesta conjunta. Con los cambios adecuados, tanto Francia como sus socios africanos pueden encontrar un terreno común: capacitación, equipamiento militar y una cooperación que esté más alineada con las necesidades y deseos locales.

La tecnología militar avanza a pasos agigantados, y en un mundo cada vez más interconectado, seguir las viejas prácticas de intervención militar no solo es insostenible, sino que parece como una ruina digna de una novela de aventuras de la vieja escuela.

Reflexiones finales

En conclusión, la relación de Francia con sus bases militares en África ha llegado a un punto de inflexión. Continuar por el mismo camino probablemente traiga más resentimiento y conflicto. Sin embargo, cerrar las bases y dar inicio a una nueva forma de colaboración podría no solo aliviar tensiones, sino también ofrecer una oportunidad de construir puentes basados en el respeto mutuo y la verdadera cooperación.

Así que, mientras contemplamos el futuro de estas relaciones, quizás sea momento de que Francia reflexione sobre su impacto y empiece a escribir un nuevo capítulo menos conflictivo y más colaborativo. ¿Estás listo para ver cómo se desarrolla esta historia? 🧐


Para aquellos interesados en un análisis más profundo de la situación actual, pueden consultar el informe de Will Brown y Suzanne Tisserand titulado «Why France should close its permanent military bases in Africa», que proporciona un contexto más rico sobre estos temas. ¡Hasta la próxima!