Bueno, me imagino que ya sabes que soy un gran amante de la política internacional y las sorpresas que nos puede traer, ¿no? ¿Quién necesita Netflix y su próxima gran serie cuándo puedes vivir la emoción de los asuntos mundiales reales? Permíteme hablarte de las últimas noticias con nuestra propia entrega de «Juego de Tronos» geopolítico.

El escenario de hoy es entre Keir Starmer, el primer ministro británico, Joe Biden, nuestro querido presidente de los Estados Unidos, y el siempre queruble Dimitri Medvedev, el número dos del consejo de seguridad de Rusia. Sí, sí, el mismo que se da el gusto a veces de dar un poco de susto a Occidente. Bueno, pues, ha vuelto a las andadas.

Prueba de ello es su última declaración, con la que básicamente nos dijo: «La paciencia de Rusia no es infinita, muchachos». Si, según Medvedev, a Moscú ya le está picando la mano para señalar el botón rojo y sacar a pasear su arsenal nuclear debido a la incursión de Ucrania en Kursk, una región rusa. Y ahí tienes hecha toda una película de intriga y suspense.

Pero vayamos a los detalles, ¿qué es lo que realmente sucedió? Bueno, parece que Ucrania tiene una lista de lugares de la madre Rusia que les gustaría visitar. No, no se trata de un viaje de vacaciones, a menos que consideres una vacación al lanzamiento de misiles de largo alcance a objetivos como centros de comando, depósitos de combustible, armas y dondequiera que haya personal enemigo. ¡Vaya, eso sí que es mostrar hospitalidad!

Lo más interesante de esta historia es que Ucrania inicialmente quería usar los misiles ATACMS de largo alcance, cortesía de nosotros, los estadounidenses, para atacar aeródromos rusos. Pero entonces, los chicos del Pentágono se echó un balde de agua fría en esos planes al mencionar un detalle pequeñito. ¿Sabías que el 90% de los aviones que Rusia utiliza ya se encuentran a más de 300km de la frontera? Eso está justito fuera del alcance de los misiles que los ucranianos querían utilizar. ¡Qué casualidad!

Pero ¿qué pasaría si Ucrania pudiera lanzar ataques en suelo ruso? Putin bién lo tiene claro. Básicamente nos estaríamos declarando en guerra con Rusia. No sé tú, pero yo ya he tenido suficiente emociones fuertes en estos últimos años. ¡No me anoten en ese plan!

Desde otro ángulo, aunque las autoridades británicas tenían la opción de usar los misiles Storm Shadow o los misiles franceses SCALP, decidieron bromear diciéndole a Kiev: «Ejem, necesitamos pedirle permiso a papá Estados Unidos primero.» Francia, por otro lado, es ese hijo rebelde que no necesita pedir permiso.

En medio de este caos, hay algo de paz. Rusia y Ucrania han intercambiado prisioneros de guerra, cada uno liberando a 103 personas. Algo es algo. ¿No crees?

¿En conclusión? La tensión está a punto de estallar. Ucrania depende del permiso de utilizar estos misiles para proclamar la victoria, mientras que Medvedev prácticamente amenazó con convertir a Kiev en una «mancha gigante, gris y derretida». ¿No es un poco… extremo?

Y así es, queridos lectores, cómo otro capítulo de este súper enredo político llega a su fin. ¿Ganará Ucrania la aprobación para su plan? ¿Rusia realmente detonaría su arsenal nuclear? Por supuesto, espero que no tengamos que averiguarlo. Mientras tanto, estaremos aquí, con el corazón en un puño, esperando las últimas actualizaciones mientras sorbo mi taza de té en un intento de mantener la calma. Nos leemos en la próxima entrega de nuestra serie de alta tensión geopolítica.